domingo, julio 31, 2011

Último día de julio.
Siguen las vacaciones de verano. Y ayer me fui de día de campo al municipio de Atizapán de Zaragoza.
Esto queda lejísimos de mi hogar sureño en Coyoacán. Pero los papás de mi amiga Paola nos invitaron a comer a su casa.
Atizapán de Zaragoza queda muy lejos. Hay que tomar todo el periférico y salirse en Lomas Verdes, subir por ahí que ya es Estado de México, Naucalpán. Se sube y sube y sube. Y de pronto ya es bosque y todo es muy verde. Lo más bonito de Atizapán es que hay muchísimo verde y hay paredes verdes que no hay en el DF. También hay una presa, la presa Madín. La casa de los papás de Paola queda bien arriba de todo esto, hay que rodear la presa por una carretera llena de árboles y subir y subir.
Nos fuimos en el carro de Claudia. Paola como copiloto y yo atrás. Estuvo increíble nuestra travesía porque de verdad que es todo un mundito Atizapán, después de salir de la carretera y rodear la presa uno piensa que está en medio de la nada pero no: hay una gran plaza con Liverpool y cines y todo... Claudia dijo: ustedes imaginen que estamos de paseo en Bogotá es casi lo mismo, tierra desconocida. Y sí, era descubrir una provincia, con toda la estética de la provincia porque los semáforos me recordaron los que hay en León. Llegamos a casa de los papás de Paola y mmm... comimos y comimos, comimos como cinco horas. Laura, la mamá de Paola, hizo mole, enchiladas, arroz, espagueti, carne, ensalada, botanas, comimos hasta hartarnos. Tomamos café con panecillos, y tomamos y tomamos café. Laura nos enseñó todos sus estambres y las cosas que está tejiendo. La casa está muy linda, es de un solo piso y hay fotos de la familia en la sala. Vi una foto de Paola con vestido y como niña buena, así que fue muy chistoso descubrirla en ese espacio. Después de contar un par de historias de narcos nos quedamos en la sala con los ojos entrecerrados y la panza llena escuchando un disco acústico de los Beattles. La mamá de Paola cerró las persianas prendió unas lamparitas y estuvimos en la duermevela un buen rato, después nos tomamos lo que restaba del vino y ya como a las siete de la noche emprendimos el regreso al DF.
Excelente sábado en Atizapán.
Quiero ir de nuevo!!! Pero ahora sí, como dijo Claus, ir a mojar los pies al lago y llevarnos un six de cervezas, jajaja.

sábado, julio 23, 2011




Esta es una foto del óleo de Edward Dreis, "Grave-Silo" 1930. La tomé en el Museo de Arte Moderno de Brooklyn.
Tomé fotos a los cuadros que más me gustaron y las subí a mi tumblr.

viernes, julio 22, 2011



También cuando estoy de vacaciones salgo.

Me fui una semana a Nueva York. Y estuvo increíble el calor… Me derretía. Pero en todas partes tienen aire acondicionado y la brisa de las calles hicieron muy soportable el calor.
Me divertí mucho. Me hospedé en Brooklyn y creo que es un gran gran barrio, me encantó estar caminando por ahí y conocer el Museo de Arte Moderno de Brooklyn: vale la pena ir nada más para ver “The Dinner Party” de Judy Chicago. Ícono del arte feminista. Esa expo fue la mejor que vi en NY. En el Moma está Francis Alys con la exposición que montó en San Ildefonso en 2005. Buenísima… pero había algo de mágico ver la expo en México y salir y ver los escenarios ahí mismo. Los códigos que las personas que conocen bien el centro histórico tiene mucho que ver con la intensión de Alys en toda esa exposición. Toda la exposición tiene que ver con el centro histórico de la ciudad. Verla en el Moma fue algo raro porque la gente no captó el humor que tienen muchas de las piezas de Alys. Entonces lo que da mucha risa como ver a Francis Alys empujando un hielo enorme por las calles de Guatemala pues en el Moma la gente se quedaba como muppet viendo seriamente el video tratando de descifrar su enigma… En el Guggenheim hay una exposición de Lee Ufan, medio de... equis. Quizá lo mejor es ver la expo de Hans-Peter Feldmann que tiene dos salas tapizadas con puros billetes de un dólar que suman 100 000 dólares que fue el premio que recibió de Hugo Boss. No fui al MET. No se puede hacer todo en siete días.
The Dinner Party: Virginia Woolf

Lo mejor de NYC, claro si eres una loca furiosa de los libros para niños como yo:

