miércoles, mayo 06, 2009

No puedo dormir. De hecho desde ayer tengo el sueño un poco ligero. Pero hoy de plano estuve dando vueltas más de dos horas. Y pues lo único que se me ocurrió fue levantarme y ponerme a escribir. Creo, no creo, más bien, sé que es la primera noche que me da insomnio desde que vivo aquí. No sé por qué no tengo sueño. Digo debería estar bien dormida porque por ejemplo hoy no dormí siesta. Pero es curioso que hoy no me dio sueño en ningún momento de la tarde, he andado más bien girita. Tal vez estoy un poco inquieta porque el jueves el mundo vuelve a la "normalidad", o sea que el mundo vuelve a su entorno cotidiano, los horarios siguen, yo viajaré a Santa Fe, iré, vendré y no me quejo, son cosas que disfruto mucho, todo está muy bien, pero. Tal vez es que el jueves tengo una clase de arte que tomo de oyente y no he leído nada porque las bibliotecas han estado cerradas y aunque voy de oyente y nadie me calificará tengo cierto deber moral con la maestra. Se juntan muchas cosas, yo sé que el jueves más bien debería de leer el texto que mi asesor de tesis dijo que estaría en la biblioteca de estéticas sobre el problema de "historia" y "memoria" que es muy flojo, muy vago, muy mal elaborado en mi tesis y que tengo que tener claro al menos en mi cabeza... tenerlo claro para cuando sea mi examen. Creo que siendo una tesis para obtener el título de "historiador", creo que hay mucha de razón en el hecho de que yo confunda "memoria" e "historia" supongo que es como confundir la gimnasia con la magnesia. Ahora: por qué demonios a estas alturas del partido confundo esas dos cosas. Lo pienso, lo pensaba hace rato cuando estaba tratando de dormir y no se me ocurría nada. En mi cabeza todavía pasaban algunas escenas de mala película de chinos y en una pista paralela el problema de memoria e historia y en otra tercera pista ponía atención a los ruidos que hacían afuera sacando un carro. Pero después pensé: cuántos textos he leído sobre ese problema y no recuerdo nada. Absolutamente nada. De hecho casi podría jurar que son la misma cosa. Tal vez eso no me deja dormir. Me sentí un poco inepta. Nada que una relectura de ciertos textos me pueda aclarar. Ese tema es una de las pequeñísimas cosas que no me dejan dormir. Otra por supuesto es la mala película china que no terminé de ver, qué cosa, había escenas en donde de plano no entendía quiénes eran los malos y quiénes los buenos y a quién estaban hiriendo.

Y por qué tenía que opacar el recuerdo de La Strada viendo semejante película tan fea y mala. La Strada, gran película, me emocionó por escenas como la del Loco mostrándole a Gelsomina el propósito de una piedra, "porque si esta piedra no tiene un propósito el mundo no tiene sentido", y los ojitos llenos de ternura de Gelsomina, y su manita haciendo adiós...

Yo creo que por esa película pude dormir bien la otra noche.

Me pregunto si me voy a la cama ahora podré dormir. Y no tengo respuesta. Sólo sé que debo seguir escribiendo hasta que los ojos me duelan y me pidan irse a dormir, así como pasa cuando duermo la siesta.

Cuando prendí mi máquina hace unos minutos, conecté mi i-pod a los audífonos y la verdad es que estuve buscando qué escuchar y después de un ratito de buscar por álbum y artista dije, bueno pondré el aleatorio, y la primera canción fue Summertime de Janis Joplin y pensé que no había podido elegir mejor canción, no sólo porque es una gran gran gran canción para una persona que perdió el sueño, si no porque además hacía mucho tiempo que no la escuchaba porque el i-pod la escondió en una carpeta, total que nunca la encuentro.

Mañana iremos a ver un departamento que están rentando cerca de aquí. Y ese pensamiento viene pegado a otro: amo mi actual hogar, lo amo con locura, pensar en empacar e irme a otro lugar hace que me salga un sentimiento de aferrarme aquí lo más que pueda y la verdad es que nunca había sido tan hogareño y dulce y bello cada detalle, cada cosa está en el lugar adecuado, cada librero, cada recuerdo que se ha ido pegando al espacio, este lugar que es tan mío. Pero el chino de arriba hace mucho ruido y además horror, tendrá un bebé... 

Mañana quiero pasar a la Gandhi a comprar otra película de Fellini y después a rellenar mi botella de Jengibre a la casita del pan. Después, ay después pensaré qué demonios hacer con la  obra que estoy trabajando porque hay un pequeñísimo detalle: en el catálogo de la exposición aparece con otro nombre. ¿Quién le cambió el nombre? ¿Cuándo? ¿Fue Orozco? o más bien le cambiaron el nombre deliberadamente cuando llegó al MUNAL. ¿Cuándo llegó al MUNAL? ¿Es una obra que vendió al museo o que donó? Todas esas preguntas que apuntan hacia la historia del objeto en cuestión, tema harto relevante para la tesis y que no aparecen nunca en ella... y que mi asesor no se dio cuenta, pero yo sí, hoy mismo que vi el pdf del catálogo me subieron a la cabeza señalando que hay un hueco ahí. Y pensé, ay pero qué fácil sería inventarme una historia sobre ese hueco, eso mero se hace en la novela histórica. Decir por ejemplo que "El desmembrado", óleo sobre masonite, aparece en el catálogo de la exposición de "Los teules" con el nombre de "El cadáver" porque dicho catálogo se le encargó a Justino Fernández que desconocía el verdadero nombre de la obra. Otra historia: "El desmembrado", óleo sobre masonite, aparece en el catálogo de exposición con el nombre de "El cadáver" y cuando fue trasladado al Museo Nacional de Arte la ficha técnica escrita por Orozco decía "El desmembrado". Y qué tal que si en el MUNAL voltean el cuadro y en la ficha tiene el nombre de "El cadáver", no lo creo, pero qué tal. 

Sería tan fácil decir cualquier cosa, total...

Pero... Ay no, no, no: tengo que ir al archivo del Colegio Nacional.

Ni modo... Intentaré dormir.



4 comentarios:

Alfredo R. I. dijo...

Creo yo que el enredo entre "historia" y "memoria" no está en ti, sino en tu asesor, quien tiene una idea muy cerrada al respecto. Después de todo, la memoria es esa reconfiguración constante del pasado a partir de la voz de uno o varios sujetos, y la historia parecería ser lo mismo, sólo que basada en un medio escrito.

A mí me parecería que tal es el problema, y que sólo es tal en la medida en que se dota al "escrito" y a las "fuentes" (uuuuy) del poder de crear verdades, como si los medios orales o la construcción individual o comunitaria de la memoria carecieran de tal posibilidad. En fin, supongo que es cuestión de pura perspectiva historiográfica.

Si te es posible, te pediría de favor que me pusieras un correo con el título de lo que te han dejado leer, porque me pica la curiosidad saber cuál es la fuente de la sabiduría y el discernimiento que tu asesor te ha encomendado revisar.

Saludos.

Idalia dijo...

je je je je... querido Alfredo, gracias por tu comentario, eso hará que hoy pueda dormir tranquilamente.
Y la fuente de la sabiduría es:
(tambores)
Los lugares de la memoria, de Pierre Nora.

Alfredo R. I. dijo...

Vaya... he quedado anonadado, en un estado similar al que guardan los marcianos de Toy Story cuando Buzz aparece dentro de la máquina desde la que se expenden.

Nah, creo que el meollo está en que tú organices bien cómo estableces un juego entre historia y memoria, y qué categorías asignas a cada concepto. Hecho lo anterior, el insomnio se irá sin mayores problemas.

Saludos, éxito con el trabajo.

Alberto Constante dijo...

Tiene toda la razón Alfredo, creo que el problema de tu director de tesis es que confunde las cosas y le da una enorme relevancia a la distinción de historia y memoria que es un poco peculiar. Porque lo mismo que se dice de la memoria podría decirse de la historia. Acuérdate de tus clases de Nietzsche y de Foucault, con eso tienes para poder defenderte. Además, los conceptos que utilizas en tu tesis no creo que te lleven sino sólo a enriquecer el pobrísimo estado del arte. Las categorías que utilizas sólo dáles una nota a pie de página para que no se pierdan en los rizos