domingo, marzo 08, 2009

Ayer fui a ver la película “El Luchador” con Mickey Rourke, gran película. Más allá de todo lo patético que le pasa a este hombre, lo que más me conmovió fue la historia entre él y su hija (que me habla mucho a mí porque es como de mi edad). La hija lo odia porque él nunca se hizo cargo de ella y la ha ignorado durante muchos años, pero las cosas cambian cuando a él le da un paro cardiaco y se da cuenta de que no todo en la vida son las luchas, la realidad es que está viejo y miserable, así que decide buscar a su hija y hacer las paces.

Creo que toda hija, y en eso me parece muy coherente todo lo que sucede, tiene necesidad de que su papá responda como papá, pero bueno, eso no pasa siempre como en mi caso, lo más terrible de esta comparación es que mi papá ni siquiera es luchador, o sea que su vida no es tan patética como para que se comporte así, bueno no lo sé a lo mejor lo es y no lo sé, no importa. La hija al principio lo manda al diablo y le dice de cosas hasta que supongo siente que se ha desahogado. Después Rourke vuelve a buscarla y ella, un poco distante al principio, lo admite y hasta siente simpatía por él. Él le pregunta si tiene cosas que hacer y ella como que no sabe si en verdad quiere abrir un espacio para él pero, como toda hija que desea que papá le preste atención, acepta a salir con él. Pasan un día juntos y él le habla de cuando ella era niña y después se disculpa y le dice que es un tonto y un estúpido viejo venido a menos: lloran juntos, y al final entran a un bodegón abandonado y comienzan a bailar y con todo eso me acordé del único baile importante que tuve con mi papá, que fue cuando salí de la secundaria y asistí al baile de graduación en donde todos bailaron con sus papás o mamás, y recuerdo que esa vez mi papá lo tomó todo muy en serio y yo me sentía muy guapa y alguna foto hay por ahí de ese baile. Entonces se me salieron mis lágrimas de cocodrilo y como finalmente ese no es el tema central de la película ni les interesa que haya niñas como yo llorando por sus papás, pues en menos de dos segundos cortaron la escena del bailecito y yo como que no quiere la cosa me limpié mis ojitos, porque no me gusta llorar y menos en el cine, ay, bueno, he cambiado mucho, hasta en eso. La verdad es que me hubiera gustado que esa escena fuera más larga porque me hubiera dado tiempo de acordarme de cosas bonitas. Pero no. La película es mala onda hasta en eso justamente porque es coherente hasta el último momento, quiero decir no es mala onda, muestra la realidad y eso siempre es tremendo. Así que después de tener un día mágico los dos, papá e hija por fin reconciliados, él le dice que la invita a cenar un día, ella le dice que vayan el siguiente sábado, él le dice que claro que sí y se va muy contento.

Pero como es un luchador y no sabe hacer otra cosa, si no pelea no sabe estar en su casa, no tiene amigos, no tiene pareja, así que se va a las luchas el fin de semana, de ahí lo invitan a una fiesta y hasta mucho después se acuerda de que había hecho las paces con su hija y de que había quedado de ir a cenar con ella. Desesperado va a buscarla y ella le dice que es un idiota y que no lo quiere volver a ver, que lo estuvo esperando más de dos horas, en fin, que no lo quiere volver a ver en su vida, y se pone muy mal, ella se pone muy mal. Y pues sí, no se podía esperar más de esta situación. En ese momento ya no me acordé de mi bailecito, me acordé de que mi papá haga lo que haga su propia condición lo hace incapaz de llevar una relación conmigo, quiero decir que en algún momento de apertura, de reencuentro, de hablar las cosas, llorar juntos, etc, ahí, cuando yo deje hundir la esperanza en ese papá, ese papá automáticamente pasará por encima de mí aunque él no lo quiera, porque hay ciertas cosas que se han hecho mal tantas veces que aún con el deseo de cambiar, aún queriendo revertir los daños ya no es posible y eso me hizo sentir infinitamente triste.



5 comentarios:

B West dijo...

En mi caso, mi padre pasó de ser el padre despreocupado por su hija a un papá que falleció de ausencia, le maté hace poco, cuando me di cuenta que había muerto hace mucho.

Y que te puedo decir, tienes toda la razón, una como hija despadrada siempre anhela y necesita los brazos de su padre por más patetico que este sea.

Yo, pasé de esas escenas románticas entre padre e hija, me conmovió más la soledad de Randy, el mundo en el que estaba sumergido, el dolor de no poder adaptarse a la sociedad, porque aunque no parezca es una soledad y un dolor muy fuerte, me identifiqué hasta cierto punto y me dio pena.

Es una muy buena película, pero sin mickey rourke no hubiese sido nada, hasta me dio cosa seguir aplaudiendo el oscar a SEAN PENN como mejor actor, porque rourke de verdad que hizo un muy buen trabajo, sin embargo ahi está el actor de MILK con el premio y a pesar de lo antes comentado, sigo creyendo que fue el ganador indiscutiblemente... jajaja me salí del tema.

bueno, hermosa, que tengas buen día... ya me colgué mucho en mi comentario.Besos.

Idalia dijo...

querida Brujísima, tienes razón yo también sentí pena por lo desolado de Randy, pero al mismo tiempo pude ver que todas esas cosas terribles por las que pasó eran parte de la responsabilidad que uno tiene cuando decide su propio camino. En este caso pienso que era víctima de su profesión pero eso fue lo que decidió para sí mismo y que ahí, en esa decisión se llevó entre las patas a su hija.
Eso pasa con otros papás.
Qué más quisiera poder entender en serio mi situación, sin tener que sentir lástima por nadie, sólo moverme un poco.
EN fin...

Anónimo dijo...

No creo que sea un problema de profesión, o de que uno es víctima de su profesión, no, uno es víctima de sus decisiones, y eso incluye una profesión que te manda al carajo porque en el fondo quieres eso, que te lleve muy lejos de ser padre, de tener que asumir algo que tú has decidido, algo que tiene ojos y te mira y te reclama, y te pide y te exige ... para toda la vida... ufff, demasiado. Creo que a veces somos padres porque olvidamos todo lo que hemos visto en el transcurrir de nuestra vida. De otra manera no haríamos tanto daño

Melpómene dijo...

Ellos no nacen sabiendo ser padres...

son humanos al igual que nosotros...

disfrutalo mientras lo tienes aclara las cosas y se feliz

B West dijo...

parece tan sencillo solucionar las cosas y ser felices así nomás porque es nuestro deseo, pero en realidad no lo es.

Ellos han decidido vivir su vida sin importar mucho si sus hijas les necesitan, así han vivido siempre no saben hacer otra cosa, aunque lo deseen no les sale jugar de papas, y pues una que puede hacer? apechugar y seguir respirando, intentar no pensar mucho en ello, aceptar las cosas como son,en fin...