A veces quiero muchas cosas. Cuando quieres muchas cosas por lo general todo se soluciona tomando un vaso con agua. La sed se aplaca en todos los sentidos.
Ayer compré un refrigerador con Alberto. Es una gran decisión comprar un refrigerador, además los hay de lo más variado. Pero cuando vas a una tienda grande todo es bonito y veo un sillón y lo quiero y veo una alfombra y la quiero, y es horrible... es cuando pienso porque no siento lo que me pasa cuando voy al superama y el carrito no funciona bien, a veces no necesitas más que tortillinas y queso y ya. Adiós.
Pero ayer fue el refrigerador, que la verdad me encantó que tuviera el congelador en la parte de abajo y no de arriba. Luego convencí a Alberto de comprarse una Macbook pro como no quiso yo se la compré y así se fueron las regalías del cuento que saldrá en Nostra. ¿Cómo será el cuento de Nostra?
No lo sé.
Misterio.
Ni siquiera sé quién es el ilustrador.
Que por cierto les dejo la convocatoria del siguiente concurso. El álbum ilustrado quedó desierto y si yo fuera Oliver Jeffers metería algún cuento ilustrado porque el monto es de 20 000 dólares.
Nada mal.
Es cuando me doy cuenta que quiero todo. Quiero ya ver el cuento de Checo, quiero terminar de escribir la novela, quiero aprender a dibujar, quiero sellitos y tener colores y hacer recortes y quiero ser más cursi de lo que ya soy. Jajaja.
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