domingo, marzo 04, 2012

“Antes debo solucionar mis asuntos con el resto del mundo. El teléfono es una línea de vida, así que empezaremos por él. No hay teléfono, no hay internet, y yo tengo que enviar mi trabajo. Me siento como una araña a la que le han destrozado la tela, una dependencia humillante”.

Cees Nooteboom en Lluvia roja.

Esta cita resume en muy pocas palabras lo que he vivido en Madrid intensamente durante un mes. Y hoy, creo, quiero creer, que eso ha terminado. Que tengo teléfono, internet y que ya no soy esa araña a la que le han destrozado la tela. Hoy es domingo y todo está muerto. Al menos casi todo. Hoy iré al cine y veré “the artist”… ya no me cuenten, ¡ya quiero verla! y espero que esté a la altura de todas las expectativas que me ha formado el twitter y los comentarios que he escuchado. También porque es domingo escribo en este blog. Es domingo y no tengo que ver a ninguna familia, a los pocos amigos que tengo en Madrid ya los vi desde el jueves, viernes, sábado, ya nadie está dispuesto a verte un día más.

Terminé de leer “Zazie dans le metro”, nunca lo pude leer en francés porque es una lectura complicadísima y cuando lo encontré en “tipos infames” la librería que está a la vuelta de mi casa, me emocioné y la compré. Después me enojó mucho porque está plagada de slang español, gilipollas, me sabe mal, me la suda y pues bueno, no me gustó tanto, en realidad, no me gustó la traducción. Ni modo, ese es el precio de ser una floja y no seguir en las clases de francés.

Ayer fui a la casa del libro y me pasé horas viendo los libros, buscando algo que leer…

Así que me compré un libro, también de traductor español, pero que no tiene slang así que no hay problema, de Cees Nooteboom. Yo me enamoré de Nooteboom en el 2005. Me encantó con su libro de Mokusei! Que justo lo leí después de un viaje que hice a Tokyo. En ese momento estaba muy impresionada con la capacidad de describir a la sociedad japonesa, me gustó muchísimo, recuerdo una de las frases que decía “los japoneses usan el arte para todo, hasta para vender toyotas”. El libro no sólo describe a los japoneses en sus virtudes y defectos sino también hace una crítica de cómo perciben el mundo y cómo se comportan con los extranjeros, unos especiales porque odian a los extranjeros. El caso es que me encontré con el estante en donde estaban al menos ocho libros de Nooteboom, saqué uno y comencé a leer y me dio flojera, otro y otro, otro, igual no me decía nada. La verdad es que yo decido qué leer si las primeras cinco líneas de cómo comienza el libro me emocionan de otra manera no. Después de agarrar como cuatro o cinco libros de él, tomé "Lluvia roja" y supe que debía comprar ese libro porque hablaba de su gata. La primera frase que leí fue:

"Heredé Murciélago hace años. No un murciélago cualquiera, no. Me refiero a Murciélago, una gata gris de raza cartuja..."

Pensé de inmediato yo debería escribir historias de gatos y ya, sólo eso, historia de gatos. Ese relato sobre “Murciélago” casi me hace llorar. El libro entero vale sólo por leer la historia de “Murciélago”. Lo mejor es que los siguientes relatos son sobre su vida en una isla de España, y de nuevo su impresión del mundo español es adorable, me di cuenta que era lo que necesitaba leer. Hay una frase que describe bastante bien lo que se siente al estar en un lugar público “los españoles son adictos al ruido o insensibles a él”. Me moría de risa porque es verdad, los españoles gritan mucho, la televisión está a todo volumen, en fin, el otro día en una marisquería terminé hablando a gritos porque de otra manera nadie te escucha.

Antes de escribir aquí pensé “hoy es un buen día para varias cosas”:

Escribir en mi blog.

Pintarme las uñas de azul claro.

Probar la combinación de palomitas de caramelo con saladas que hacen en el cine Ideal.

Ver “The artist”.

Leer “Lluvia roja”.



Y la buena noticia de la semana: El siguiente fin de semana vuelo a Berlín a pasar unos días con mi querida Grace.

Además estoy escuchando Radiohead y estoy harto feliz.

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