Siempre hay alguien que respira como Darth Vader en el yoga. Es impresionante, pensé que sólo lo hacía Margarito por las mañanas. Pero no. Hoy fui a la clase de la noche y me encontré con una señora que hacía la respiración ¡más fuerte que Margarito! Ni siquiera Memo, que es el profesor, respira así de profundo. Oh… Dios bendiga a Memo Flores por sus clases. Si no fuera por esta clase no me sentiría con ánimo de nada, y la verdad es que salí bien contenta. Ya me hacía falta estirar bien los omóplatos y sentir que en el borde de los codos me salen alas. Además adoro cómo Memo se burla de los que tienen mucha elasticidad y les dice “no se engañen, hagan bien la postura, no piensen que porque pueden llegar al suelo y doblarse ya lo hacen bien”. Al final en el momento de la relajación, Memo se pone a hablar como filósofo del Tíbet, pero sus palabras me gustan, en serio: “no piensen si lo hicieron bien o mal, piensen que lo hicieron y que por eso ya valió la pena”.
Y sí, con todo y el Darth Vader que se sentó junto a mí, disfruté cada perro bocabajo y cada uno de los guerreros. Me encanta hacer yoga y sentir que me duele el cuerpo al día siguiente.
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