¿Qué es lo que ocupa mi mente el resto del tiempo? Hay como una especie de alejamiento de las cosas importantes que me sitúan en el aquí y ahora, como acomodar bolsas del súper en la cajuela del carro, como quedarme largo rato viendo las sombras que se hacen en la persiana romana, así, sin nada más que algunas imágenes que de pronto llegan a mi mente. No espero algo de los días, en realidad tendría que decir que me espero largas horas, me espero a mí misma y a veces me siento impaciente.
Hoy me acosté en mi cama y miraba por la ventana cómo empezó a llover, las nubes de pronto se cerraron y empezó un aguacero. Dos mujeres en azoteas diferentes levantaban ropa tendida lo más rápido posible. Hubo una que tardaba demasiado porque era mucha ropa y no podía bajar tan fácil de la azotea, estaba aventando la ropa (¿a alguien abajo?) y después con la ropa encima comenzó a bajar pero una blusa se atoró en una varilla de la azotea. Era una de esas azoteas con muchas varillas como para seguir construyendo otro piso, y para entonces la lluvia estaba cayendo con toda su fuerza y en el estrés de bajar corriendo pues no podía desatorar la blusa porque tenía ropa cargada en los dos hombros… hasta que por fin volvió a subir y desenganchó la blusa y desapareció por el hoyo en donde había aventado la demás ropa. Como a los quince minutos cesó de llover.
Lo que escapa de mi mente no son los hechos ni los recuerdos, estos días lluviosos lo que escapa es el horror a mirar eso que tenemos enfrente, no importa si lo que tenemos enfrente es un par de azoteas, el movimiento del tiempo es reemplazado por trazos que abren caminos, caminos que son como hojas en blanco y nunca es fácil, es como tratar de ver el cielo nublado y en lugar de sólo ver el cielo estoy más bien comiéndome las uñas, en el fondo, esa falta de concentración es como un simulacro de ver llover, simulacro de pensar, el pensar se va en la uña comida, y mañana sálvese quién pueda, hoy estoy viendo esta blusa roja mojarse en una varilla, mañana, mañana, hoy, momentos que ocupan mi mente.
1 comentario:
Ah, la concentración. Yo la pierdo a cada momento, no sé qué me pasa. Supongo que me falta algo así como drenar todas las ideas de mi cabeza, pero siempre olvido el taladro en casa. Aparte, creo que mi cabeza es muy dura jajajaja. El café nos despierta, pero no nos mantiene vivos. Habrá que averiguar qué podemos hacer.
Saludos y un beso, Idalia, darling. Espero verte pronto, feliz inicio de clases :)
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