lunes, mayo 25, 2009

Hoy:
Lo mejor fue tomar vino tinto desde las seis de la tarde y comenzar a leer el libro de "Papeles inesperados" de mi amado Julio Cortázar que aparece después de 25 años de muerto. (Yo tengo 25 de vida). Y por supuesto me enamoro de él, ¿cómo no dejar de enamorarme de alguien que puede hablar de las migajas del pan con extraordinaria sencillez y dejarme así: maravillada?

"La ciencia médica hace prodigios en los hospitales, y se acerca el día en que habrá barrido definitivamente con los variados gérmenes, microbios y virus que nos obligan a aislarnos en sus blancas salas protectoras. Lo único que la ciencia no conseguirá jamás es las miguitas de pan"

Cortázar, Papeles inesperados, p. 131.


Y después paseando por este blog que tanto me gusta, me encontré con una imagen bella bella bella...




Y además sí llovió por la tarde, poquito pero llovió.

domingo, mayo 24, 2009

Fuimos a ver la película de "Ángeles y Demonios". Como yo no leí el libro, y Alberto tampoco, podemos decir que la peli está buenísima (aunque conocedores dicen que merece dos estrellitas). Para mi las películas se miden más por si me aburrí a la media hora o si caché la vuelta de tuerca en los primeros quince minutos, y ninguna de las dos me sucedió. De hecho no soy muy conocedora del cine y me aburre harto. Pero esta película la quería ver porque Alberto vio el cartel y dijo "quiero verla", y porque me enteré que salía Ewan McGregor de quien soy fans. Además hace años luz que no íbamos al cine. Creo que la última fue la de Monstruos vs Aliens que estuvo mmm... pues bastante regular.
Rápido, las cosas que amé de "Ángeles y demonios":
Bernini como artífice del asesino de cardenales. 
El archivo del Vaticano, con sus vitrinas y sus obras de arte atrapadas en cámaras con temperatura y oxígeno para regular el estado de los manuscritos.
Aunque sé que fue una reproducción y parte de la ficción me gustó ver cómo tienen guardados los documentos del siglo xvii, la verdad es que mi corazón de historiadora se emocionó harto.
El archivo del Vaticano, otra vez.
Cuando bajan a la cripta del papa muerto.
La escena de cuando el baldaquino (también de Bernini) se destruye por la explosión. 
Amo el baldaquino por sus columnas salomónicas.
Y creo que ya.
Bernini Rules.
Para los puristas en el asunto pues seguro que tiene muchos errores. El jueves le preguntaré a mi maestra de arte si es verdad que el éxtasis de Santa Teresa tiene que ver con Santa Teresa en llamas y trataré de obligarle a que vea la película para que me diga qué piensa. 
La verdad es que vale la pena ver la película nada más por la escena de cómo se caen las esculturas y el baldaquino de San Pedro todo destruido.
Cambiando de tema.
Espero que esta semana vuelva a ser de lluvias. Soy muy feliz con botitas para la lluvia. 

miércoles, mayo 20, 2009

Estaba buscando en internet una nueva receta para preparar el pescado, porque en serio que es aburrido comer lo mismo, aunque sólo sea la tercera vez que preparo el pescado igual... pues ya la exigencia es cambiar, así que prefiero experimentar nuevas recetas... El caso es que encontré una receta que se llama "pollo frito al internet", la pueden leer en esta página Recetas de Javi. No puedo creer que en estos días exista una receta con ese nombre... la verdad es que me dan ganas de que el pescado que haga hoy lleve el nombre de "pescado al Google" porque encontré la receta en el Google.
Por otro lado ya me inscribí a las Recetas de Javi para que me llegue la receta del día a mi correo electrónico.
:)
Y sí, eso hace mi día.

domingo, mayo 10, 2009

Andando así nomás por la red, la verdad es que quería buscar nuevas cosas usando sólo un dedo porque estaba comiendo el pan integral de pasas que me hizo mi abuela, mmm... 
Y fue maravilloso encontrar este blog en donde vi el siguiente video, y todavía tenía pan para comer y ver. Este video es la muestra de que este mundo tiene cosas muy bellas y que podemos mirar ahora por aquí y después por allá y quién sabe, hay cosas muy agradables: nadie me puede quitar esa sensación de saber que todavía hay muchos motivos que nos harán sonreír. 




