martes, noviembre 02, 2010

Noviembre, día de muertos

En casa de mi mamá todos los años poníamos nuestra ofrenda. Así que desde siempre he tenido este ánimo festivo por la fecha de muertos. Podría decir que es mi festividad favorita por encima de la navidad. Este año adopté a una gatita que se ha encargado en destruir toda la casa, se llama Persia, y la adoramos por destructora... Pensando en las garritas de Persia decidí poner la ofrenda en el cubo de las plantas, en donde Perci no puede entrar y destruir.

Fui con Alberto al mercado de Coyoacán desde el viernes y compramos flores y papel picado. El mercado de Coyoacán se llenó de todo tipo de calaveras, y compré una de cerámica con adornos oaxaqueños. Ese mismo viernes montamos la ofrenda en el cubo y la verdad es que no pudo ser mejor idea porque por todas partes puse flores de cempasúchil y papel picado y el altar quedó hermosísimo, de hecho tuvimos que darnos una segunda vuelta y comprar más flores y más papel picado porque el espacio es grande. La ofrenda está dedicada al los familiares de Alberto, pero en especial a su hijo. Un caminito de cempasúchil lleva al altar que está llena de flores y calaveras de azúcar, las fotos se van acomodando hasta llegar al centro en donde encontramos la foto de un niño de cuatro años con puchero en la cara sentadito en una silla. Por la noche prendemos las velitas de la ofrenda y encendemos incienso de copal. La verdad es que nunca pensé que fuera a tener una ofrenda tan bella este año, y lo que hace la ofrenda es el espacio maravilloso de ese cubo. También en otra parte del altar puse la foto de mi mamá Yuyis cuando se casó con el jazzista Alfonso Zúñiga. Y también quedó muy bella porque las plantas rodean la ofrenda.

Lo que me sorprendió este año además de tener una ofrenda tan bella en mi casa, fue que en la plaza de Coyoacán pusieron más ofrendas que de costumbre, y acompañaron a las ofrendas con una instalación de Helen Escobedo (que también murió este año) de cuerpos que a simple vista parece una procesión de personas (bultos de alambre cruzados por todo tipo de telas) que cruzan la plaza que está frente a la iglesia. Fui a leer de qué se trataba: es una obra que quiere mostrar las personas que han tenido que irse de su país por la fuerza, y todos aquellos cuerpos cruzando son emigrantes. Maravillosa instalación, el impacto de encontrarse con esos cuerpos fue impresionante. También había una parte de la plaza con instalaciones de esqueletos jugando la matatena, otros saltando la cuerda, echando el trompo, saltando el burro, andando en costal… Y en el centro de la plaza en donde está el quiosco, montaron una ofrenda dedicada a los intelectuales que murieron este año: Carlos Monsiváis, Bolívar Echeverría, Germán Dehesa, Alí Chumacero y Carlos Montemayor. La ofrenda estaba llena de esqueletos de gatos que se arremolinaban en el escritorio de Mosiváis y como si le dictara un texto estaba sentado Montemayor.

Del otro lado de la plaza, también montaron la tradicional ofrenda, la que se monta todos los años, ahora con el tema de Gabriel Vargas, la familia Burrón estuvo presente por toda la ofrenda que se coloca en la fuente de los coyotes. En el museo de culturas populares también hubo un homenaje a Gabriel Vargas (aunque aquí las ofrendas no estuvieron tan bellas como en años pasados).

Pero lo más emocionante fue cómo la plaza a lo largo del día se fue llenando de miles de personas. La mayoría llevaba disfraces, había incluso familias enteras disfrazadas y con la mejor disposición se dejaban tomar fotos. El disfraz más recurrente este año fue el sombrero loco, la reina de corazones, Jack, Beetlejuice y otros personajes salidos de las películas de Tim Burton. Había algunos muy ingeniosos como una niña disfrazada de avatar, arlequines, monjes con cabeza de calabaza, payaso eso, diablo devorador de niños. La emoción de las personas se contagiaba como sucede en los conciertos masivos, sólo que aquí todos eran los artistas y todas las personas estaban dispuestas a posar en las fotos.

Así que ayer me la pasé muy contenta entre toda esta gente, Alberto y yo nos pensamos disfrazar para el siguiente año y comprar muchos dulces para los niños. De los años que llevo viviendo en Coyoacán la plaza nunca había estado tan llena y nunca se había festejado con tantas ofrendas y con tanta gente disfrazada.

Las autoridades no midieron la cantidad de gente que llegaría a la plaza y no supieron parar el tráfico hasta que los carros se quedaban atorados entre todas las personas que había. Ayer hubo más personas en la plaza que el 15 de septiembre, sin dejar la menor duda, el pueblo mexicano tiene más ánimo de festejar a sus muertos que a los falsos héroes de la patria.

Por acá les dejo las fotos que tomé.


1 comentario:

Jesús Ortega dijo...

Aunque ya es collage lo de los disfraces está bien que la gente conserve las tradiciónes, estaba leyendo que en Mixquic parece cada vez más Halloween!!!... Me gusta eso que viste en Coyoacán sobre la instalación, deberían hacer una en CU también, aunque las ofrendas son bonitas por sí sólas, en serio que en las islas se puede hacer algo más. Saludos.