domingo, agosto 24, 2008

Quién iba a pensar que ese sería mi último viaje, me dijo, ahora sin dientes, ahora con los ojos hundidos y ese color cenizo que adquieren los moribundos.

--¿Por qué brilla tanto el mar? me preguntó Isolda. Hasta parece otro mar.

--¿Cómo?

--Sí, no parece el mar de Acapulco, se ve muy brilloso y bonito, es sucio lo sé, pero se ve hermoso.

El mar tenía destellos diminutos por todos lados.

Este es tu último mar.

La bebe estaba tratando de escapar de su jaula.

Isolda dijo que también nos lleváramos a la bebe.

Mi abuela dijo que no. –Se te escaparía, no sabes cómo es. Es mejor así, es mejor así.

Todos los libros estaban en cajas, también los vestidos de manta, las máscaras, los cuadros, y todos los recuerdos que ya no desempacará ella, ya nunca.

La carretera tenía un verde impresionante, y pensé en Lorca, en escribir un poema y sólo decir que la carretera estaba verde, muy verde.

Mi abuela me preguntó si conocía la historia del gato de Rosa de Luxemburgo.

Le dije que no.

Me dijo que la metieron a la cárcel con todo y su gato, ahí estuvieron dos años, después al salir de la cárcel siguieron juntos hasta que se separaron antes de su captura.

Dicen que el gato era el consentido de la cárcel.

Después a ella la capturaron, la mataron a golpes y la arrojaron a un río.

Me dijo que ella igual se separaba de sus gatos antes de morir.

Y Anubis maulló desde su jaula. Y le dijo: Sí mi niña, van a cuidar de ti y te van a querer mucho. Maulló de nuevo. Y le dijo: Sí, ya no puedo estar contigo.

Anubis estuvo tranquila de escucharla y no maulló durante las cinco horas de camino.

Mi abuela me dijo que este era su último viaje.

--Quién pensaría que este sería mi último viaje. ¿Tú ya lo sabías?

--¿Qué cosa?
--Pues que me vendría con ustedes.

--No, yo sólo venía por tus gatos. Pero ahora que te veo, te ves muy mal.

--Sí, estoy cansada y decrépita. En cambio tú, te veo bien, un poco gordilla. ¿Has engordado desde tu presentación? ¿La buena vida?

--Supongo que sí.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy truste querida Marie y muy real, me duele el corazón al leerte y saber que asi es la vida y asi se nos va
un beso
Arcana

Lucía Malvido dijo...

Marie. la abuela Lucía está enferma. Me conmovió mucho tu relato. El gato Jack se quedó sin la nona Luci. Lo recibió en su casa un amigo mío, el gordo Horacio. Dice que camina por la pequeña casa como esperando a que ella venga. No va a venir la nona Luci le dice Hori al Jack. Porque la nona está en otro sitio. Un sitio parecedo a su infancia. Parecido a estar todos juntos.
Te mando cariños paa tí y para Anubis con esa calidez que sentí de leer tus palabras.
Lucía.
=)!