Buenos Aires,
Caminando por San Martín, esta es mi calle, aquí vivo durante quince días.
Sobre esta misma está el Centro Cultural Borges, a una calle está Florida, tango callejero y todas las tiendas que todo mundo conoce, el Zara y demás, sobre la misma un montón de puestos callejeros al estilo Coyoacán en donde venden mate y guantes para el frío.
Estamos a tres o cuatro cuadras de Puerto Madero, se camina por ahí hasta llegar a la Plaza de Mayo y de ahí caminamos por la Diagonal hasta llegar a la avenida 9 de julio.
Y mañana es 9 de julio, aún no sabemos cómo estará el festejo, sólo sabemos que festejaremos la independencia.
Alberto y yo estamos festejando todo el tiempo: en cada una de las librerías de Corrientes. Cuando llegamos a la Librería Lozada, buenísima esta librería, por una compra de más de 400 pesos argentinos nos regalaron una valija... cuando nos dijeron que nos darían una valija, pensé que nos darían una bolsita de tela como las que luego daban de Gandhi, pero no: nos dieron una mochilita con rueditas y candado en donde pudimos poner los libros y cuando llegamos a la calle de Uruguay ya teníamos la valija llena. Aquí las cosas responden a otro nombres, maleta es valija, en lugar de jalar la puerta se tira la puerta, en lugar de tocarla se golpea, en lugar de bolsa de basura es bolsa de residuos, en lugar de chamarra, campera, ahora con la gripe que se tiene acá es barbijo en lugar de cubrebocas. Y cuando escuchan que somos de México nos hablan de lo maravilloso que es "El chavo del ocho" (!) ¿Qué es eso? Pues sí, el chavo es más famoso que Paz o Fuentes.
Y Julio en Julio: entré a una tienda en donde tienen 10 discos de todas las grabaciones que hizo Julio Cortázar, entre conferencias, capítulos de Rayuela, cuentos y entrevistas, fue muy alucinante: tenían el imán para el refrigerador con una imagen de Julio Cortázar, el pin, la postal, la camiseta, y yo me moderé, sólo compré el imán para el refrigerador y creo que volveré por algún disco con su voz, me parecía demasiado comprar tantas cosas de Cortázar como si se tratara de un Ricky Martin.
Después nos tomamos un maté en una cafetería que se llama "El gato negro" y también todo lo que había en esa tienda era hermoso, la tetera, las tazas, los botecitos, uf... todo era bello.
Buenos Aires huele a viejo y eso me gusta.
En cada esquina de Corrientes veíamos unos tipos negros vendiendo relojes y demás piratería, pero era curioso antes de saber que era una especie de mafia, era como si el mismo negro se adelantara a nosotros y pusiera su mismo puesto de relojes. Pensamos que era así, que un negro nos seguía por Corrientes y cada que lo veíamos nos apretábamos la mano Alberto y yo.
Compras importantes:
"Los Reyes" de Cortázar por fin en mi poder. Muuuajajaja...
"Poesía inédita" de Oliverio Girondo.
"Epistolario" de Macedonio Fernández, (muérete de la envidia, yo sé que me lees) y "Para una metafísica argentina"
"El aliento del cielo" de Carson McCullers
"Háblame del fantasma del faro" de Tina Blanco
"El monstruo perfecto" de Franco Vaccarini
"Una ventana para Cecilia" de An Alfaya
"Montevideo" de Jeanmaire
"El amor brujo" de Roberto Artl
"Cuaderno de navegación" de Leopoldo Marechal
Oh sí.
Y por último unas lindas botas para la lluvia: Roxy Rock's
Lo mejor de la ciudad es estar en pleno invierno: el frío es ideal, pega en el rostro pero no se mete a los huesos.
Adoro Buenos Aires y sus pines de Borges.
Mañana más librerías, había que dejar algo para mañana y pasado mañana.
El vino santa Julia y el agua mineral villa maipú son la pura onda.
2 comentarios:
Mal chiste: si en lugar de playera es remera... ¿los argentinos irán a la rema para el veraneo?
En todo caso, no mates a nadie con la yerba (es que es mate, sin acento) y si puedes, tomate unos amargos a mi salud y la de nuestro Alberto. Hago lo mismo por ustedes en esta mitad del mundo donde es verano. Abrazos
De por sí ya era deseable y robable casi cualquier libro que al azar me hubiera volado de tu librero, así que estos que traes sólo aumentarán las ya altas probabilidades de dar con una maravilla; sigo envidiando tu foto abrazadota de Antunes; pero ahora, lo único que envidio es el tiempo para volar y poder vivir en diciembre. Saludos y ya nos presumiras esas botitas.
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