martes, diciembre 25, 2012

El camino en carretera siempre entristece.
Desde que soy niña viajar horas sobre la carretera me pone nerviosa.
Hoy estoy segura que la molestia es pensar. Estar en carretera me hace pensar todo el tiempo.
Quién soy, por qué soy así, qué estoy haciendo, qué haré.
Tengo 28 años. Y me siento una auténtica treintañera, no me da pena aceptarlo. En la carretera de regreso a la ciudad de México no dejaba de pensar en este año.
Este año estuvo marcado por: volver a casa. Cuando aterrizaba en el aeropuerto de Barajas, pensaba en lo frágil de ese momento, volver a mi piso en Santa Brígida fue "volver a casa".
Pensé en lo diferente que es hacer viajes en Europa cuando uno vive en ese territorio en donde volteas y ya estás en otro país. Recuerdo que la vez que regresamos Alberto y yo de París, tomamos el metro, eran las seis de la tarde y antes de llegar a casa pasamos al súper a comprar pan y huevo. Porque claro, no cambiamos de horario, no hicimos 12 horas de vuelo, y así es regresar de París cuando uno vive en Madrid, no traíamos más que una maleta en la espalda porque no se puede llevar casi equipaje si vuelas por Ryan air.
Si tuviera veinte años pensaría que este año fue el mejor de mi vida, pero no es así, fue muy bueno, fui muy feliz, pero viajar no es lo mejor de la vida, viajar es parte de mi vida. Y es la primera vez que veo esa diferencia, antes yo viajaba porque tenía la voracidad de conocer, de beber, de ir y venir, de aprehenderlo todo como si fuese una esponja. Y ahora pienso que quiero hacer viajes más puntuales, vivir una ciudad, adentrarme a lo que no es turístico, descifrar qué es lo que hay qué hacer, cómo vive la gente y caminar, pero sobre todo compartir. Y este año estuvo repleto de estos viajes sin turismo, viajes sólo para tomar un vino en un restaurante, caminar junto al río, disfrutar de un pedazo de sol en una helada primavera, comprar ropa de diez euros con una amiga, entrar a HM, visitar el outlet de Mango y Fuencarral, caminar cotidianamente por Fuencarral hasta Gran vía.
Recuerdo con cierta nostalgia aterrizar en Barajas y ver el páramo. Barajas está a las afueras de la ciudad y no hay edificios, no hay nada, un par de casitas por ahí.
Pensaba todas esas veces en la ciudad de México, en lo espectacular que es aterrizar en esta ciudad, pensaba que mientras no aterrizara en México, no podría decir "he vuelto a casa".


Regresamos en carro de León Guanajuato a la ciudad, evidentemente no nos dan ganas de pasar a comprar pan y huevo. Llegamos fulminados, por el sol que hacía en la carretera, el tráfico y la nube de pensamientos que están ahí. ¿Qué voy a hacer?
Tengo que escribir. Tengo que escribir.
¿Por qué cuando me repito a mí misma "tengo que escribir" pienso en mi amigo Frederik? No lo sé.
Comencé a escribir una novela. Ese día después de la carretera pensé en escribir una historia, no sé hacia dónde va, no sé por qué, sólo sé que lo quiero hacer y eso es suficiente.
Frederik estaba en mi mente, con su mirada de no estoy entendiendo, con su mirada de qué estás haciendo y por qué.
Escribí y escribí. Me puse triste. Pensé en mi blog, pensé en "mejor escribo en mi blog". Pero este espacio es diferente, es para relajarme.
Me pongo a buscar en mi archivo.
Encontré esta entrada que ahora pongo aquí. La quiero dejar en este momento porque ya no estoy con Rita, ya no estoy en ese cuarto y la transformación me parece lejana pero aún sigue dentro de mí.

Estoy escribiendo con mi laptop en el comedor de mi casa. En este aburrido 25 de diciembre. Es aburrido porque es como domingo, porque no hay muchas cosas qué hacer, porque de alguna forma estamos obligados a reposar, a tomar estas vacaciones y no quiero reposar, y no quiero tomar vacaciones. Estoy escuchando a Nick Drake y después a Chilly Gonzales. Las flores que me compró Alberto están abiertas y su olor impregna toda la estancia. Tengo una casa muy bonita, lo digo en serio, estoy viendo todo a mi alrededor y pienso qué bonito es.
Tomo el libro de Legátova y comienzo a leer mis subrayados:
Su día era una canción alegre que acababa por las tardes en forma de fanfarria triunfal con la vuelta de su marido. 
Para todo hace falta talento. Incluso para la felicidad.



19/06/2008


Me gusta el sabor de las galletas marías cuando se hacen viejas y blandas. Ese sabor y el té de cereza negra son la medida de mi felicidad.
Por la tarde fui a recoger mi computadora y algunas cosas al departamento.
Hablé con el mecánico que está arreglando mi estéreo y me dijo que estaría listo en quince minutos o media hora.
Entré a mi cuarto y me puse a releer un libro que me gusta mucho, La transformación de Květa Legátova. Pensé que mientras podría leer un poco ese libro y recordar frases subrayadas. Lo tenía encima de mi cómoda porque me lo acaba de regresar una amiga a la que se lo presté. Hace casi un año que leí ese libro y esa transformación mía que comenzó en julio del año pasado sigue todavía en camino, marchando como la imitación que hago de los soldaditos, los buenos momentos han marcado el año entero.
Buenos momentos que de pensarlos me estremecen.
Pequeños detalles se acomodan día con día, y sin duda no soy la misma.
Ayer y hoy estuve pensando en Frederik. Más bien me venía mucho a la mente una frase que él me decía mucho para señalarme alguna cosa por hacer. “No es por intrigar pero…” Su recuerdo viene y se va. No es por intrigar pero sería mejor ir preparando la exposición. No es por intrigar pero creo que deberías mandar ese texto. Sí, lo extraño. En momentos me asombra. Y sólo se queda en mí, una y otra vez, cómo pudo ser.
Después de todo decidí no despegar el calendario 2007 de mi cuarto.
Porque en esos días toda mi vida ha cambiado, esos días no se despegaran nunca de mí, porque son como lágrimas que se pronunciaran siempre en mi recuerdo.
No sé si soy mejor persona, pero sí sé que me alivia sentirme ligera.
Me doy cuenta que he aprendido a no enojarme.
Desde hace dos años pocas cosas me molestan. Y eso me hace más ligera. Mis pensamientos son frases sencillas, y al ser sencillas no me lastiman, no tienen esas aristas que tienen los pensamientos rebuscados que se entierran como las uñas, se clavan como un dolor imperceptible que al final resulta cansado, inútil. Antes así era. Y todo el tiempo me quejaba, me ponía triste, y también escribía, pero sobre todo porque me sentía hostigada por pensamientos tontos.
Ahora más bien me siento impregnada de recuerdos que surgen sin que me dé cuenta.
Las frases que subrayé en ese libro me siguen pareciendo maravillosas.
Me hice un ovillito y deseé quedarme así hasta el fin de los tiempos.
De pronto, sentada en mi cama, leyendo ese libro, el tiempo me tiene sin cuidado. El departamento adquiere un color anaranjado por eso de las seis, y de pronto vi que Rita, mi gata blancuzca, se me acercaba con cierto sigilo, como si le sorprendiera verme sentada con tanta quietud, nada de prisa, simplemente releyendo partes del libro. Alcé la mirada y la vi a través del espejo, me veía con asombro y sus pupilas estaban pequeñísimas en una fina línea negra, sus ojos eran más azules que las tapas del libro.
Vi mi cuarto y sentí que ese era el último momento en que veía mi cuarto tal como siempre ha estado. Sentí que ese cuarto nunca volvería a ser tan mío como hasta entonces. La transformación también avanzaría sobre mis cosas. Cada día irá mudando, hasta quedar vacío de mí, solo sin mí, ese cuarto que ahora comienza a terminar.
Y sentí la tristeza que acompaña todas las despedidas.
Rita saltó a la cama y se me acomodó en mis piernas. Me quedé con ella hasta quedar casi a oscuras. Me dieron ganas de llorar, pero mi propia felicidad se inclinó hacia mí con el ronroneo de Rita y estuve muy bien, pensando que nunca estamos del todo preparados para que terminen las cosas, cualquier cosa, incluso una tarde, una caricia, un libro.



lunes, diciembre 17, 2012


Los invito a la presentación del libro Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo en donde colaboré junto con Paola Uribe con el texto "Entre el drama y la explosión: Gerardo Naranjo" ahí analisamos la obra cinematográfica de Naranjo. Este texto lo escribí al mismo tiempo que el relato "Voy a explotar". Estoy muy contenta que dos textos que escribí en 2012 vean la luz en este mismo año. Estoy tan contenta que hasta me dan ganas de desearles feliz navidad y año nuevo, así que lo haré:
Felices fiestas.

miércoles, diciembre 12, 2012



Esto es el presente.
Voy a explotar.
Finalmente lo que tenemos es esto: la palabra escrita que no se aburre nunca de nosotros.
—¿Quiénes nosotros?



1. "Voy explotar" fue ilustrado por mi amado amigo Ismael Angeles (@ishcorp) y juntos decidimos meter el relato y la ilustración al concurso que organizó Opticks Magazine y quedamos seleccionados para formar parte del libro que hoy se presenta en Valencia. Me encanta la idea de que este relato tan personal y entrañable haya sido:
uno. Ilustrado por Ismael es amor.
dos. Publicado en Relatos ilustrados opticks.

2. Este texto lo escribí estando en Madrid. Un día mientras el calor me tenía un poco lenta y la Biblioteca Nacional pasaba por una calma chicha días antes de que activaran el aire acondicionado y las puertas estaban abiertas y el sudor de las personas comenzaba a oler... me sentía aburrida, aburrida, aburrida. Detesto sentirme aburrida pero no podía hacer nada al respecto porque cuando leía no entendía y cuando escribía me sentía a punto de explotar... hacía tanto calor y el sol no se iba a las siete ni a las ocho ni a las nueve de la noche... Aprendí que en Madrid, como en otros lugares de Europa, la noche no existe en verano.
Y eso es terrible para una mexicana que vive todo el año en primavera. Es terrible tener que hacer cosas porque el sol no se pone, y es impresionante cómo el cuerpo responde a ese estímulo de la luz solar.

3. "Voy a explotar" es un relato que escribí al mismo tiempo que redactaba un análisis sobre la película de Gerardo Naranjo del mismo nombre. Estando en Madrid me mandaba mails con Paola y a cuatro manos escribimos un ensayo que se publicó este mes en el libro: Reflexiones sobre cine mexicano contemporáneo editado por Cineteca Nacional y Estudio Paraíso.
Vi tantas veces "Voy a explotar" que me aprendí de memoria varios diálogos, y en la nostalgia que sentía por México viviendo en Madrid, siempre que escuchaba la voz de la protagonista decir "Pinche Martha desde que te fuiste a México todo me sale mal" pensaba qué ganas de escuchar mexicano, qué ganas de escuchar algo tan cotidiano como pinche Martha.


lunes, diciembre 10, 2012

Cosas que pasan:

1. Salir en la estación Potrero y que un cuate con traje al que le están boleando los zapatos en una de esas casitas en las que te subes, voltee a verme y me grite: ¿Qué camión buscas chaparrita?
2. Viajar en metro con un pantalón amarillo y darme cuenta que sólo yo traigo un pantalón amarillo en el andén.
3. Recordar que cuando me enfermaba de la cara (realmente me enfermaba de la cara) mi papá solía llevarme al hospital la Raza y él se ponía a leer sus novelas sobre Pericles mientras yo lo observaba y pensaba que algún día viajaría en metro leyendo una novela.
4. Viajar en metro sin leer novelas.
5. Comer con Ishcorp y que me pregunte si desde que volví a México nuestra relación cambió para bien o para mal.
6. Tomar mezcal.
7. Estar nerviosa por la presentación del domingo.
8. Pensar que todo es absurdo.
9. Recibir un correo de mi asesor de tesis.
10. Que todo esto pase en un sólo día.


sábado, diciembre 08, 2012

Exposición-concierto




El domingo 16 de Diciembre de 2012
Están invitados a participar en la exposición-concierto que haremos Graciela María, Pilar Córdoba Longar y yo. La cita es en el Sep's Sonora a las 19:00 hrs.

Yo estaré presentando arte-postal, collage, un libro de historia natural que intervine y este huaje que hice exclusivamente para la exposición de Idilios Naturales que coordina mi amigo Ismael Angeles pero que forma parte del proceso creativo de este año.

Me dará enorme gusto verlos por allá.




domingo, noviembre 25, 2012

Nunca sabemos lo cerca que estamos de nuestro pasado.
Cientos de veces cruzo Río Churubusco de General Anaya a Av. Morelos o eje 3...  Sobre todo porque mi abuela vive en la Jardín Balbuena y la visito muy seguido.
Hoy regresé de Puebla y nunca había vuelto a experimentar la profunda tristeza de un domingo.
Churubusco estaba tomado por bicicletas, así que la lateral venía a vuelta de rueda, sobre esa lateral volví a estar frente a una esquina que siempre me produjo tristeza. No sé qué avenida es, pero es una antes de llegar a Municipio Libre. Muchas veces siendo niña el carro de mis padres frenaba en ese mismo alto. Una tienda de albercas y casas para perros. Recuerdo que íbamos a casa de mis abuelos y de regreso cuando veía que el día se había terminado me sobrevenía la angustia de lo cotidiano, de saber que al día siguiente estaría formada haciendo honores a la bandera a las ocho en punto de la mañana. Lo peor de esa época era la imposibilidad de verbalizar lo cotidiano, de tener al menos la herramienta de escribirlo en alguna esquina del cuaderno profesional de cuadro grande con márgenes rojos. Lo único que sabía era la certeza de lo real: lunes, uniforme y gel en el pelo. Saber eso me entristecía, pero al mismo tiempo, no había nada qué hacer. Soportar el ritmo cotidiano era tan triste como esa tienda de albercas vacías y casas para perros. Cuando estaba en la secundaria llegué a pensar que eso nunca terminaría nunca. Y todavía hoy cuando a las once de la mañana paso por enfrente de una escuela pienso "por fin estoy fuera, pensé que nunca llegaría un lunes que a las once de la mañana estaría haciendo cualquier cosa menos estar en una escuela". De hecho al terminar la preparatoria decidí no volver a tomar clases en la mañana.
Pero hoy, otra vez: domingo, esquina de Churubusco, albercas vacías y casas de perros. ¿Por qué ese negocio no ha cerrado? No lo sé. Pero está intacto al tiempo. Asqueroso.
Le dije a Alberto que fuéramos a un restaurante que estaba cerca de mi antigua casa, en donde mi mamá iba con una olla y compraba pozole para llevar. Fuimos y el lugar seguía ahí, sólo que ahora además de comida para llevar es un restaurante. Comimos pozole y después fuimos al parque al que solía ir de niña. Muy cerca del restaurante sobre la 71 sur.
Un pequeño parque con árboles y columpios y resbaladilla.
El espacio era el mismo, con juegos nuevos, pero con los antiguos animales de piedra que trataba de montar cuando era niña. Esos animales son medio inútiles y en realidad los han ido quitando de los parques, pero éste, el parque de mi infancia, los sigue conservando.
Me emocionó estar ahí de nuevo. No recordé nada en especial, pero saber que eso existe aún en el tiempo me hizo sentir bien, supongo que me hubiera roto el corazón regresar y no ver a esos animales de piedra. Mis padres ya no están casados, mi hermana y yo ya no somos niñas, nada de mi vida que pobló ese parque existe.
Pero los animales de piedra están ahí, y de algún modo, me recuerdan que esa infancia existió, que fui feliz, que mi papá llevaba a mi hermana en la carreola y mientras yo jugaba en el pasamanos, él la mecía en el columpio. En ese tiempo las albercas vacías no me angustiaban. En ese parque hay una parte de mí, cuando sólo tenía que jugar y bañarme a las ocho para dormir a las nueve. Cuando existía Corazón de Melón y Oscar Lima era el niño que me gustaba.





Tomé esta foto porque en el fondo sé que algún día dejarán de existir.

jueves, noviembre 15, 2012

Yuyes, Yuyis, Lulú, Lourdes. La mujer que hizo de mi abuela, que me daba consejos sin que se los pidiera y que siempre le atinaba a las cosas que me decía.
Anubis fue la gata sobreviviente de su muerte. En Acapulco, en aquel Agosto de 2008, ya muy enferma, decidió llamar al veterinario y pedirle que se llevara a todos sus gatos y perros a "dormir". Anubis se quedó a su lado, todo el tiempo. Y cuando la trajimos a la ciudad de México, Anubis venía en su transportadora y mi mamá Yuyis vino hablando con ella, recordando que como Rosa Luxemburgo con su gato, ella igual nunca se separaría de ella. En ese viaje final de vuelta a la ciudad de México, Anubis no emitió ninguna palabra, sólo la escuchaba hablar. Yo manejaba por primera vez en mi vida la carretera del Sol, Acapulco-México. Me dolía el corazón escuchar a mi mamá Yuyis despedirse de Anubis, decirle cosas como ellas te cuidarán muy bien, refiriéndose a mi mamá, a mi hermana y a mí.
Siempre me acuerdo de mi mamá Yuyis, es imposible no recordarla, muchos de sus cuadros están hoy en mi sala y una cajita con olor a naftalina todavía conserva ese olor que rodeaban sus muebles en Acapulco. Recuerdo frases muy hechas que tenía y que me repetía para que no las olvidara, como cuando un hombre te pregunte con cuántos te has acostado tú debes responderle: "con un más que Safo y con uno menos que Santa Teresa". Recuerdo que a los quince años me dijo que no me fuera a volver ninguna puritana que tuviera muy presente que la virginidad sólo era un estorbo que había que quitar. Su amor por la vida la hacía una persona que siempre estaba rodeada de personas, algunos amigos, otros admiradores y alumnos.
No toleraba que dijera ninguna grosería, un día me dijo, Idalita si vas a dedicarte a escribir no puedes decir tantas groserías, no me asustan, pero no debes hablar de ese modo siendo escritora. De hecho ella fue la primera en comenzar a decirme "escritora" cuando nunca había publicado nada y sólo era estudiante de la Sogem.
El día que le conté en secreto y con voz quedita que andaba saliendo con Alberto, recuerdo que sus ojos se llenaron de luz y me dijo casi riendo ¡ay Idalita, eres obscena!
Extraño a mi mamá Yuyis.
Anubis sigue siendo la sobreviviente, la gata siamesa que pide salir al balcón a tomar el sol y el aire todos los días.
Alberto encontró en Google este texto que habla sobre ella.
No sé quién fue Aurelio, pero por el escrito sé que la conoció y la amó tanto como muchas personas que estuvimos cerca de ella. Me emocionó leerlo, creo que lo único que podemos hacer es recordar a esta gran mujer escribiendo sobre ella.


