domingo, diciembre 12, 2010

Hacía muchos meses, quizá más de un año que no escuchaba a Janis Joplin. Y también hacía tiempo que no me enfermaba de catarro como estoy ahora. Y entre la voz de Janis y esta gripa que me tiene detenida en mi cama me siento fatal. Me doy cuenta que ya no estoy dispuesta a sufrir porque me cuesta trabajo incluso articular frases en mi cabeza antes de escribirlas. Antes, hace como unos cuatro años, sentía una disposición más amena a escribir justo en los peores momentos o cuando más mal me sentía. Ya no. Sentirme mal no me tiene dispuesta a escribir ningún azote. De hecho cada vez que leo el azote de otras personas y las ganas de estarse lamentando en blogs, facebooks y twitters casi me vomito. ¿Por qué? Creo que hay algo en esos azotes que me pisa los callos. Quizá me veo a mí misma haciendo eso, no ahora, pero sí antes y me da rabia acordarme.
Nada.
Creo que esta entrada tiene algo de queja y no me quiero quejar.
Estoy escuchando “Maybe” de Janis Joplin.
Estoy acostada en mi cama con la computadora en las piernas y los audífonos puestos.
Mi gata Anubis está oliendo la ropa que hay sobre una silla.
Tengo prendida una luz en el buró.
Y sí: estoy triste pero no en el azote.
Tengo ganas de una clase de yoga en donde respiras y al final tienes que hacer aaaaaah… así bien exagerado como para sacar todo.
Sacar todo.


P.d.
Lo que me pone bien es escuchar Ilya.

1 comentario:

Alberto Constante dijo...

Pues yo creo que muchas veces el Face y el twitter sirven para eso, exactamente: para quejarse de toda la mierda que nos rodea. Nadie está así todo el tiempo, eso es mentira. A veces nos pasa que todo se queda y estos medios son como esa algarabía de la vida en la que se grita a los cuatro vientos para poder respirar de nueva cuenta aire fresco. ¿No lo crees así? ¿Qué importa si todos se quejan si todos rabian de tanto dolor y de tantas cosas que nos convierte en sobrevivientes? Yo descreo de la felicidad, de esa ruidosa que hace la gente en el Face como siiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ¡¡¡¡¡Noooooooooo!!!!!, uffff, qué aburrición, esos sí que son de gueva, de dolor sin palabras, sólo gritos, aullidos, lo demás, pues Pájara de mi vida, es lo de menos, ¿no?