miércoles, enero 21, 2009

Bueno, pues ayer se supone que iría al munal, pero no fue así.

Cosas que pasan sin que nadie pueda ponerle un remedio.

Ayer salí de estar con Ana y dejé mi carro estacionado en esta gran avenida que se llama Vasco de Quiroga, sobre la que se encuentra el Centro Comercial Santa Fe. Claro que no metí mi carro al estacionamiento porque es caro y ya muchísimas veces lo he dejado afuera porque está permitido estacionarse ahí, además era muy temprano y había lugar para dejarlo. Pues cuando salgo de con Ana, como a las diez de la mañana, voy caminando hacia mi carro y me doy cuenta que muy cerca de él hay todo un operativo de policías alrededor y cuando llego me doy cuenta que están sobre mi carro. Primero pensé: Se lo van a llevar, he pensado todo este tiempo que está permitido estacionarse aquí pero no es así. Y cuando me acerco más veo que está destrozado el cristal del copiloto. Me robaron. Y como soy una mexicana promedio, claro que todo es muy predecible: dejo la carátula de mi radio en la guantera, dejo mi i-pod, dejo mis lentes, porque pienso que eso de la inseguridad en la ciudad de México es una leyenda urbana. No es así.

Y entonces me preguntan si soy yo la propietaria del carro. Y digo que sí. Y me dicen que le dieron un cristalazo a mi carro y que me robaron el radio. Me asomo y veo todo destripado el hueco del radio, con cables y miles de pedacitos de vidrio. Pero me dicen los policías: Los atrapamos. Los vimos echarse a correr y los agarramos con todas sus cosas. Los tenemos en la patrulla y necesitamos su declaración. ¿Es de usted este i-pod? Y yo ¡sí! Y este estéreo ¡sí también! Bueno pues nos tiene que acompañar a la delegación Cuajimalpa para levantar un acta. Y yo en mi súper felicidad de tener todas las cosas por segundos perdidas digo que claro que sí iré a levantar el acta. Entonces se sube un policía a mi carro y me dice que él me lleva a la delegación. Y ya cuando lo traigo en mi carro y ya voy para la delegación Cuajimalpa que, en dónde demonios está eso, comienzo a pensar que todo ese operativo es un teatro de gente mala y que en realidad me van a secuestrar. Qué horror, y me comienzo a poner nerviosa y a preguntar si ya vamos a llegar a la delegación y no veo nada que se le parezca, sólo subidas y pueblo y lugares harto desconocidos por mí. Entonces comienzo a marcarle por teléfono a Alberto y no responde, y no responde, y no responde. Y claro que pienso, le tengo que hablar a mi mamá, pues qué otra. Y me dije, no, no le hablaré a mi mamá, toda desesperada sólo la voy a asustar. Pero dentro de mí, en el fondo de mi ser había un grito: MAMÁAAAAA. Y por fin llegamos a la delegación Cuajimalpa y no eran secuestradores, mi malviaje se terminó: eran auténticos policías haciendo su trabajo, ¿cuál? pues agarrar criminales y regresar el i-pod a señoritas como yo.

Entonces empezó todo el horror, eran niños los que rompieron el cristal y me robaron, niños de once, doce y trece años, y los de la delegación Cuajimalpa les dijeron a los policías que no, que ellos no levantarían una investigación porque eran menores de edad y eso le correspondía al tutelar de menores. Llévenlos allá o déjenlos libres. Y los policías, que nunca habían ido al tutelar me dijeron que tenía que ir con ellos. Y yo pues claro que iba a ir. Fuimos a Niños Héroes y Fray Servando. Y los policías se perdieron, en ese momento me dieron ternura, pero tenían un ánimo y unas ganas de hacer su trabajo como nunca en mi vida lo había visto. Afuera toda esa mierda de que no hacen nada y son unos panzones flojos que andan por ahí. Mis policías, mis héroes no tenían panza y eran de mi misma edad. Total que anduvieron preguntando hasta que por fin llegamos. Y resultó que el tutelar ya lo habían cambiado a Obrero Mundial, muy cerca del ahora Parque Delta. Y llegamos allá. Pusieron a los niños en un pasillo junto con unas niñas que se habían robado un peluche de Elmo. Y de pronto me pensé yo misma ahí con un libro robado. Pero no, no soy menor de edad y nunca me han cachado robando libros. Pensé: Pena robar y que te cachen. Niños tontos. Eran niños como de la calle, la verdad sentí mucha pena cuando los vi, y uno de los niños me veía mucho y lo vi directo a los ojos y me di cuenta que no le daba pena verme y saber que a mí me había robado, no, nada de pena, hasta me llamó para que fuera, como que quería decirme algo, pero no fui porque estaban los policías ahí. Entonces me preguntó la hora y se la di. En el tribunal estuve tres horas porque había muchos niños que atender y muchos permisos para que puedan pasar las mamás de los niños a darles comida.

Por fin pude levantar mi acta junto con los dos policías. Estos dos policías me hicieron ver que sí, que allá afuera hay personas que están dispuestas a proteger a los ciudadanos. Y además no podía quitarme de la cabeza cuando llegué a mi carro y vi todo el operativo, vino a mi mente la cancioncita de: COPS COPS! Y me emocionaba pensar que rescataron mis cosas y sólo por eso valió la pena tanta pérdida de tiempo.

