Último día de julio.
Siguen las vacaciones de verano. Y ayer me fui de día de campo al municipio de Atizapán de Zaragoza.
Esto queda lejísimos de mi hogar sureño en Coyoacán. Pero los papás de mi amiga Paola nos invitaron a comer a su casa.
Atizapán de Zaragoza queda muy lejos. Hay que tomar todo el periférico y salirse en Lomas Verdes, subir por ahí que ya es Estado de México, Naucalpán. Se sube y sube y sube. Y de pronto ya es bosque y todo es muy verde. Lo más bonito de Atizapán es que hay muchísimo verde y hay paredes verdes que no hay en el DF. También hay una presa, la presa Madín. La casa de los papás de Paola queda bien arriba de todo esto, hay que rodear la presa por una carretera llena de árboles y subir y subir.
Nos fuimos en el carro de Claudia. Paola como copiloto y yo atrás. Estuvo increíble nuestra travesía porque de verdad que es todo un mundito Atizapán, después de salir de la carretera y rodear la presa uno piensa que está en medio de la nada pero no: hay una gran plaza con Liverpool y cines y todo... Claudia dijo: ustedes imaginen que estamos de paseo en Bogotá es casi lo mismo, tierra desconocida. Y sí, era descubrir una provincia, con toda la estética de la provincia porque los semáforos me recordaron los que hay en León. Llegamos a casa de los papás de Paola y mmm... comimos y comimos, comimos como cinco horas. Laura, la mamá de Paola, hizo mole, enchiladas, arroz, espagueti, carne, ensalada, botanas, comimos hasta hartarnos. Tomamos café con panecillos, y tomamos y tomamos café. Laura nos enseñó todos sus estambres y las cosas que está tejiendo. La casa está muy linda, es de un solo piso y hay fotos de la familia en la sala. Vi una foto de Paola con vestido y como niña buena, así que fue muy chistoso descubrirla en ese espacio. Después de contar un par de historias de narcos nos quedamos en la sala con los ojos entrecerrados y la panza llena escuchando un disco acústico de los Beattles. La mamá de Paola cerró las persianas prendió unas lamparitas y estuvimos en la duermevela un buen rato, después nos tomamos lo que restaba del vino y ya como a las siete de la noche emprendimos el regreso al DF.
Excelente sábado en Atizapán.
Quiero ir de nuevo!!! Pero ahora sí, como dijo Claus, ir a mojar los pies al lago y llevarnos un six de cervezas, jajaja.
Siguen las vacaciones de verano. Y ayer me fui de día de campo al municipio de Atizapán de Zaragoza.
Esto queda lejísimos de mi hogar sureño en Coyoacán. Pero los papás de mi amiga Paola nos invitaron a comer a su casa.
Atizapán de Zaragoza queda muy lejos. Hay que tomar todo el periférico y salirse en Lomas Verdes, subir por ahí que ya es Estado de México, Naucalpán. Se sube y sube y sube. Y de pronto ya es bosque y todo es muy verde. Lo más bonito de Atizapán es que hay muchísimo verde y hay paredes verdes que no hay en el DF. También hay una presa, la presa Madín. La casa de los papás de Paola queda bien arriba de todo esto, hay que rodear la presa por una carretera llena de árboles y subir y subir.
Nos fuimos en el carro de Claudia. Paola como copiloto y yo atrás. Estuvo increíble nuestra travesía porque de verdad que es todo un mundito Atizapán, después de salir de la carretera y rodear la presa uno piensa que está en medio de la nada pero no: hay una gran plaza con Liverpool y cines y todo... Claudia dijo: ustedes imaginen que estamos de paseo en Bogotá es casi lo mismo, tierra desconocida. Y sí, era descubrir una provincia, con toda la estética de la provincia porque los semáforos me recordaron los que hay en León. Llegamos a casa de los papás de Paola y mmm... comimos y comimos, comimos como cinco horas. Laura, la mamá de Paola, hizo mole, enchiladas, arroz, espagueti, carne, ensalada, botanas, comimos hasta hartarnos. Tomamos café con panecillos, y tomamos y tomamos café. Laura nos enseñó todos sus estambres y las cosas que está tejiendo. La casa está muy linda, es de un solo piso y hay fotos de la familia en la sala. Vi una foto de Paola con vestido y como niña buena, así que fue muy chistoso descubrirla en ese espacio. Después de contar un par de historias de narcos nos quedamos en la sala con los ojos entrecerrados y la panza llena escuchando un disco acústico de los Beattles. La mamá de Paola cerró las persianas prendió unas lamparitas y estuvimos en la duermevela un buen rato, después nos tomamos lo que restaba del vino y ya como a las siete de la noche emprendimos el regreso al DF.
Excelente sábado en Atizapán.
Quiero ir de nuevo!!! Pero ahora sí, como dijo Claus, ir a mojar los pies al lago y llevarnos un six de cervezas, jajaja.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario