miércoles, julio 16, 2008


--qué vas a hacer mañana en la mañana.

--nomás vacacionar.

Hace ya varias vacaciones que siento que vacacionar es escribir lo más que pueda todo lo que no podré cuando entre a clases. Y sí, así es, de verdad. Estas vacaciones, no me metí al francés y ahora siento un poco de culpa porque puedo dormir hasta tarde, pero qué importa, ya entraré y diré cosas como Je crois que ma vie est très sympa...

Hoy mientras me tomaba un chocolate enorme, estaba platicando con Alberto sobre la novela de Carson McCullers que tanto me ha impactado: “Reloj sin manecillas” es una novela extraordinaria por cosas como:

Sin hacer ruido, se acostó en la cama que compartía con su mujer. Pero cuando las nalgas tibias de ella rozaron las suyas, asqueado por el recuerdo de vivencias pasadas, se apartó bruscamente, pues, ¿cómo seguir viviendo entre los vivos, cuando ya está presente la muerte, aunque uno esté vivo?

Y también:

La pasión le hace a uno soñar despierto, le hace imposible concentrarse en las matemáticas, y en los momentos en que más desea parecer ingenioso, le deja a uno en ridículo.

Oh sí. Mientras… espero escribir algún día medio capítulo de Carson McCullers.

Pero ahora tengo tantas ganas de ser Banana Yoshimoto, que es extraño, no es “que tenga ganas”, es que el ánimo me hace vivir las cosas de esa manera, quiero decir, ensimismada en cada minuto de mi cotidianidad, sólo porque cada cosita que pasa me parece un pequeño tesoro.

Digamos que la japonesita que traigo dentro se me revela y tengo ganas de escribir sobre la luz indirecta que se crea en la sala, sobre los zapatos en la entrada y el tan esperado final del diablitos trip que duró todo un mes.

Suspiro.

No más Vaca. Te extrañaré vaquita, tan linda. Que no se llamaba “vaca” la gatita del vecino, la plaquita en realidad dice “vac rabies”, y yo pensé que era su nombre, hasta que por casualidad me di cuenta que era la placa de la vacuna antirrábica.

A veces me encuentro a mí misma tan bien, tan bello y bueno el mundo que me rodea, que sólo quisiera sentir cómo pasan las vacaciones mientras yo disfruto de:

las ilustraciones de Pola París

la escritura del cuento ahora (dark-emo-adolescente) al que me estoy enfrentando

las entradas poco usuales de mi blog

y claro que por supuesto: la obscenidad de mi felicidad

Esa felicidad que cabe en las tardes soleadas llovisnientas del mes de Julio.

Sentir que Julio es un buen mes para comenzar libretas en blanco, enmarcar cuadros en la lagunilla y… dejar, por fin, que crezca mi cabello.

También quiero seguir disfrutando de:

el Banana Maki, nuevo descubrimiento en mi dieta

la bienvenida tan amable por parte de Sergio en la Cantina

y claro el vodka citrón con quina

las pistas de Zero

las películas piratas que veo los fines se semana

los ahora tres pares de botas para la lluvia

la novela de Carson McCullers a punto de deshojarse

el caleidoscopio de objetos y sus fotos

la nueva restauración de mi muela ahora que sus patitas están sanas






si fuera gata en este renglón me pondría a ronronear como una loca.

4 comentarios:

Lucía Malvido dijo...

Marie.
Los festines de felicidad y las vacaciones te colocan en una postura privilegiada. De veras que es lindo allá arriba ¿Verdad? Cuando uno se la pasa bien. Estos días de julio como dices. La verdad, ya te lo he dicho, pero me gusta mucho visitar tu blog.
¿Ya leíste "El reflejo de tus ojos dorados" de McCullers? Es una de las novelas más impresionantes que he leído, y digo impresionante por la capacidad de esta mujer de entrar de puntitas a la habitación, sin que te des cuenta. PERMANECE DÍAS DE PIE EN LA PENUMBRA, RESPIRANDO A TU LADO. TAL VEZ INCLUSO CANTA O BAILA SIN QUE TÚ SIQUIERA te lo imagines y en eso saca una especie de tubo de metal que sostiene con las dos manos y CUAS! golpe ninja en la nuca. Queda uno ahí tendido, inmóvil. Casi sonriendo ante semejante audacia y sutileza. También tiene uno que se llama "La balada del Café Triste". Si te encuentras con algún otro avísame. Es difícil conseguir sus libros.
Bueno Marie, ya ves cómo me gusta instaurar monólogos. Te mando saludos. Por acá andamos.
=)! Lu

Anónimo dijo...

Lula Carson Smith, quizá sea una de las mejores escritoras de Estados Unidos. ¿sabías que El corazón es un cazador solitario la escribió a los 22 años de edad y reflejos en un ojo dorado a los 24? Bueno, en realidad los comentaristas (que siempre son estúpidos) no se ponen de acuerdo en las edades, pero eso es lo de menos, lo de más es que McCullers siempre tiene esa tendencia a lo sórdido, a narrar sobre esos extraños personajes de sus novelas (entre galería de monstruos y teatro de fenómenos) que habitan cotidianamente la vida provinciana. No creo que sea sólo del sur de Estados Unidos, en nuestra provincia lo vemos. La McCullers me gusta porque en su escritura encuentras esa fascinación por las víctimas de prejuicios ajenos y de complejos propios; encuentras su entrega a los mudos y jorobados, a los negros sometidos a la esclavitud. Ella como investigadora penetra en la imposible comunicación entre los humanos. ¿Te acuerdas de la amistad entre los sordomudos, uno de los cuales se suicidará? Creo que la propia vida de Carson era tan solitaria, como una columna frágil, sin nada que soportar.

Cortazariana dijo...

"Andabamos sin buscarnos, pero sabiendo que andabamos para encontrarnos"

Saludos...

Lucía Malvido dijo...

Hey Marie. No sabía que habías ido a SOGEM. Qué curioso. Encontré tu blog totalmente por otro lado. Llegué recorriendo no sé qué intrincados pasajes saliendo desde el blog elmonstruoso.blogspot de un amigo del trabajo. Se ve que esas cosas continúan sucediendo conforme recorremos la vida, continúan asombrándonos esas tonterías, por lo menos a mí.

Un abrazo desde el mucho tiempo que paso en esta oficina hueca. Ciertamente hay cosas buenas en el vacío.

Lu =)!