viernes, mayo 08, 2009

Mi querido Frederik,
Hoy hubiera sido tu cumpleaños número 25... soy más grande que tú por unos cuantos días. Y ahora yo me alejo, porque tú ya no cumpliste 24 y tampoco 25, estarás siempre en los 23, y me iré alejando quién sabe hasta cuándo y quién sabe hasta cuándo estarás en mi memoria.
Hoy me fui a sentar a esos cuadritos de pasto que hay frente a la Biblioteca Central en donde montones de veces nos sentábamos a platicar, nada más así: platicar y arrancar el pasto con las manos. Me hice bolita porque tenía sueño y me quedé dormida. Después desperté y vi que un chavo se había sentado en el mismo cuadrito de pasto y hacía mucho sol, traía mis lentes oscuros, y me le quedé viendo un rato, después veía la biblioteca. Antes le había mandado un mensaje a Isolda para recordarle que era tu cumpleaños, que hacía tres años lo habías pasado en la casa, te había comprado un gansito como pastel, pero habíamos comido mucho mucho... Isolda te había regalado un Cartman... Y en eso estaba pensando cuando el chavo que estaba sentado a menos de un metro se levantó y me trató de robar el celular pero yo reaccioné muy rápido y no pudo. Después me sentí desolada. Me levanté y me fui, en este momento me zumban los oídos como cuando quieres llorar, me acuerdo de todo y me da coraje porque mientras hacía un homenaje en ese cuadrito de pasto la realidad con su vulgaridad me toca, me entristece. Frederik creo que ya no estoy tan triste, escribí un cuento pensando en ti porque quiero acordarme de ti sin que vengan las frases qué mala onda, qué mal, por qué. Me siguen zumbando los oídos, tal vez no son suficientes las palabras, tal vez. 
A veces leo los correos que me mandabas, los leo porque en ellos siempre estarás vivo pero también porque el mundo que dejaste es igualito, al menos eso parece, creo que los leo porque de esa manera te siento cercano como cuando los leí por primera vez. 
Pondré un pedacito en el que eres muy tú:
Acabo de regresar a mi trabajo, me escapé un rato quesque para comer. Caminé por Altavista hasta llegar a Insurgentes, tomé esa callecita a la que llaman Miguel Ángel y llegué, cha cha cha chan, nada más y nada menos que a la zona de librerías. Según yo estaba muy decidido a salir únicamente con un libro y exclusivamente por la circunstancia (necesitaba cambiar un billete "Grande"). "No más de 80 pesos, no más de 80 pesos" Me lo repetí como cuarenta veces, y, al final, estaba tan seguro de mi mismo que en verdad creía haberme comprado todo el choro. Total: 319.50, tres libros. Soy un fiasco. El caso es que me compré un librito que seguro que te gusta (no es novela, pero estoy seguro que te interesa), creo que ya te había hablado de él: "Mimesis. La representación de la realidad en la literatura occidental"  Luego te lo enseño. Compré además un libro de Foucault (nunca hay suficientes motivos para no comprar un libro de Foucault) y otro de Roger Bartra (mmmm, a unos minutos de distancia me parece que mejor hubiera comprado otro).


jueves, mayo 07, 2009

Ay qué bien se siente estar de regreso en la Facultad, ahora sí siento que se me mueve el cerebro porque otra semana más y me hubiera cargado el estado de estupidez...
Y me encuentro con:
 


No puede ser qué es eso.

miércoles, mayo 06, 2009

No puedo dormir. De hecho desde ayer tengo el sueño un poco ligero. Pero hoy de plano estuve dando vueltas más de dos horas. Y pues lo único que se me ocurrió fue levantarme y ponerme a escribir. Creo, no creo, más bien, sé que es la primera noche que me da insomnio desde que vivo aquí. No sé por qué no tengo sueño. Digo debería estar bien dormida porque por ejemplo hoy no dormí siesta. Pero es curioso que hoy no me dio sueño en ningún momento de la tarde, he andado más bien girita. Tal vez estoy un poco inquieta porque el jueves el mundo vuelve a la "normalidad", o sea que el mundo vuelve a su entorno cotidiano, los horarios siguen, yo viajaré a Santa Fe, iré, vendré y no me quejo, son cosas que disfruto mucho, todo está muy bien, pero. Tal vez es que el jueves tengo una clase de arte que tomo de oyente y no he leído nada porque las bibliotecas han estado cerradas y aunque voy de oyente y nadie me calificará tengo cierto deber moral con la maestra. Se juntan muchas cosas, yo sé que el jueves más bien debería de leer el texto que mi asesor de tesis dijo que estaría en la biblioteca de estéticas sobre el problema de "historia" y "memoria" que es muy flojo, muy vago, muy mal elaborado en mi tesis y que tengo que tener claro al menos en mi cabeza... tenerlo claro para cuando sea mi examen. Creo que siendo una tesis para obtener el título de "historiador", creo que hay mucha de razón en el hecho de que yo confunda "memoria" e "historia" supongo que es como confundir la gimnasia con la magnesia. Ahora: por qué demonios a estas alturas del partido confundo esas dos cosas. Lo pienso, lo pensaba hace rato cuando estaba tratando de dormir y no se me ocurría nada. En mi cabeza todavía pasaban algunas escenas de mala película de chinos y en una pista paralela el problema de memoria e historia y en otra tercera pista ponía atención a los ruidos que hacían afuera sacando un carro. Pero después pensé: cuántos textos he leído sobre ese problema y no recuerdo nada. Absolutamente nada. De hecho casi podría jurar que son la misma cosa. Tal vez eso no me deja dormir. Me sentí un poco inepta. Nada que una relectura de ciertos textos me pueda aclarar. Ese tema es una de las pequeñísimas cosas que no me dejan dormir. Otra por supuesto es la mala película china que no terminé de ver, qué cosa, había escenas en donde de plano no entendía quiénes eran los malos y quiénes los buenos y a quién estaban hiriendo.