Este viernes me levanté pensando en el cumpleaños de mi papá, Don Genaro. Es el número 14 que ya no está conmigo, con nosotros. Lo que duele es la ausencia, leí por ahí, y salí a la calle en busca del bar más cercano para tomarme unas cervezas con su fantasma, y pagué doble cuenta y también brindé con mi ausente madre y abrí el periódico y en un recuadro encontré una esquela: Lourdes Huerta Garay, falleció este 18 de septiembre.
Lulú, maestra, amiga, tu no cabes en una pinche esquela. Lulú, grandísima maestra, cómo me duele haberte dejado esperando nuestro siguiente encuentro, ese donde me ibas a mostrar los poemas que le escribí a tus gatos hace algunos años, que yo no recordaba haber escrito y menos aspirado a ser poeta. Cosa de tener 18 años.
Entre las miradas de tus gatos, Lulú, en veladas con vino tinto nos hiciste leer a Carlos Pellicer, a Salvador Novo, a Cuesta, esos poetas para los que fuiste su princesita. Nos hablaste del 68, de Eli de Gortari y José Revueltas, tus maestros; de tu amigo, el escritor Sergio Fernández, de Jodorowsky, el maestro de teatro. De tu marido, el filósofo Miguel Bueno, de tus andanzas en Turquía, África, y leímos entre copa y copa los rubayats de Omar Khayyam.
Lulú, la lúdica maestra emérita de la universidad. Para quien la izquierda no era un partido, sino una actitud y una cultura de vida (tu no cabías en esa pendejada llamada PRD). Lulú la mujer libre, la señora librepensadora, la anfitriona que atesoraba libros con olor a naftalina y discos con el crash que antecedía a Charly Parker o al grandísimo cronopio Louis Armsntrong.
Escogiste a Guerrero y a la UAG para vivir, finalmente. Por casi tres décadas fuiste la maestra de generaciones en Economía, Sociología y Derecho, pero tu cátedra se extendía a tu amistad, a tu casa, a tu patio con gatos deambulando y mirando desde su curiosidad el infinito mar.
Tus amigos, tus alumnos –Melo, Iracheta, Rodolfo, Ricardo, Iracheta, Max– acá de repente creo que nos quedamos huérfanos como tus gatos. Querida Lulú, me duele haber faltado a la cita, pero como diría Serrat, “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.




miércoles, noviembre 14, 2012

Hoy me tomé unos mezcales con mi amigo Ismael y le conté detalle a detalle mi encuentro con el fantasma de mi más profundo pasado del 2005. Y el corazón. Y los ojos. Y la revista de 1940. Y de nuevo Clarice Lispector.
Entonces pensé: este es mi futuro. Mis zapatos de lunares azules, mi chamarra rosa, mi iPad y mi amiga Grace cantando Black Lament en mis audífonos. No me di cuenta que 2005 dejó de existir, así, un día ya no existió Diana Krall, ya no existió el barroco del XVIII y ya no existió mi chamarra de borreguita y mis pantalones acampanados de mezclilla. Ya no soy pero soy. Pero me gusta esta que soy, esa fue la conclusión.
Esto es noviembre. Esa es Misstutsi y su calendario llegando al fin. Y esos son dos pájaros enviados desde Madrid por Moramay. Eso es un pase del metro de NY. Esa soy yo y Grace en una máquina de fotos en Berlín. Esa es una postal de Málaga que me envió Georgina. Esto es el 2012.
Esto es el presente.

martes, noviembre 13, 2012

"La tecla de espacio es muy corta para mi pulgar"
@ishcorp
Laurent Grasso es el artista que hizo un video sobre las parvadas que instaló en el Jeu de Paume. Esta exposición la vi junto con mi amiga Grace. Ella buscó el video en youtube y lo encontró. Así que hoy puedo ponerlo en este blog y de paso revivo este espacio en el mes de Noviembre.

Me molestan los lugares comunes tan usados por todos como "qué rápido se nos fue el año". Pero siento que en la medida en la que me muevo de lugar, escribo y hago cosas nuevas, el tiempo se va rapidísimo. Y me queda en la mente esa frase estúpida de ya se nos fue el año.

Varias cosas que se han quedado pendientes de decir en este blog.

El mes pasado estuve en Puebla y fue muy grato encontrarme con murales de Edgar Saner en Santa María Tonantzintla. Creo que este artista está creando un movimiento muralista muy interesante y me encantaría seguirlo más de cerca. Por lo pronto ya lo sigo en el Instagram. Les dejo un artículo que escribió mi amiga Paola sobre él: Saner en Reflexiones Marginales.

Este mes me informaron que el relato ilustrado que metí con Ismael Angeles al concurso de Opticks Magazine quedó seleccionado como finalista y se publicará en el próximo número. Así que cuando esté en la página digital lo pondré por aquí. ¡¡Felicidades a nosotros Isma!! Me encanta el equipo que hacemos entre escritura e ilustración.

