sábado, septiembre 27, 2014

Ayer mientras leía las libretas de mis alumnos me di cuenta de lo mucho que me gustaba haberles dejado ciertos ejercicios como: describir su rutina; investigar su horóscopo chino y argumentar si se identificaban o no; escribir las órdenes que reciben desde que se levantan; escribir sobre la suerte y el azar.
No me sentí tan sola cuando leí que una chica se levanta a las 4.30 para estar en la escuela a las 7.20. Yo me levanto a esa hora y sólo son dos días.
Ella tiene que hacerlo de lunes a viernes.
Es la primera vez en mi vida que me levanto a esa hora para estar a tiempo en un lugar.
Y a esa hora me vienen muchas dudas.
Siempre pienso que es una locura estar despierta de madrugada.

También leí que se aburren, se aburren de cualquier cosa, pero escriben eso, hay horarios determinados en los que sólo se aburren.
Pueden estar aburridos entre clases, en lo que esperan el autobús, etc, pero lo curioso es que son conscientes del tedio aunque dure cinco minutos.
Pero el tiempo es otro. Para ellos el tiempo es lento.
El prefecto de la escuela me dijo un día, un minuto es un minuto.
Así que no escatimo ningún minuto de las dos horas que tenemos.

Cosas que sé de ellos:
Uno tiene una gata. Se llama Taka.
Me cae bien porque tiene una gata. Como yo.
Oraciones simples. Esa fue la instrucción para su ejercicio.
No quiero oraciones compuestas, no comas; sujeto, verbo, predicado.
Pocos escribieron sobre sus pensamientos obsesivos.
Uno de ellos me llamó la atención.
Escribió que siempre que está en la calle piensa que alguien lo está siguiendo.

Yo escribí descripciones que ya sé de mí porque antes las he escrito… hice un poco de trampa en ese sentido. Sé que soy rata madera. Sé que tengo el seudónimo de un poeta español. Pero en realidad escribí diciendo que soy su maestra de Literatura y nada me hace más feliz.
Cuando salgo a las 10 de la mañana, inevitablemente, me reconcilio con la alarma que me despertó a las 4.30. Pienso: valió la pena. Sé que vale la pena porque hay algo que compartí y ese algo es la profesión que amo. Escritura, literatura y para decirlo con Cortázar, todas las turas que se me vienen a la mente y de las cuales hablo en clase.

Para rematar, sin duda mi clase tuvo un empuje diferente porque comencé el día escuchando esta canción en radio ibero.

Frases estúpidas que dan felicidad. Pero, momento, no es lo mismo que sean frases+estúpidas+cantadas+por+los+Beatles.



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