martes, abril 07, 2015

Martes de destrucción



Hoy por la mañana tomé la última ecobici que había en la estación.
Cuando tengo la fortuna de tomar la última es inevitable pensar que alguien llegará quizá sólo dos o tres minutos después de mí y se quedará sin bici, como tantas veces me ocurre, y esa persona tendrá que caminar a otra estación y quizá tampoco habrá bicicletas ahí y seguirá caminando o decidirá tomar el Metrobús o un taxi.
Hoy fui yo quien tuvo la suerte de tomar la última.
Las ecobicis de República de Cuba funcionan también como juego para algunos niños. Así que, a veces, de noche los niños tocan las campanitas y yo puedo escucharlas hasta mi departamento.
Antes creía que quien lo hacía era una persona ociosa pero el otro día me di cuenta de que eran niños.
Otro día descubrí que eran chavos que toman cerveza afuera de la tienda de abarrotes y tocan los timbres porque sí.

*

En mi casa no hay timbre.
Hoy por la tarde V. tomó una ecobici para llegar a mi casa. Le había dicho que cuando llegara tocara la campana de la ecobici, así sabré que llegaste y bajaré.
V. pensó que no podría escucharlo porque vivo en el último piso, porque la calle es ruidosa y porque la campana de la bicicleta no emite un sonido tan potente. Pero quizá porque estaba esperando el sonido o porque sabía que llegaría en cualquier momento, tocó la campana y escuché perfecto.
Abrí la ventana y le grité: sí te escuché.
Se sorprendió o sólo sonrió y me enseñó el celular o lo traía en la mano para marcarme.

*

El calor es indigno, me dijo MB cuando esperábamos mesa en un restaurante sobre la calle de Aurora.
Pero la tarde con aire fresco es deliciosa.
Una tarde de nuevo horario y de esquites con chile del que no pica, según.
La colonia del Valle es amable para caminar. Y se rentan tantos departamentos que es muy fácil fantasear con mudarse. Tener otra vida.
Fui a Radio Educación a hablar de Barba Azul. La entrevistadora fue muy mala; Karen Chacek, un encanto. Me dijo que no me había reconocido porque siempre estaba elegante y estresada, y hoy me veía en fachas y contenta. Sólo sonreí. Fue extraño decirle hola, soy Idalia, cuando la he visto muchas veces en persona y somos escritoras de la misma colección de libros. Karen recordaba que yo traía un bolso muy lindo la última vez que nos vimos. 
Un bolso bimba & lola, of course. 
Desde que volví a leer el cuento de “Maneras de estar preso” me quedé con unas ganas impresionantes de colocar en un texto la frase: of course.
Perdón, sigo citando a Cortázar aunque ya no esté en edad de hacerlo.
V. me acompañó. Fuimos en ecobicis porque la nueva generación de cicloestaciones ya abarca la Benito Juárez. La leyenda dice que hasta la Cineteca llegan las cicloestaciones. Habrá que comprobarlo.
Cruzamos del Centro a la colonia del Valle en bicicleta.
La ciudad es una jungla. Los carros son hostiles con los ciclistas. Pero la guerra no declarada contra el ciclista se ve en su apogeo sobre todo en avenidas grandes como Cuauhtémoc.
Muerte, anarquía, martes de destrucción, así dice la locutora de Reactor.
Hacía calor, sol y motores de carro.
Motocicletas y varios ciclistas lentos. Odio a los ciclistas lentos.
Dan ganas de matarse en el tráfico. Empiezo a sentir una adrenalina que no puedo explicar pero que me hacía reír como loca mientras cruzaba entre los carros. Los frenos de la ecobici sonaban como si fueran a morir en cualquier momento. No murieron y llegué puntual a la entrevista.
V. traía una camiseta con la icónica imagen de Janet Leigh segundos antes de ser asesinada en la bañera de Psicosis.
Sin metáforas, parecía héroe entre los autos asesinos y el calor y el sudor de todos los que íbamos hacia el sur.


*

Mails que suceden en martes por la noche con el estilo de Z.


Soy una mala persona, __________ escribo.

A) por eso
B) de eso
C) a pesar de eso
D) pero
E) aunque

Tal vez no soy tan mala persona, por eso escribo __________.

A) mal
B) tan poco
C) poemas
D) correos electrónicos
E) cursilerías.

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