Este mes también me invitó mi cofrade María Holley a participar en Domus, así que también estuve escribiendo una reseña para esta revista, la cual disfrute muchísimo sobre Yoshua Okón que saldrá en el número de Enero, me parece. El tema es historia, archivo y memoria.

Y bueno fui a la Filij a firmar libros de "Checo" y conocí a mis verdaderos lectores. Me enamoré de aquellos niños que llegaron a hojear el libro y por leer unas cuantas líneas pidieron a sus papás que se lo compraran. En especial el niño Emilio que ese día cumplió 7 años y que además es escritor de cuentos. Fue una experiencia muy grata y gracias también a los que me siguen en Instagram por darse una vuelta a la feria. Pueden ver las fotos en el Facebook de Nostra Ediciones.

¡¡Corran a la Cineteca ya estrenaron Moonrise Kingdom!!!
Mi querida Elsa López hizo una reseña muy linda sobre la película en su blog Esmeriladora.



Laurent Grasso : "Uraniborg"

lunes, octubre 22, 2012

bueno, mientras se me ocurre algo mejor... les dejo este diseño.

A veces me dan ganas de terminar mi tesis en la modalidad “escoja su propia aventura”. Así cuando uno llega al asesinato de Trotsky uno puede elegir entre el capítulo “Retrato de la burguesía” o el capítulo “Lupe Marín no pudo vender cuadros de Rivera en EUA”. O cuando uno llega a “Dive Bomber and Tank”, se pueda elegir entre seguir leyendo sobre la exposición de "Twenty Century of Mexican Art" o se elija leer el análisis pictórico de la obra. Lástima que deba elegir el orden de los acontecimientos.

domingo, octubre 21, 2012

Objetos de León:
Agujas y dos seguros en una agarradera de objetos calientes.
Cojines, sábanas, cobijas, charolas, maletitas.

Animales y bichos:
Mosquitos muchos mosquitos.
Trailers con cerdos amontonados.
Trailers con pollos.
Motociclistas (bien podrían entrar en esta categoría).
En la carretera estuve viendo volar parvadas de aves que hacen figuras elípticas y alargadas en el aire.
En el Jeu de Paume vi un video de puras parvadas bellísimo y no recuerdo quien era el artista, pero era impresionante porque eran parvadas enormes sobre un cielo rosa de atardecer y duraba como seis minutos. Si estuviera en Youtube lo pondría aquí pero como no, pues ni modo.




miércoles, octubre 17, 2012

Abierta al cielo, eso dice la carta de hoy, una carta que me leyó mi tía en medio de un caos sobre la mesa.

Estoy en Puebla.
Hoy fue la primera vez que manejé la carretera México-Puebla y también la primera vez que usé GPS para llegar a la recta Cholula.
En la carretera venía un poco nerviosa. No sé por qué me puse tan nerviosa porque he manejado otras carreteras, creo que me sentía sola en el camino. Y tenía un poco de miedo en las curvas. Estuve muy concentrada todo el camino tanto que las manos me sudaban. ¿Es posible que me concentre tan profundamente?


Ahora estoy en casa de mi tía, y escucho que habla con alguien por teléfono, dice, "somos un poco raros". Dice "no voy a hacer compromisos para esta contigo los dos días".
Yo estoy escribiendo en mi iPhone y ella habla por teléfono pero juega al mismo tiempo solitario en su laptop. Su laptop no tiene la letra "w" y su teclado está sucio.

Quizá lo único que importa es eso. Que no pase nada si no existe la "w".

Lo mejor de su casa es el jardín, con tres huele de noche, citronela, menta, chile, papa, nochebuena, un pequeño huerto y un pozo.

Una campanilla suena cada que se coloca bien una carta. No le importan las cartas le importa un Rosario de alguien que se murió.

Me tomo una copita de anís y pienso que lo mejor es escribir el momento. Este es el presente y más allá.

Hacer recuerdos no implica otra cosa que escuchar, oler y escribir. Si pudiera tener olor todo este día escogería el de la citronela.

Si pudiera hacer una lista de las cosas que me gustan de aquí tendría que decir:
El tiempo congelado: la convivencia de dos refrigeradores de dos generaciones en el mismo espacio. La pc gorda en su lugar y la laptop en el comedor. Las camas dobles en dos cuartos que parecen gemelos.
Las toallas navideñas en el baño.
Un nido de golondrinas en la esquina de la casa. Se trata de un nido construido desde antes de que pusieran las ventanas a la casa.


