domingo, mayo 08, 2011

John Coltrane - In A Sentimental Mood



Es una tontería pero tengo ganas de escribir: un día de estos.
Un día de estos
¿Qué?
Nada, seguramente un día de estos me quito de encima la apatía y la tristeza.
Me he dado cuenta que hoy en día sentirse triste es una tontería, pero así pasa cuando sucede.
Me gustaría escribir con puro lugar común, son tan cómodos.
Qué fuerte, hoy es cumpleaños de Frederik,
¿Qué se supone que debemos de hacer los vivos con los cumpleaños de las personas que ya se murieron?
Escribir y seguir escribiendo alrededor de los recuerdos.
Revisando mis correos me encontré con uno que me pone de buen humor y creo que me recuerda la cantidad de vueltas que le dábamos a un asunto que podía ser bastante trivial como pedir un consejo de hacer esto o lo otro.
Aquí pongo un fragmento:
"Idalia
Habrás leído alguna vez esa frasecita de Benedetti que dice algo así como que uno no siempre puede hacer lo que quiere, ni tampoco hacer lo que puede, pero lo que en definitiva puede hacer es no hacer lo que no quiere (aunque tanta denegación conlleve siempre algún raro sortilegio freudiano). Ahora que pensando un poco en sus términos (si es que soy medianamente capaz de hacer eso y en verdad lo dudo) tal vez todo sea cuestión de no hacer las cosas por eso de que qué pena no hacerlas, ¿me entiende? (Claro que me entiendes) No sé, siempre es más fácil dar consejos. Es por eso que Benedetti es un escritor fácil: sabe perfectamente qué decir en el momento justo en que todo lo que uno necesita escuchar es un consejo: es un escritor fácil: digamos que su posibilidad de metáfora es más bien baja. Ahora que, bueno, pues será tal vez que a veces estamos un poco en una modalidad (¿sabes sólo hay una palabra que es muchísimo mejor en inglés que en español: mood) Un regalo excepcional..."
Me acabo de dar cuenta que... estas casualidades me parecen hermosas, antes de escribir esto y antes de leer ese correo había posteado "in a sentimental mood".
Sí "mood" es mejor en inglés que en español.

miércoles, mayo 04, 2011

Para los amantes de las series de televisión, les dejo un buen artículo que acabo de leer, rescato una parte del texto de Martín Schifino cuando habla sobre Mad Men.
Mad Men, quizá la mejor serie de televisión que he visto en toda la década.
Pero no me hagan mucho caso casi ni veo tele.

En el episodio que cierra la primera temporada, Sterling Cooper tiene que idear una campaña para un proyector de diapositivas Kodak, que la empresa llama «la rueda». Tras mucho mirar al vacío y fruncir el ceño, Don lo rebautiza «el carrusel», una palabra con ecos de la infancia; más tarde, al presentarle la idea al cliente, ilustra con sus propias fotos familiares cómo la máquina permite circular por la memoria, rememorar momentos felices sin interrupción. La ironía que se nos invita a considerar es que en ese mismo momento la familia de Don está desmoronándose a causa de su adulterio en serie. De inmediato, uno capta el conflicto intransferible del personaje, las corrientes emocionales, el tira y afloja entre lo que alguien quiere y lo que no puede ser. Pero entonces pasa algo más interesante: la ironía se expande. La escena no sólo da a entender que la publicidad promete aquello que la realidad niega, sino además que aceptamos incurablemente la renovación de la promesa.

Acá artículo completo: Revista libros