Les pedí sus nombres para reconocimiento público, además de que después de escribir esto haré una carta a la delegación Cuajimalpa para felicitar a estos chicos que no sólo hicieron bien su trabajo, si no que además tuvieron paciencia en todo momento y me calmaron el ánimo cuando ya estaba harta de estar en el tribunal y ver niños infractores. Los policías preventivos de la 16 unidad de protección ciudadana “el Yaqui” son Roberto González Velasco, Mario Alberto Martínez Camargo, y me faltan los nombres de todos los policías que estuvieron en el operativo. Pero a todos ellos les agradezco profundamente todo lo que hicieron, ya sé que es parte de su trabajo pero hay personas que no hacen nada y ellos no sólo hicieron bien su trabajo si no que pese a que nadie quiere levantar actas contra los menores infractores porque salen al día siguiente, ellos lo hicieron. Sí, fue un horror estar en el tribunal de menores tanto tiempo y después llevar mi carro a que le pusieran un cristal nuevo, hablar al seguro y regresar al tribunal para recoger mi estéreo después de que pasara por el peritaje. En fin… cuando llegué a mi casa sólo quería dormir, dormir, dormir.

 

 

Mi declaración, no la escribí yo, pero tiene cosas como:

“en el vehículo descrito se encontró a elementos de la policía preventiva quienes le hicieron de su conocimiento que habían detenido a tres sujetos al ser sorprendidos sustrayendo del interior del vehículo precitado el auto-estéreo de la marca kenwood. Por lo que al revisar el interior del vehículo se percató que efectivamente faltaba su auto-estéreo y pudo ver que en el interior de la patrulla ya se encontraban detenidos tres sujetos del sexo masculino…”



 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me reí mucho por la narración que haces de este triste acontecimiento. Me río pero si uno lo piensa bien es triste. Los niños robando, porque no tienen otro destino que seguir haciéndolo, expertos ya en las artes del robo y, al mismo tiempo, la ley como siempre estúpida. Una enorme parafernalia para que al final se les deje ir porque no hay delito sino infracción , presunción de responsabilidad, dicen los que saben pero que no saben, como decía Frederik, sí tu amigo que está pero que ya no está. Y al final sólo tiempo perdido, viendo como unos buenos policías se la creen y creen que de verdad están cumpliendo su deber mientras sus jefes y el personal de las delegaciones, que son más maleados y que saben que hacer es hacer nada, los dejaron que se fueran deshaciendo en sus creencias. Es triste saber que en algún momento esos mismos policías dejarán de creer en la ley, que dejarán de perseguir a los delincuentes, que ya no nos harán sentir seguros, que habrán dejado de creer que existe algo que puede frenar el delito, la incuria, el robo, la podredumbre que nos rodea por todos lados.
Qué triste que te haya pasado eso y que te hayas dado cuenta de que quien te robó son esos niños ahora y mañana unos delincuentes sin remedio.

Idalia dijo...

Marie para mi tu escrito es conmovedor, tu por un lado robada, los polis por otro queriendo cumplir con su trabajo si es como dices no estaban maleados, aun creen en ser la ley y el orden, por otro los chavitos infractores con un futuro pobre, al parecer todos victimas de lo mismo, se podria pensar en un monton de jovenes en un pais que no les da para mucho, tu tienes mas que ganar pero si te fijas tambien eres victima en esta situacion, esta para reflexionarse, no es gracioso que nuestros jovenes tengan tan pocas posibilidades, lo siento por tu pérdida pero también por los otros que ojalá encuentren algo mejor.

Octopus Queque dijo...

Maldigo el día en que bloglines se volvió tan obsoleto. Ya no me llegan tus actualizaciones.

Jesú, te pasó de todo, pero qué hermosura que los policías te pudieron ayudar. cosas buenas le pasan a la gente linda como tú. Y qué bueno que no te hartaste, levantar la demanda es muy importante y, aunque algo mínimo (imagínate cuántas personas no lo hacen y cuántas sí), es algo que implica una importancia al grado de delincuencia en el país, por parte del ciudadano. Qué bueno que recuperaste tu ipod y todo, pero claro, es un alivio saber que estás bien y radiante, qué mejor!

Te mando un beso, tienes muchas razones para sonreir :) Haré el cosito que me mandaste, cuando postee (lo iba a hacer, pero hoy me enteré que facebook tiene juegos bieeeen divertidos).

Te mando un beso tronadísimo y un abrazo :)

B West dijo...

Más que conmovedor me parece, aterradoramente, triste, real pero tristísimo. Pobres niños y más allá de una compación lo digo a manera de reclado hacia la sociedad que los ha impulsado a hacer ese tipo de delitos mientras deberian estar gozando de su pubertad -si esque se puede- o en la escuela o en algun centro recreativo y no tutelar.

Venga, que la delincuencia juvenil es algo que todos en menor o mayor medida somos responsables.

Por otro ado esos jovenes policias seguro son salidos de alguna academia jajajaja de esos que calderon nos compra para hacernos creer que el problema de la inseguridad esta resuelto, que solo es cuestion de tiempo, pero en realidad el asunto esta mas peverso de lo que imaginamos... llamame pesimista pero he visto demasiados casos como el tuyo y por lo general, la "ley" se pretende lavar las manos con delits menores las injusticias insanas de las que somos victimas indirectos o directos en el peor de los casos...

como sea me siento feliz de que no hayas perdido mas que tu tiempo en vez de esos vienes materiales que seguro te hacen la vida mas simple y como no todos nos merecemos eso, sobre todo quienes trabajamos legalmente para ello.


:*

Idalia dijo...

Gracias por sus comentarios. Ahora que han pasado algunos días del evento, cada que pienso en los rostros de esos niños siento que se acumula la tristeza, pero sobre todo la impotencia. Creo que poco podemos hacer. Gracias de nuevo por comentar, es justo reflexionar sobre estos casos.