Y por qué tenía que opacar el recuerdo de La Strada viendo semejante película tan fea y mala. La Strada, gran película, me emocionó por escenas como la del Loco mostrándole a Gelsomina el propósito de una piedra, "porque si esta piedra no tiene un propósito el mundo no tiene sentido", y los ojitos llenos de ternura de Gelsomina, y su manita haciendo adiós...

Yo creo que por esa película pude dormir bien la otra noche.

Me pregunto si me voy a la cama ahora podré dormir. Y no tengo respuesta. Sólo sé que debo seguir escribiendo hasta que los ojos me duelan y me pidan irse a dormir, así como pasa cuando duermo la siesta.

Cuando prendí mi máquina hace unos minutos, conecté mi i-pod a los audífonos y la verdad es que estuve buscando qué escuchar y después de un ratito de buscar por álbum y artista dije, bueno pondré el aleatorio, y la primera canción fue Summertime de Janis Joplin y pensé que no había podido elegir mejor canción, no sólo porque es una gran gran gran canción para una persona que perdió el sueño, si no porque además hacía mucho tiempo que no la escuchaba porque el i-pod la escondió en una carpeta, total que nunca la encuentro.

Mañana iremos a ver un departamento que están rentando cerca de aquí. Y ese pensamiento viene pegado a otro: amo mi actual hogar, lo amo con locura, pensar en empacar e irme a otro lugar hace que me salga un sentimiento de aferrarme aquí lo más que pueda y la verdad es que nunca había sido tan hogareño y dulce y bello cada detalle, cada cosa está en el lugar adecuado, cada librero, cada recuerdo que se ha ido pegando al espacio, este lugar que es tan mío. Pero el chino de arriba hace mucho ruido y además horror, tendrá un bebé... 

Mañana quiero pasar a la Gandhi a comprar otra película de Fellini y después a rellenar mi botella de Jengibre a la casita del pan. Después, ay después pensaré qué demonios hacer con la  obra que estoy trabajando porque hay un pequeñísimo detalle: en el catálogo de la exposición aparece con otro nombre. ¿Quién le cambió el nombre? ¿Cuándo? ¿Fue Orozco? o más bien le cambiaron el nombre deliberadamente cuando llegó al MUNAL. ¿Cuándo llegó al MUNAL? ¿Es una obra que vendió al museo o que donó? Todas esas preguntas que apuntan hacia la historia del objeto en cuestión, tema harto relevante para la tesis y que no aparecen nunca en ella... y que mi asesor no se dio cuenta, pero yo sí, hoy mismo que vi el pdf del catálogo me subieron a la cabeza señalando que hay un hueco ahí. Y pensé, ay pero qué fácil sería inventarme una historia sobre ese hueco, eso mero se hace en la novela histórica. Decir por ejemplo que "El desmembrado", óleo sobre masonite, aparece en el catálogo de la exposición de "Los teules" con el nombre de "El cadáver" porque dicho catálogo se le encargó a Justino Fernández que desconocía el verdadero nombre de la obra. Otra historia: "El desmembrado", óleo sobre masonite, aparece en el catálogo de exposición con el nombre de "El cadáver" y cuando fue trasladado al Museo Nacional de Arte la ficha técnica escrita por Orozco decía "El desmembrado". Y qué tal que si en el MUNAL voltean el cuadro y en la ficha tiene el nombre de "El cadáver", no lo creo, pero qué tal. 

Sería tan fácil decir cualquier cosa, total...

Pero... Ay no, no, no: tengo que ir al archivo del Colegio Nacional.

Ni modo... Intentaré dormir.