Bueno, ya no es mi cumpleaños pero la emoción me duró todos estos días que me la he pasado haciendo cosas de lo más variado.
Hace unos días decía que a mí sí me gusta que me festejen y que me canten las mañanitas y morder el pastel y ay tantas cositas así. Ese día me levanté a las seis de la mañana porque fui a Santa Fe y después regresé a mi casa de manera supersónica a bañarme y ponerme guapa y preparar aderezos y comprar la comida árabe y abrir los vinos y sentarme a esperar a mis invitados. Guau me la pasé bien emocionada todo el tiempo, estuvo muy contenta y al final del día me acuerdo que ya no podía tener los ojos abiertos y me dormí muy rápido siendo que casi siempre me tardo un poco en dormir.
De los regalos que más he disfrutado es estar escribiendo en una nueva compu que no se salta a escribir a otro renglón o que me deja escribiendo en el aire quién sabe por qué o que de pronto ya me abrió otra página, en fin, además de que no tengo que batallar con la letra “o” que estaba muy durita esa tecla. También he pasado harto tiempo observando un caleidoscopio de aceite buenísimo… regaló de mi Comadre. Todo estaba relativamente bien hasta que el viernes suspendieron las clases y no pude ir a mi clase de tap y lo que es peor no pude ir a la cita que tenía con mi asesor para saber sus opiniones finales sobre la tesis completa. Pero la verdad es que prefiero hablar de los múltiples regalos para comenzar estos 25 años:
Que Isolda me dibujara un comic; en donde viajamos al mundo de las Graces en donde somos liliputs y asistimos a la representación de un cuento mío.
Que Konstante cantara “Mírame” (aunque me debe una pizza).
Y de las cosas que quedaron pendientes fue la etimología de la palabra Pájara y su evolución a la Pakarda.
Por cierto ayer fuimos al Hard Rock Café, Elsa, Grace, Alberto y yo. Fue la última presentación y estuvo poca madre, aunque pudo estar mejor si la delegación no hubiera llegado a cerrar el lugar y corrernos a las diez y media. El caso es que nos tomamos una botella de vodka, órales, una botella Elsa, entre los tres porque Grace no tomó nada. Había un evento de motocicletas y entregaron la moto edición especial para el Hard Rock, y Konstante cantó unas cinco rolitas (estrené mi nueva cámara canon) y después nos llevaron la cuenta y nos tuvimos que ir. Hoy amanecí con una sed de siglos, con la noticia de que no habrá escuela hasta el 6 de mayo, que las cosas se ponen cada vez más graves. La única medida que he tomado es usar tapabocas y tomar un chochito homeópata disque para la influenza. Qué mal, ahora no tendremos clases hasta el 6 de mayo. Qué pasa con esta ciudad. No podemos quejarnos, primero se cae una avioneta en el periférico, ahora hay una epidemia después sálvese quién pueda. No es por nada pero es de las cosas que hubiera querido que sucedieran cuando estaba en la secundaria, no ahora que más bien me ponen nerviosa. Me alarma la situación cuando se dice que la UNAM (salvo cuando fue la huelga) no había suspendido clases desde 1985 y eso porque ocurrió el terremoto, que la Iglesia no había suspendido misas desde la Guerra Cristera, en fin, que algo se ha salido de control y cuando veo a las personas en la calle pareciera que a nadie le preocupa.
¿Qué nos depara?
3 comentarios:
¡Muchas felicidades por tu cumpleaños querida amiga!
Sí es bastante preocupante más cuando uno esta por terminar la carrera :S... yo también estoy preocupada!! quiero ir a la escuela aunque sea con mascara antigas!
Marie me recuerda el terremoto del 85 lo que dices, mi tesis estaba en una imprenta cerca de la plaza de santo domingo en el centro y no se podia pasar, al final me la llevaron a domicilio. saludos y que salga todo bien!
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