“Books of Wonder” 18 west 18th street. Aquí hay todo de todo. Me compré la colección completita de libros de Beatrix Potter, o sea 22 pequeños libritos de pasta dura y sus ilustraciones bellísimas. Todo está aquí hasta el peluche de Olivia. Compré varios libros de Peter Sis, uno que está buenísimo que se llama “The Wall” y es sobre el muro de Berlín. Otro que es sobre un radio del tiempo y la historia está ubicada en los cuarenta. En fin, es un paraíso. Compré tantos libros que me dieron 15 dólares del dinero de Books of Wonder, así que regresé a gastarlos en unas libretas que venden de Beatrix Potter. Caminando sobre la misma 18 west de la 5av a la 6av hay dos papelerías una mejor que la otra, la mejor es la que está más cerca de la 6av. En la esquina de la 18 west y de la 5av está una de las tantas “Barnes and Nobel” pero deja mucho que desear esta librería es como la Gandhi, peor porque la parte de niños es para ponerse a llorar. No hay más que ediciones de libros para colorear de Disney y cosas así.
“Strand” 828 Broadway. Es una librería de saldos en realidad, pero más o menos porque se encuentran muchos libros para niños rebajados considerablemente y no tienen ningún maltrato, no tienen tanta variedad como “Books of Wonder” pero sí encontré los mismos libros con un 40 o hasta 50% menos que en “Books of Wonder”. También tienen libros raros y primeras ediciones.
“Book Court” 163 Court street en Brooklyn. Aquí no es que sea La gran librería pero nada más y nada menos que es la única librería en NY en donde están los libros de Oliver Jeffers firmados por él y no cuestan un dólar más por estar autografiados. Además caminar por toda la calle de Court es muy ameno, es un gran barrio. A unos pasos de la librería hay una tienda que venden puras cositas de diseñador en donde me compré unos zapatos bien lindos y una cartera que dice “i hate people”. También a una cuadra está Smith street en donde probé el mejor sake del mundo, es un sake sin filtrar con pedacitos de arroz: Nigori.


“Phaidon” 83 Wooster street. Libros de arte y también libros para niños, pocos, pero muy buenos los que hay. Aquí me compré “Otto: The Autobiography of a Teddy Bear” de Tomi Ungerer, firmado por el autor. Este mismo libro está en Strand y en Books Wonder pero no está firmado por el autor porque lo edita Phaidon y supongo que sólo en sus tiendas se encuentra autografiado. También venden postales súper bonitas y libretas con dibujitos entre las páginas, amé las libretas que venden aquí.
“Pearl Paint” 308 Canal street. Esta es una tienda de cinco pisos en donde encuentras todo para pintar, lápices, óleos y también todo tipo de cosas de papelería. Libretas de Fabriano con distintos colores y texturas. A mí que me encantan las papelerías y este es un sitio enloquecedor porque hay muchísimas cosas. Es lugar ideal para comprar lápices y libretas de todo tipo. Con mi credencial de estudiante me hicieron el 10% de descuento. Jojo.

Mi maleta... tuve que pagar 120 dólares de sobrepeso por los libros, y además rompieron el candado y abrieron mi maleta, no se robaron nada, supongo que se dieron cuenta que no traía ni perfumes, ni nada que pudieran robar. Aunque lo primero que pensé cuando vi que quitaron el candado fue seguramente se robaron la autobiografía de Teddy Bear!!! Y nop, vieron libros y la cerraron.

Y en lugares para pasar bien el rato:
“Antique Garage” 41 Mercer street. Padrísima cafetería-restaurante. Ricas limonadas con menta, mmm, una delicia todo. Tienen comida árabe y turca. Es un garage con espejos viejos y cuadros con retratos victorianos y por las tardes tocan jazz.
Y varios lugares de Sushi:
En Brooklyn sobre Smith, un sushi riquísimo. Cerca de NYU en Washington Sq, “Japonica”. Que por cierto ahí en “Japonica” probé un helado de té verde delicioso que además fue cortesía de la casa porque en mi ensalada venía un tapón de aderezo que se les fue y me dieron otra ensalada, postre y té sin cobrar. También sobre la séptima avenida y la calle 20 west muy buen sushi. En casi todos manejan la box dinner, vale la pena porque por 17 dólares te incluye sopa, ensalada, rollitos y demás, bastante para una persona.
Lo que más disfruté fue observar a la gente que viaja en el metro, la variedad de culturas es impresionante. En el metro si ves a un güero seguro es turista, era chistoso que me preguntaran por direcciones en la calle. Amé Brooklyn porque hay zonas en donde todo es muy tranquilo, como si el tiempo se detuviera.
Lo que más me decepcionó fue ver los mismo triques que venden en el Muac en la tienda de los museos, ya todo está hecho en China y distribuido a todos los museos, los mismos lápices, las mismas plumas, igualitas. Es más ya hasta en el péndulo venden las cosas que uno encuentra en la tienda del Moma.
Lo que más me gustó: caminar por Central Park y ver el atardecer con el lago y los edificios de Manhattan. Siempre que caminaba por la ciudad me sentía en una especie de película, seguro que es un sentimiento bien cliché, pero es la verdad, así es.

lunes, julio 04, 2011

Actividades que hago cuando estoy de vacaciones.

