domingo, enero 31, 2016

Feliz cumpleaños a todas las Maritzas que lean este mensaje en domingo y diciendo adiós a enero.

lunes, enero 11, 2016

♦️♥️♦️♦️♦️


¿Por qué duele la muerte de David Bowie?
Quizá porque es de las pocas personas que han sabido estar en el mundo. Y con esto quiero decir que no cualquiera sabe estar-en-el-mundo y ser parte de él. El siglo XX es la prueba de numerosos "quijotes" que no supieron evolucionar con los cambios que se dieron, que como personas crecidos en un mundo medieval no pudieron ser renacentistas y mucho menos modernos. Lo pongo en esos términos porque no creo que podamos hablar de un siglo que tenga más evolución que el vivido por Bowie. Si existe una persona que supo hacer de su vida una construcción de paradigmas que se superaban en la medida en la que dejaban de funcionar y que, con cada cambio, se colocó en la vanguardia del buen gusto, de la elegancia y del talento esa persona es David Bowie.


*

Su música cimbró mi adolescencia en 1997 con el álbum Earthling y el video que en ese entonces programaban en MTV, Little wonder. Recuerdo lo mucho que me impactó y cómo de inmediato me convertí en fiel seguidora de la música que siguió a este álbum. En ese año descubrí con sorpresa que aquel hombre que cantaba Im afraid of Americans era el mismo actor que había visto cuando era niña: Laberinto. Película que figuraba como una de mis favoritas por identificación y fascinación del argumento. Yo misma era hermana mayor de una niña pequeña que hubiera querido regalar a Goblin King. Recuerdo que no me era posible ver la película más de una vez porque no la tenía en mi casa. Las veces que la veía era porque la transmitían en la televisión. Mi cuidadora de ese entonces, Ivone, era una gran contadora de películas. Ivone me relataba Laberinto y en su relato podía tardarse hasta dos horas, la describía escena por escena. Detallaba no sólo la anécdota de lo que sucedía sino el aspecto de cada uno de los personajes. Escuché el relato de esta película más veces de las que en realidad la vi. Goblin nunca tuvo ese nombre, Ivone siempre decía David Bowie. En ese entonces me acuerdo que su aspecto me daba un poco de miedo. 

*

Conocí a Grace en 2008 y con ella vino una nueva ola de amor por David Bowie. La primera vez que fue a mi casa portaba una camiseta de Bowie. Fue por ella que comencé a escuchar el Bowie anterior a mi adolescencia. Y fue también ella quien me regaló una postal de David Bowie que comenzó a cuidar mi hogar en el downtown. Fue ella paradójicamente también la que hoy muy de mañana me mandó un mensaje que sólo decía: 
Idalia,
Bowie. 
:(
La noticia de su muerte me da un enorme pesar porque hay que aceptar que esta figura simboliza una época que termina con él. Él mismo encarna el espíritu de una época. Con él termina también el ejemplo a seguir porque ya no veremos su evolución, su manera de configurar el mundo en la medida en la que éste cambia. El mundo cambiará pero ya no veremos cómo Bowie cambia con él, y eso duele. Son bonitas estas frases conciliadoras que leemos en el TL de las redes sociales: su música siempre estará ahí, Bowie es una estrella que nunca dejará de brillar, y es cierto, esa parte inmortal quedará por siempre. Pero hay que saber enfrentar que el Bowie de carne y hueso murió hoy, y que eso es profundamente triste. Perdón pero el mundo no se recupera de las pérdidas, sólo las acomoda como puede.




viernes, enero 01, 2016

nueve años




1.

Hace tres meses comencé a leer el libro de Vera, Conjunto vacío.
Pero hace como ocho meses me enviaron el inicio de esta novela a mi correo electrónico:

Mi expediente amoroso es una colección de principios. Un paisaje definitivamente inacabado que se extiende entre excavaciones inundadas, cimientos al aire libre y estructuras en ruina; una necrópolis interior que ha estado en obra negra desde que recuerdo. Cuando te conviertes en coleccionista de inicios también puedes corroborar, con precisión casi científica, la poca variabilidad que tienen los finales. Estoy condenada, particularmente, a la renuncia.

Esta persona no me dijo quién lo había escrito, sólo decía "es de alguien que conoces".
Después en Frente leí más de esta novela que publica Almadía. Deseé desde entonces leer el resto.
Un día en la oficina de Rodrigo vi la novela por primera vez. La estaba leyendo y prometió prestármela. La compré antes de que eso sucediera.
Hoy, después de tener la novela esperando estos meses, la tomé y la leí de principio a fin. 
La leí en esta tarde de primero de enero:
acostada en mi cama, tomando té de jengibre, con la ventana abierta. 



2.

Fuimos a comer al Sanborns porque el Salón Corona estaba cerrado. 
Clémonz nunca había comido en la Fuente de sodas, había comido en el restaurante pero no conocía esa parte del Sanborns. 
Parece la escenografía de una película, me dijo, ¿qué era antes de ser Sanborns?
Era una casa habitacional.
Le platiqué del libro de Vera, de cómo la conocí, las cosas que sabía de ella y cómo me impresionaba su manera de hacer ficción su propia biografía.
¿Le enviaste mensaje para decirle que la has leído?
No, pero es buena idea y en este instante lo haré.



