jueves, mayo 28, 2015

mayo: bueno y constante



1. Alberto Constante


Conocí a Alberto en un Seminario sobre Ser y Tiempo que impartió los sábados en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras. Era el 2006. Yo estaba cursando el cuarto semestre de la carrera en Historia. Esto ocurrió hace nueve años. Después todo pasó. 
¿Cómo resumir una vida en unas cuantas líneas? 
Vivimos juntos, nos casamos, viajamos, escribimos, hicimos una vida en común. Volvimos a viajar, a vivir en otra parte, a soñar. Regresamos, vivimos, viajamos, seguimos juntos, discutimos; hubo pocas peleas. Al final, tuvimos nuestras diferencias, hablamos, intentamos recuperarnos como concepto; no se pudo. Después nos separamos. Después quisimos aferrarnos. Nos fuimos desenredando. Y siendo honestos en nuestras vidas, cada uno en su espacio, sabemos que nos queremos, porque nos queremos, dos veces y tres veces nos queremos, aunque no estemos juntos. Seguimos hablando, a veces salimos, desayunamos o comemos, nos mandamos whatsapp, nos damos RT. Pasaron muchas cosas en los 8 años que estuvimos juntos. Sería difícil reconocerme a mí misma sin esa parte que fui-soy junto a él.


2. Manuel Bueno



Conocí a Manuel en Sullivan, un día que llegué temprano y sólo estaba él y su computadora. 

Para ser precisos, conocí la imagen de Manuel por un video de youtube. Un día mientras manejaba a la escuela en donde doy clases pusieron en Radio Ibero una canción que me llamó la atención y subí el volumen. Me gustó la rola. Cuando estacioné el carro puse un tweet con el nombre de la canción. No quería que se me olvidara, quería buscarla después. Mi mejor amiga, MF, vio el tweet y me mandó un mensaje. ¿Te gusta Little Jesus? Yo le dije que no sabía cómo se llamaba la banda, que había escuchado la canción y que me gustaba. Ella me mandó el video de la canción. Ahí sale actuando Manuel.
Unas semanas después me quedé de ver con MF en el Karaoke en Sullivan. Por una extraña coincidencia conocía a Manuel. Yo no, pero cuando llegué lo vi y le dije que él era el chico del video de "cuando el norte se vuelve el sur".
Platicamos. Nos caímos bien. Un día fuera de la oficina coincidimos y fuimos a comer.
Después nos hicimos amigos.


3. Carlos Bueno


El fin de semana pasado fui a comer con Alberto.
Teníamos varias semanas sin vernos y fue muy emotivo encontrarnos en las mesas del Fondo de Cultura de la Rosario Castellanos.
Después fuimos a comer a la Roma. Estuvimos platicando de mil cosas, entre ellas, la posible edición de una revista de filosofía que Alberto dirige. Le dije que Manuel Bueno tenía una imprenta y que podíamos cotizar una edición con él.
No sé por qué me gusta llamarle por su nombre y su apellido.
Alberto, me había contado, que su mejor amigo se llamaba Carlos Bueno.
Yo sabía quién era Carlos porque Alberto me había contado muchas, muchas, muchas historias de su compadre, de Charly, del Denny's, de las fiestas, de su casa cerca del Viaducto, pero sobre todo de lo guapo que era su amigo. 
Usaba siempre la frase, "Charly era tan guapo que paraba el tráfico".
Carlos Bueno, en cada plática con Alberto,  se iba creando un perfil: mujeres, hijos, alcohol. 
Con los años fui construyendo una imagen de este viejo amigo de mi marido.
Un día le pregunté a Alberto, ¿por qué no lo buscas en Face? Ya lo busqué y no está. ¿En google? No está.
Este sábado volvió a salir el tema:
¿No será Manuel Bueno pariente de Carlos Bueno?
El papá de Carlos se llamaba Manuel.
No lo sé. Cuando vea a Manuel le pregunto.
¿Por qué no le preguntas ahora?
Y eso hice, le pregunté por Carlos Bueno.
Sí, era mi tío, me respondió Manuel.
¿Cómo que era?


4. Correos electrónicos


Es tan sorprendente todo esto que aún yo sigo sin entender cómo fue posible que los destinos o las rutas de vida de las personas se unan en algún momento, se anudan, se tuercen, se hacen un solo camino. Quién podría haber dicho que ese chico era el hijo del hermano de uno se mis mejores amigos en la vida. Un amigo mío que me conoció cuando yo tenía 17 años... ¿Te das cuenta Pájara? Hoy que me he enterado de su muerte... sigo triste porque ya nunca más podré verlo. No sabré nada más de él. Lo primero que pensé fue "por qué yo no me he muerto también"... Qué estúpido es todo. No sabes cuánto me duele.




5. Mensajes de whatsapp


Ya nunca podrás platicar con él, pero sus hermanos te quieren ver de nuevo. Le pidieron a Manuel que les diera tu número y ya se los di. 
Estoy segura que será un encuentro afortunado con los Bueno. 

Pájara, pájara, hoy hablé con Fernando, no sabes qué felicidad me dio escucharlo.




6. Mensajes de gtalk


El Jefferson (mi papá) Está MEGA feliz de haber encontrado a Alberto... Diario me cuenta algo de él. 
Me dijo que está nivel "hermano".
Me da mucho gusto ver a mi papá así... contento.



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