Mi tía huele a colonia sanborns y su casa tiene prendidas tres velas: azul, rojo y rosa. Esas velas son parte de mí. Mañana veremos cómo quedaron las siluetas de las velas y algo leeremos ahí.







lunes, octubre 15, 2012

Estoy tejiendo unos calcetines para las patas de mis sillas. El piso de mi casa es parquet y a las sillas les había puesto un fieltro pegado con silicona. La cosa más normal es que se despegue y ya. Ahora tejo esas calcetas pequeñas y mientras lo hago no puedo dejar de pensar en mi en abuela Queta. Recuerdo que encima de su tocador tenía el bote de un café soluble "oro" al que le había hecho un suéter y un gorro (para la tapa) pero tejido en un hilo finísimo como para suéter de bebé, hoy me hace imaginar el gancho más delgado de la historia. Veo mi tejido y pienso ¿Estaré a un paso de hacer un suéter al nescafé? Y me espanto un poco porque la verdad es que una vez que se comienza a tejer se pierde el juicio de las cosas. Pero la verdad los calcetines funcionan de maravilla y se pueden quitar y lavar.
Así que no me importa si parece el café con suéter de abuelita, tejer me pone de buen humor.

domingo, octubre 14, 2012

Escribiré.
Eso dije que haría cuando abrí este blog y antes de abrirlo y después, y luego entonces ¿por qué no lo hago? O si lo hago después de esperar largos días y semanas... pero como a escondidas. ¿A escondidas de quién o de qué? Parece estúpido pero a veces pienso "ese blog no va para ningún lado". Y la verdad me gusta que no vaya, que sea cotidiano y en momentos aburrido. Debería de seleccionar los post más aburridos para darme cuenta que en verdad esta escritura tiene bajas y altas.
Bueno quería escribir, nada más porque sí. Hace unas semanas instalé la aplicación del iPhone para blogger y pensé que teniendo mi blog tan literalmente a la mano escribiría en cualquier momento. Pero no. Observo todos los días el icono con su B naranja... Y pienso en todas las cosas que podría decir y que no digo.
Escribir no es fácil.
Odio que las personas me digan y qué cosa nueva has escrito, así como si escribiera porque sí y es verdad que escribo porque quiero pero muchas veces me doy cuenta que estoy aterrada y que sólo me calmo cuando pienso: escribe honestamente.
No hay novedades.

Me gusta escribir siendo yo. Aunque siempre descubra que mi yo cambia, y cambia tantas veces como el color de mis uñas. Esto es una verdad: me gusta pintarme las uñas. Necesito tenerlas pintadas. No es a veces, es siempre. Colecciono barnices. Mi marca favorita es Kikos. También, ya que estoy hablando de estas cosas, me gusta pintarme los ojos. A veces cuando voy a salir a la calle debo inspeccionar que traigo los ojos delineados, de otra forma siento que las personas me verán enferma. Pintarme los ojos es un acto de vida. Aunque suene frívolo y superficial, es así. Es como si necesitara de esa línea negra para dirigir la mirada a donde sea que la lleve.
Comencé la relectura de un libro que me encanta y que le regalé a mi amigo @ishcorp (como agradecimiento de una convocatoria a la que me invitó para ilustrar un huaje) y justo hoy me encuentro con esta frase:
"Una cosa ya adivinaba: era necesario escribir siempre, no esperar un momento mejor pues éste simplemente no llegaba. Escribir siempre me costó, aunque hubiera partido de lo que se llama vocación. Vocación no es lo mismo que talento. Se puede tener vocación y no tener talento, es decir, se puede ser convocado y no saber cómo ir".
Clarice Lispector en Revelación de un mundo.

Es necesario escribir. No me importa si es sobre el color de mis uñas pero escribiré porque necesito hacerlo, porque desde que decidí ser escritora es lo único que me ha salvado. No tengo ningún pretexto. Escribo porque es la única manera de retener el tiempo, de poder medir cómo he vivido. Y cuando escribo me olvido un poco de las cosas, es mi archivo de la trivialidad y lo cotidiano, pero esa es mi vida. Qué tedio las personas inteligentes que siempre tienen cosas profundas que decir...
Hoy después de semanas de tener una nube morada encima de mí, una nube gorda llena de tormenta acumulada, por fin me siento bien.

Creo que he sobrevivido.

martes, octubre 02, 2012

Probando un post desde mi celular.
Si soy sincera debería este haciendo cosas más importantes que bajar apps en mi iPhone...



Pero qué se le va a hacer.

Octubre
es un buen mes para dormir junto a ramitas de Pirul.
Mi tía Queta es una mujer que sabe limpiar todo tipo de males.
Ella me pasó una receta que se hace con ramitas de Pirul.
Aquí debería existir un corazón aliviado que pueda abrirse hasta Puebla de los Ángeles.
                      ***Gracias***



Octubre, me dijo una amiga un día, es el mejor mes del año.
Y aunque no celebro mi cumpleaños en este mes, curiosamente mis mejores amigos cumplen años en Octubre. Así que festejaré a la distancia o en presencia estos cumpleaños.
Les escribo desde el mítico 2deoctubrenoseolvida. Lo peor es que la otra vez escuché que unos chavos de la facultad de filosofía decían, "¿no se olvida? ¿qué?"

