lunes, abril 30, 2012


El 26 de abril de 2012: Yo estuve ahí con Vila-Matas y con Graciela.
Graciela llegó ese día a Madrid y lo primero que le dije cuando caminábamos del aeropuerto al metro fue: hoy conocerás a Vila-Matas porque ayer me enteré que estará en la Biblioteca Nacional y como seguramente habrá mucha gente hay que estar ahí una hora antes.
Pero Madrid no es el Distrito Federal en donde conferencias como la que dio Vila-Matas hubieran estado abarrotadas de gente con dos horas de antelación y al terminar su plática Vila-Matas hubiera sido acosado por miles de mexicas…
Pero es una maravilla que su conferencia no hubiera sido en México, lejos de Juan Villoro, lejos del Colegio de México, lejos del Fondo de Cultura, lejos de todos los pousers. En México hubieran puesto una mesita en el loby en donde hubieran vendido todos los libros de Vila-Matas un 10 por ciento más caros que en las librerías para motivar a la audiencia a comprar el libro.


No.

Aquí no es así y es lo que más me gusta.

Llegamos una hora antes y la chica de la entrada nos dijo que pasáramos a ver la exposición de Biblias porque el evento no abriría sus puertas hasta las siete menos cuarto. Y en efecto sólo Graciela y yo estábamos ahí como fans from hell. Al principio cuando no vi gente pensé que me había equivocado de fecha pero no. Madrid es muy racional y ordenado, a veces me sorprende tanta solemnidad.
Sentí que tenía 15 años y que vería a Kurt Cobain. A veces soy así de trivial con mis sentimientos, pero esa soy yo.


El señor Vila-Matas es un hombre sin barba. 


Y es un señor que vale la pena escuchar hablar. Me sentía muy tensa con la enumeración de puntos en los que consistía su conferencia y no recuerdo casi nada, sólo que mencionó a Laurence Sterne, pero no entendí que quería decir con Tristram Shandy, pero creo que no entendí porque estaba nerviosa tratando de prestar atención y de pronto hablaba tan deprisa que se me perdía la idea y me llegué a sentir realmente estúpida. Habló de Italo Calvino no recuerdo qué. Pero sí recuerdo lo más importante y eso hace que todo tenga sentido: “vive y averigua quién eres”, escuché esto y pensé: Vila-Matas es el Píndaro posmoderno sin duda.
Después, al terminar la plática resolví mentalmente uno de los motivos principales que me tienen aquí en Madrid: la investigación de mi tesis. He estado investigando las relaciones entre dos murales de guerra: el Dive Bomber and Tank de Orozco y el Guernica de Picasso. Tengo toda la investigación casi resuelta y es un poco penoso porque hay poco diálogo entre ambos artistas, de hecho están bastante separados. Comencé a escribirlas y me parece tan soso todo lo que ocurre ahí, porque es tan lugar común y aburrido… que nada, no hay mucho que hacer. Pero después de escuchar a Vila-Matas sobre cómo fue a los archivos de L.A. y estuvo revisando los guiones de las películas que escribió Scott Fitzgerald, se llevó más de seis meses en esta tarea, para averiguar sólo una frase de una película inédita me quedé impresionada, de hecho creo que ni Piglia que es historiador ha sido tan riguroso como Vila-Matas, y eso ya es mucho decir. Pues tuve una idea brillante, quizá la mejor que se me pudo ocurrir entre el Dive Bomber y el Guernica.
Esta semana terminaré de escribir la investigación y sin duda le debo ese final al señor Vila-Matas, con quien me tomé una fotografía… y aquí está la prueba de ello.


El 26 de abril de 2012 también pasará a la historia porque estuve muy feliz a lado de Graciela, que después de conocer a Vila-Matas, caminamos por Malasaña, nos tomamos un vino en Pepe botella, compramos té con Yuli y no pudimos dormir de la emoción. Te quiero y ya te extraño Grace.


miércoles, abril 25, 2012

En Agosto 11 de 2008 escribí en este blog esta entrada sobre Vila-Matas.
Ahora en 2012... he dejado de leer a Vila-Matas, así es: no he ido leyendo todas sus novelas desde aquel Dietario, pero justo ahora viviendo en Madrid y estudiando en la Biblioteca Nacional me entero que mañana Vila-Matas dará una plática a las 7 de la noche. Y siento pésimo ir a la casa del libro a comprar un libro que ya he leído y que dejé en México... porque la verdad  el único libro que quisiera que me firmara este señor es "París, no se acaba nunca". He decidido que no, que no compraré el libro, pero que sí vendré a la Biblioteca -ahora escribo esta entrada desde la Biblioteca- y me tomaré una foto con él, porque es el único encuentro en donde puedo acercarme a un autor que me ha conmovido con sus historias y al menos quisiera tocarle el hombro.
Vila-Matas: Usted un día me dijo que tendría una foto con usted, me hubiera gustado que fuera en la Conchita, en Coyoacán, pero el destino nos pondrá a los dos en la Biblioteca Nacional.

sábado, abril 21, 2012

Hace unos años pasé un cumpleaños en Puebla. Mi tía Queta vive allá y recuerdo que ese día había un noticiero en donde al final felicitaban a las personas que cumplían años. Recuerdo que estaba acostada en su enorme cama king size y en la tele el presentador dijo "feliz cumpleaños a... Idalia". Fue muy rápido y además felicitaron a más personas. Pero fue y sigue siendo uno de los mejores regalos que me hicieron porque hoy todavía está en mi mente. La verdad es que me emocionó muchísimo que en la televisión pudieran saber de mi cumpleaños.
Hoy cumplo 28 años y estoy en Madrid. Es la primera vez que cumplo años fuera de mi país. Y decidí comenzar mi día viniendo a la Biblioteca Nacional que por ser sábado sólo abre medio día, así que estaré trabajando en mi tesis hasta las dos de la tarde y después me iré a festejar. Estoy muy contenta y hace frío. Creo que es también el primer cumpleaños que festejo usando un abrigo.

jueves, abril 19, 2012

"La bombilla tiene algo de la representación medieval del Espíritu Santo o del Pantocrátor."

Javier Tusell en Picasso, Guernica y los años de la Guerra Civil española.

Por este tipo de frases que de pronto me encuentro pienso que muchos historiadores del arte son al mismo tiempo grandes escritores de ficción metidos en un closet. Nada más y nada menos que pensar que una bombilla contiene la representación medieval del Espíritu Santo... claro, la bombilla que aparece en el Guernica, pero de cualquier forma sigue siendo rebuscado y fantástico. De hecho esta frase debería de ser unos de los epígrafes de mi tesis.

lunes, abril 09, 2012


Y la semana santa fue París.

Me da un poco de pena escribir sobre París sin sonar cursi, obvia y lugar común pero ni modo: París es una fiesta como dice Vila-Matas. Lo mejor es caminar, perderse por las calles, que nunca te pierdes si te encuentras con un metro o un café. La mejor visita que pude hacer a esta ciudad fue dejando a un lado los museos y los lugares harto turísticos en donde llegan manadas de turistas. Así que no fui corriendo a ver el código de Hammurabi, y bueno tampoco hice todo lo que viene en la guía de turismo. Lo que sí hice:

Fui al panteón de Montparnasse a visitar a Julio Cortázar. Afuera compré unas flores amarillas y fue muy triste llegar a una tumba llena de rayones y de mensajes tontos que le ha dejado la gente. Fue terrible porque la mayoría de los mensajes escritos con plumón indeleble y algunos hasta grabados con gubias sólo afean la tumba. Muy decepcionante. La última vez que estuve ahí fue en 2003 y la tumba estaba limpia, esto quiere decir que desde 1984 no se había rayado, y ahora 2012 está llena de mensajes y de tonterías como si se tratara de un baño público. Además la cantidad de turistas es un poco agobiante, en Montparnasse no hay casi turistas y aproveché la ocasión para visitar a Porfirio Díaz y tomar un par de fotos a su tumba. También visité a Susan Sontag, Sartre, Baudelaire, aunque los visité nomás porque sabía que estaban en el mismo panteón, el único que me importaba era Cortázar.

Estuve caminando muy cerca del museo de Orsay y ahí en donde se concentran miles de personas sientes que eres uno más de la bola que saca su cámara ¿y qué tomas? Esta pregunta me venía a la mente a qué le saco una foto, ¿no son ya suficientes las fotos que hay del París turístico?

Fui a la mítica librería en donde estuvo Joyce, Hemingway y seguramente todo el elenco de escritores que salen en París a la media noche. “Shakespeare and company” es muy bello lugar, hay un piano y me tocó escuchar a una chica que aporreaba el piano pero que hacía un ambiente muy rico. El lugar es acogedor, tiene una luz tenue y los libros están encimados, hay un acomodo de librería de viejo. La librería tiene toda la parafernalia del turismo: te venden la bolsa, la postal de Joyce, la libreta, pero con todo y eso: sí vale la pena ir, subir al segundo piso y sentarse junto a la ventana y ver Notre Dame. Sí es increíble estar ahí pero todo lo que rodea este acto es ponerte en la postura del turista que igual se sube a la Torre Eiffel y toma el paseo en el Sena pero pues ni modo, es el turismo que me toca vivir y lo asumí sin sentirme mal, ahora me arrepiento un poquito no aventar un euro al pozo de los escritores pero pues ni modo, no me nació hacerlo. Es una librería que todos quieren visitar y es mucho más bonita que su hermana gemela en Nueva York. Últimamente he sentido que las grandes ciudades: Nueva York, París, Madrid, La Ciudad de México, tienen lugares, quizá La Ciudad de México mucho menos, pero sí estoy segura que las tiendas de los museos te venden el mismo trique, los mismos lápices, el mismo patito amarillo para la bañera, la misma libreta de apuntes, la postal de Bansky junto a la postal de Degas, los imanes para formar palabras, el muñequito de Freud. En fin… Ya no tiene esta magia que todavía hace diez años se podía dar como comprar algo que sabes que sólo hay en un país y que ese lápiz es único y especial y… no, ya no es así, ya no hay cosas especiales que comprar. Lo más especial que traje de París fueron tres cuentos clásicos para niños, que estoy segura se consiguen en cualquier librería de Francia y en Amazon que lo tiene todo, pero bueno yo los conocí en una tienda de comics muy cerca de la rotonda de Clichy. Me gustaron por ser pequeños y tener ilustraciones muy clásicas. Además cada uno me costó dos euros porque es la reedición ocho mil desde la primera en 1952. Y bueno comí fondue, ese sí que no hay uno más rico, o eso pienso, y comí comida japonesa, también deliciosa. El desayuno del hotel no era nada malo y los croissants eran muy ricos. Toda la panadería francesa lo mejor de lo mejor.

De vuelta a Madrid.

Fui a comprar té con Yuli y platicamos de los precios del alquiler, de Malasaña, del dueño de un bar que frecuento mucho que se llama “La bodega de la ardosa”, y me di cuenta que Yuli me trataba como una chica con la que podía platicar del “cotilleo” de nuestro barrio.

Los últimos días de Semana Santa descubrí un foro, muy cerca de casa, se llama Nudo Teatro. Y tiene unas obras extraordinarias.

He visto tres, pero ahora soy tan fan que ya tengo reservación para la función del miércoles y cuando venga Grace a finales de mes, ¡Grace viene a visitarme y me emociona mucho! Pues volveré a ir a ver con ella las obras que más me conmovieron.

Pero Nudo Teatro merece una entrada de este blog...