3.

De Conjunto vacío me gustaron muchos episodios que quisiera enumerar:
El mantel con crucigrama.
La Biblioteca Central como un lugar ruidoso y comandado por bibliotecarios malhumorados del sindicato de la UNAM.
El barco que da vuelta en u en el fin del mundo.
La escalera del fin del mundo.
La incertidumbre en forma de triángulo.
El personaje sin identificar en la foto.
El tatuaje de Tordo (T).
La definición de comenzar un texto muchas veces, el fracaso y el intento, la repetición.
La idea de que su madre fue maestra de Fantasmas.
El Fantasma de la ex. como pesadilla de una realidad cotidiana e invadiendo la radio y los espectaculares. 



4.

Clémence, cuando anoté su nombre la primera vez me dijo "con acento en la primera e".
Usa lentes y habla mal el español. Pero las dos cosas las porta con elegancia y eso me gusta. 
¿Se dice el anís o la anís?
La palabra estudiantil la pronuncia como etiudiantiill.
Clémence es del norte de Francia, de Lille. Estudió en París y trabajó en el Häagen Dazs cercano al Centro Pompidou dos veranos seguidos sirviendo helados y haciendo capuchinos. El trabajo era agradable y quedaba cerca de su departamento. El uniforme era una falda y una ombliguera que no le gustaban. Dijo que era tan ridículo ese uniforme como el de las meseras de Sanborns.
Su nombre se pronuncia como Clémonz.
Es diseñadora y está perdiendo la vista del ojo izquierdo.
Es pálida y sus gestos son estoicos, inmutables.
Tiene los ojos rasgados y su mirada en momentos me recuerda la de Björk. 
                       (Björk: su mención, viene unida a tres recuerdos que aparecen en 
                        mi mente simultáneamente y en este orden:
                        La canción de Ruby baby, la felicidad que me producía, no sé por 
                        ahí del 2005.
                        El Ka de Frederik tocando Debut mientras íbamos a la Facultad.
                       "¿Quién es? Ah, sí, es la pinche china", esa frase de Alberto 
                       cuando  el random de mi iPod arrojaba alguna canción de ella.)



5.

Mi blog cumple años el día de hoy: Nueve años, larga vida a mi blog.
El año pasado escribí esta entrada.
Hoy la volví a leer. Y tengo dos comentarios al respecto:
1. Hoy no hay nubes negras encima de mí. 
2. Tampoco hay angustia de vacacionar. 
Todo está embonando perfectamente, quizá porque no tengo angustia. La vida es eso que pasa cuando no se tiene angustia, debería de rezar el meme. 



6.

Clémonz está de visita en casa y estuvimos viendo libros para niños. 
Me preguntó: ¿Es importante para ti esta fecha, "el año nuevo"?
Creo que sí. No es que haga propósitos de año nuevo. No va por ahí. Pero mi blog cumple años el 1ero de enero. Desde entonces siento que tengo un compromiso que cumplir. Una manera de festejar su existencia es justo escribiendo una entrada ese día.
En un año cumplirá 10 años. 10 años de continuidad.
Woody Allen dice que el 95% del éxito profesional proviene de la perseverancia, dijo Clémonz.
¿Eso dijo Woody Allen?
Sí, habrá que buscar en google sus palabras exactas.
No las busqué, confío en que algo así dijo Woody Allen, aunque suene a frase de superación personal.



7.

Otra lista de cosas:
1. Usé la cocina para hacer el desayuno.
2. Abrí las ventanas y me maravilló estar en casa todo el día. 
3. Sin prisa pero con gripa; con gripa pero sin quejas. 
4. Tengo ronca la voz. Comienzo el año con una voz que es mía pero que está distorcionada. ¿Puede tener algún augurio? 
5. No he leído mi horóscopo. El 2015 me arrebató esa creencia de los horóscopos y ahora estoy ahíta de ellos.



8.

Los mejores cambios son los que se dan casi sin que nos demos cuenta. Puedo decir con seguridad que 2015 fue un año en el que mi blog tuvo un aire nuevo, fue más cotidiano que otros años y tuvo más vueltas, subidas y caídas que el 2014. El festejo de año nuevo está marcado porque existe escritura. Porque existe el deseo de seguir escribiendo. Con esta voz griposa le digo a este espacio cibernético: Happy birthday, happy happy birthday al refugio de mi escritura cotidiana, pero sobre todo al deseo de guardar en alguna parte los recuerdos y revivirlos y olvidarlos por decisión.



9.

Hace un par de días volví a ver la película "The Royal Tenenbaums".
La vi por primera vez en el 2002.
Me la prestó Mariano, tenía una urgencia por compartir la película.
Después se quedó en el olvido. Recordaba muy poco de la película.
Ahora, después de todos esos años, la volví a ver y reí mucho.
Cuando la vi me acuerdo que me aburrió. No conecté con los personajes.
Esta vez tuve varios motivos para sentirme conmovida:
Margot Tenenbaum casada con un hombre mayor y con un expediente privado.
El intento de suicidio de Richie Tenenbaum.
Me sorprendió escuchar la voz de Elliott Smith en una de las escenas más dramáticas de la película.
Sí tengo un propósito de año nuevo: ver películas de hace diez o quince años. 
Sugerencias bienvenidas.