En este momento estoy leyendo un libro que se llama "Luis Márquez. En el mundo del mañana. La identidad mexicana y la feria mundial de Nueva York, 1939-40". Y me encuentro con Francisco Sarabia, "Conquistador del cielo". Me llena de emoción porque una de las anécdotas que contaba mi abuelo Checo, que eran muchas, estaba ésta que lo emocionaba muchísimo, y que además platicaba con todos los detalles.  Este viaje fue realizado por la exposición mundial de 1939, llamada "El mundo del mañana".
Sarabia fue el primer piloto en hacer un viaje sin escalas Ciudad de México-Nueva York. Su recorrido fue transmitido por la radio mexicana y todo el país estaba pendiente del "Conquistador del cielo". La emoción era grande porque cada media hora se transmitía por dónde había pasado el avión de Sarabia. La gente salía a ver si podía ver pasar el avión.
Llegó exitosamente a la Ciudad de Nueva York: "llegando a tiempo, como invitado especial, para leer un mensaje de paz que le entregara en mano el presidente de la República, Lázaro Cárdenas".
Fue un horror que a su regreso a la Ciudad de México su avión sufriera una avería y se desplomará. La armada norteamericana repatrió los restos de Sarabia. La tragedia también fue transmitida por radio. Así que también desplomó los ánimos de toda la nación.
En ese entonces el aeropuerto de la ciudad de México no tenía todos los controles de seguridad de la actualidad y la gente fue a recibir al avión que traía al "Conquistador del cielo". Se llenó tanto el aeropuerto que las personas comenzaron a invadir las pistas y el avión gringo no podía aterrizar. Así que tuvo que aterrizar en otro lado porque nunca pudieron sacar a la gente de la pista.



Fin del anecdotario.
Entre otras noticias extraño mucho a mi abuelo. Lo único que se me ocurre hacer es escribir sobre todas las cosas que me contaba. Aquí debería ir el sonido de un silbato que lo interrumpe todo.

Mañana vuelo a Nueva York, en un viaje directo como el de Sarabia.




domingo, septiembre 16, 2012

dot

está lloviendo tan fuerte que


me siento tan triste que


quisiera que ¿siguiera lloviendo?



no sé por qué no puedo terminar todas las frases que escribo, me quedé pensando en terminarlas y al mismo tiempo me negué. ¿Por qué? ¿Por qué debo terminar las frases todas las frases?
Si no me da la gana terminar una frase no lo haré. Es mi blog aquí es la ley de la selva si quiero.
La verdad lo único que quisiera es escribir tonterías y ya.
Muchas tonterías y todas juntas.
Pero ya llegó el punto en donde no sabría distinguir entre lo que es una tontería y una cursilería. Por ejemplo, hablar de la vida de mis plantas o de la quinta vez que regaño a mi gata por arañar el sillón de mi mamá Yuyis.


Este mes el soundtrack de mi vida ha sido el solo piano II de Gonzales.
De las mejores noticias que he tenido es enterarme de que Gonzales no es el verdadero nombre del artista, pero en México cualquiera pensaría que sí, que se apellida Gonzales y punto.
Pero para Jason Charles Beck en algún momento de su carrera le pareció extraordinaria la idea de que su nombre artístico fuera Gonzales.
Cómprenlo en itunes.

Sí quiero que siga lloviendo, quiero que siga haciendo un poco de frío, quiero usar botas para la lluvia y quiero esconderme abajo de la mesa y de verdad encontrar un escape ahí. Y quiero seguir escuchando DOT para sentirme una especie de soldadito de plomo que sigue y sigue... aunque a veces con frases truncadas y a veces con demasiada lluvia adentro.

viernes, agosto 31, 2012




Cuando una está deprimida lo mejor es hacer todas esas cosas que en lo cotidiano es aburridísimo:
limpiar el arenero de las gatas, ir a dejar ropa a la tintorería, coser el botón que está apunto de caerse de mi bolsa, y después…  es increíble pero hacer cosas que son tan tediosas no lleva mucho… sigue habiendo tiempo para dos sopas: deprimirse aún más o… seguir haciendo cosas útiles.
No puedo resucitar a una persona, pero sí puedo resucitar este blog.
Sí puedo escuchar una canción vieja y olvidada.
Sí puedo escribir una lista de palabras que comiencen con una coma
,
ropa,
botón,
bellísimo,
Checo,
Búho,
Vacío,
Aplauso.

Sí puedo cantar.
Puedo decir adiós.
Puedo irme a dormir.
Puedo buscar una fotografía para esta entrada.
Puedo terminar con punto y coma.

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