Situaciones que suceden en domingo:
1. Hay un momento de la mañana, cuando apenas despierto, que un rayo de sol logra entrar por un lado de la cortina que no cubre la ventana. La luz se
refleja en el espejo y después en la pared, esos minutos, sólo quiero quedarme en mi cama viendo el
juego de geometría entre la sombra y la luz.
No quiero salir de mi cama hasta que ese
triángulo escaleno pierda la compostura y se convierta en recta o en mancha.
No quiero salir hasta que tenga
decidido qué es lo que haré exactamente.
Saldré de mi ovillo cuando sepa si iré
directo a calentar agua para hacerme un té o un café o si tendré que ir al baño
o prender el boiler.
Y antes debo sentir el cuerpo.
Reconocer
que el mundo está intacto y Pavlova está dormida en el lado izquierdo de la
cama cuando siempre duerme en el lado derecho.
No entiendo las decisiones de un gato.
Me gustaría que fuera un tema de tesis.
2. El otro día navegando en instagram me topé con la foto de una
oveja de una estudiante de veterinaria. Me gusta seguirla porque sube animales
de granja. Pero esta vez pedía que uno se metiera a votar por un artículo que
había publicado y que estaba concursando.
El título de su artículo: Timpanismo en pequeños rumiantes. Por la
oveja que ríe.
Comenzaba: “El timpanismo se ha referido
a la acumulación excesiva de gas libre o en forma de espuma en el rumen y la
incapacidad para eliminarlo a través del eructo”.
Sentí que estaba leyendo el inicio de un
cuento de ciencia ficción.
Así debería comenzar una historia aunque
después no exista una vuelta de tuerca o un final que no deje frustrado al
lector.
Que ría una oveja, eso debería de ser
suficiente.
3. Escucho In a sentimental mood. Es una canción que retorna desde lo
reprimido, no sé cada cuánto, pero siempre vuelve y con la misma fuerza. La escucho una y otra vez. Siempre me metía a Youtube para
escucharla pero ahora decidí pagar 12 pesos por la canción y tenerla en mi
lista de canciones y escucharla todo el día, sin tener que escuchar ningún
comercial.
Hoy es auténticamente mía, ya la puedo bajar a mi celular
y hartarme de ella.
4. Escribí un lugar común en La hoja de arena. Pueden pasar y leer.
5. Hoy comprando tortillas de harina en
la cremería una niña le pidió a su papá que le comprara unas gomitas de azúcar.
Había dos botes: una contenía gomitas en
forma de pez y otra gomitas redondas de las normales. Cuando su papá le
preguntó cuál de las dos quería, la niña respondió: quiero las gomitas-montaña.
Y cuando volví a ver el bote vi que en efecto las gomitas redondas apiladas
dentro del bote parecían montañas de colores, porque no son precisamente
redondas, son curvas en la cima, son montañas del tamaño de una goma de azúcar.
Hay días en los que sólo quisiera ver el
mundo en esos términos.
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