Fui a los viveros porque necesitaba comprar unas macetas. Una vecina me regaló una violeta africana, no sé porqué siempre pienso que las violetas son para abuelitas. Quizá porque mi abuela Queta tenía una mesita llena de macetas con violetas que casi nunca daban flor. Tristes hojitas verdes aterciopeladas... Nunca me han gustado. Pero bueno, esta vecina me la regaló en una maceta medio fea y además sin platito. Estuvo como un mes sobre una tapa de plástico y hoy compré una maceta digna de las hojitas sin flor de la violeta africana. También era necesario comprar otra maceta para mi cactácea. Un amigo me regaló el pequeño cactus que no sé bien cuál sea su nombre, pero me lo regaló diciendo que lo había comprado bebé y que tenía ya cinco años. Me lo dio en una maceta de plástico y yo decidí pasarlo a una maceta con mayor dignidad. El caso es que una planta que parece un sapito porque tiene puntitos rosas en sus hojas un día apareció junto a la cactácea, pequeñita como si fuera un amiguito. Y creció y creció hasta apropiarse casi de la maceta. Hoy pasé a la cactácea a una nueva maceta y además lo cambié de lugar porque le estaba cayendo lluvia todos los días y se puede morir de tanta agua.
Así que aquí las fotos.
La maceta color ladrillo es en donde vive la violeta de abuela. La naranja también es nueva pero es de una plantita que me regaló Ofelia. Y la que está al fondo, en la maceta azul (esta maceta no es nueva ya la tenía) también Ofelia me trajo una ramita chiquita que pensé que ni se daría y ahora ya creció enorme.

Esta es la planta tipo sapito, aunque quién sabe cómo se llame en realidad. Esta planta se apropió mañosamente de la maceta en donde vivía la cactácea.


La nueva maceta de la cactácea y su nuevo rincón de la casa a salvo de la lluvia.
Y mi helecho... Cómo he sufrido con este helecho. Primero porque le caían los pelos de los perros del vecino, después porque le cayó plaga y lo tuve que podar por completo y echar tabaco que casi lo mata. Después comenzó a crecer y creo que no le daba la suficiente luz y se comenzaron a secar sus hojas. Es una lata tener un helecho porque no les puede dar luz directo pero le tiene que dar un poquito, pero si se tiene en sombra dentro de la casa no le da aire, y si le da mucho aire también es un problema... No tendría helecho si por mí fuera pero me lo regaló mi abuela Lupe apenas me mudé a este departamento, incluso tiene nombre: se llama Simoneta. Y una vez escribí un cuento sobre cómo le cayó la plaga y pensé que se iba a morir. Una vez le platiqué a mi abuela de la lata que me daba el helecho con su plaga y me dijo que lo tirara a la basura y me daba otro. Mi abuela si tiene el corazón para tirar una planta enferma y que se muera de una vez por todas, pero yo no, no pude tirarla aunque sólo eran dos ramitas con gusanos.
Y bueno ahora espero que le venga bien el nuevo lugar, con más luz pero con sombra y no sé si con demasiado aire pero con vista a la calle.


sábado, julio 02, 2011

todos sueñan lo que son
aunque ninguno lo entiende.
Calderón de la Barca


Escribí un ensayo sobre "Inception" de Christopher Nolan, es largo y ñoño, jajaja, pero me encantó escribirlo porque me parece una gran gran película. Cuando la vi por primera vez escribí algunas ideas aquí en mi blog y creo que me quedo con una: quisiera un rehilete, ese que en la película funciona como objeto que reconcilia la figura del padre con Fischer Jr.
Aunque a decir verdad, en mi película personal, sería como si al abrir esa caja fuerte de mi padre, encontrara algo que en mí funcionaría como ese rehilete, quizá, el libro de Checo...

Agradezco a Paco de León por haber leído este ensayo y darme todos sus comentarios y críticas. También agradezco a David Wood por el excelente curso de cine que impartió en la maestría en historia del arte. Gracias también a mi amigo Chucho por pasarme todo tipo de infografías sobre "Inception" fueron de gran ayuda. Gracias Reflexiones Marginales por su publicación en el dossier de este mes. El artículo completo lo pueden leer en el siguiente link: Inception: cine y psicoanálisis

A Cry For Love