domingo, mayo 02, 2010

Reconciliándome con los domingos.

Buen día de la semana.

Hace tanto calor que Alberto y yo nos mudamos con nuestras laptops al comedor. Tomamos cerveza Guinness y escribimos, echamos el chisme, brindamos, y además nuestro vecino Ciro no está así que disfrutamos de la tranquilidad en nuestra casa. Un lugar para estar horas y horas.

Varios acontecimientos que merecen mi felicidad: Nuevo refrigerador con un súper congelador en la parte de abajo, mucho espacio y muchas ganas de seguir cocinando ahora que tengo el Refri. Además de que en la semana me topé con una caja de discos viejos, entre ellos el Ok computer, un disco de Sarah McLachlan, Björk, Fiona Apple y cosas que huelen a 2004. Me encanta escuchar esa música y sentir eso, que esos pocos años han pasado dejando nuevas canciones, nuevas amistades y nuevos sentimientos. Estoy contenta, no sé lo siento cuando tecleo estas palabras, me siento bien.

Además: Nueva alfombra para la sala, de pelitos gruesos color ladrillo, se ve hermosa la sala, más linda que de costumbre. Pronto haremos un cambio de muebles. La alfombra café que tenía en la sala la pasé a la recamara y ahora se ve más acogedora la recámara.

Hoy fui al mercado con Alberto, hacía mucho calor pero todo está muy calmado. Compramos pescado para la semana, brocheta de pollo, calabacitas, zanahorias y un nuevo cochinito para seguir ahorrando. El pasado lo rompimos para irnos con nuestros ahorros a NY. Regresamos y me puse a cocinar: Brocheta de pollo con juliana de calabaza y zanahoria en salsa teriyaki; spaghetti al curry con hongos picados; y el ya famoso humus sin garbanza que hoy salió con sabor a ajo, tanto sabía ajo que hasta picaba. Me hace sentir bien cocinar. La otra vez le escribía a una amiga que con la cocina no hay falla. Yo me dedico a escribir y a estudiar, a veces no sabes si lo que haces es bueno, siempre habrá dudas, a veces pienso que no es tan importante, pero cuando hago de cocinar no cabe la duda, la comida no miente: o es insípida, o más o menos o en serio es algo delicioso. Hoy la comida estuvo superior. Me encanta comer cosas ricas que preparo yo misma. Además de que el nuevo reacomodo de la cocina la hace ver más grande y más amplia, estuve cocinando y sentí la armonía que se produce cuando no hay prisa y puedo cocinar y tomar una copa de vino… me encanta este lugar, me siento muy contenta. A veces hay que detener todo para disfrutar de lo que sucede, por eso lo escribo aquí, porque me encanta cocinar, me gusta mi refrigerador, me gusta la alfombra roja de la sala, me gusta tener cerveza Guinness para la comida.

Así deberían de ser los domingos.

Escuchando “Mile End”, Pulp, del soundtrack de Trainspotting

1 comentario:

Daniela Flores dijo...

Ma.ra.vi.llo.so! No se cómo diantres llegué hasta este blog, pero agradezco a mi busqueda de lo que no se haberlo encontrado. Leo que ya casi no escribes por aqui. Cada quién sus decisiones, pero debo confesarte que he quedado encantada con tus letras. Hay algo de lo que leo que me devuelve algo, en lo que me identifico. Quién sabe si seguiras compartiendo cosas por aqui ( que no estaría nada mal), pero sea lo que sea, debo decirte con la boca llena (o he de dedicr con todos los dedos?) GRACIAS