jueves, marzo 04, 2010

Pizza

Esta semana fue el último curso de Sukabumi. ¿Cuándo habrá otro? Nadie lo sabe. Quizá no vuelvan este año, quizá lo único que nos queda es ver la receta en Internet y hablar por celular con Oscar para pedir su auxilio. Debería de existir el asterisco Sukabumi. Oh tristeza. Esto confirma que todo lo bueno en la vida termina tarde o temprano y que siempre hay dos caminos y en este caso se acaba de cerrar el camino que lleva a la calle de Tajín los martes por la noche. Así que es oficial que este post se convierte en la última crónica del curso primavera-verano.

El martes pasado hicimos pizzas. Todo mundo conoce una pizza, pero esa es la magia de ir a Sukabumi: vas a que te presenten con una pizza. Y a pesar de que por años uno ha comido pizza de pronto es una sorpresa encontrarse con la harina, con la levadura y la salsa de jitomate.

Pavol comenzó la clase preguntando “¿Todos conocen la pizza?”

Y aunque suena un poco ridícula la pregunta, es bien curioso pero creo que hasta el día de ayer que preparé pizza con Isolda no conocía del todo a la pizza. Si no tienes la harina con agua pegada entre tus dedos, si no sientes el ritmo que adquiere una bolita y comienza a crecer una masa y esa masa hay que moldearla con las manos… entonces no conoces del todo la pizza. Además no conocía el sabor del queso roquefort con durazno y hasta ayer no había probado la pizza hecha con harina integral. Ante la pregunta obvia de Pavol podría decir que mi conocimiento sobre la pizza era bastante mediocre y superficial.

Ayer cocinamos la pizza Sukabumi en casa de mi hermana. Como también hicimos Tiramisú de fresas a la naranja, nos dividimos las actividades. Primero Isolda se puso a cernir la harina (que era integral y que como somos bien neofitas no lo supimos hasta casi el final). Isolda pensó que el salvado eran cositas que había que quitarle a la harina, y afortunadamente le quitamos el salvado sino nuestra pizza hubiera sido una suerte de All Bran con queso y salsa de jitomate. Le echamos la levadura y la removimos con poquita agua, la dejamos reposar y luego nos tocamos las manos para ver cuál tenía las manos más calientes porque es más fácil hacer la masa. Y yo me saqué la rifa de la masa.

Y no sabes qué es la pizza hasta que comienzas a hacer la masa y pasan cinco y pasan diez y pasa media hora y la masa sigue medio cuarteándose y así uno tiene que seguir dándole una y otra y otra vez... creo que es más rudo el trabajo cuando es harina integral pero puede que sea un mito. Isolda me dijo “ay pero si ayer no se veía tan difícil”. Pues sí como ninguna de nosotras amasamos, pobre señora a la que le tocó. Y nos reímos un rato de cómo Pavol le decía, “mmm… ya está chido pero todavía le falta un poco más”. Y la señora ya estaba medio harta pero tuvo que seguir. Ja ja ja ja, le costó más trabajo porque la amasó sentada.

Primero se cierne la harina. Después se hace un hoyito en medio de la masa y se echa un sobrecito de levadura. Se le pone poca agua y se remueve con el dedo como si hiciéramos un atole. Se tapa con un trapo húmedo y se deja reposar un rato. Ya pasado el rato se revuelve con toda la demás masa y se va agregando agua para seguir amasando. Y de este punto en adelante uno se puede quedar un rato considerable amasando...

Mientras se amasa y más si se tiene una hermana cocinando al mismo tiempo pues se puede hacer un humus para ir picando y se puede hacer la salsa de jitomate que pondremos en la pizza. Ayer hubo tiempo de sobra así que Isolda se metió a la página de Sukabumi y preparó el Tiramisú de fresas a la naranja.

Al final terminamos comiendo pizza a las cinco de la tarde y tiramisú a las seis, pero todo muy rico. El humus se acabó antes de que saliera la pizza, así que de las dos pizzas que hicimos sobró media pizza porque ya se habían llenado de humus y pitas. El Tiramisú sabe mejor si se deja reposar a las fresas en el jugo de naranja por más de una hora como sucedió ayer.

Frases célebres en Sukabumi:

“Todo queso roquefort es queso azul, pero no todo queso azul es queso roquefort”.

“La otra vez estuve haciendo cuentas y me di cuenta que en mi vida he hecho cerca de 12 000 pizzas”.

“La masa de la pizza cruda no se come porque la levadura se pone viva y se comienza a inflar generando parásitos que hacen mucho daño al estómago”.

“No hay que atascar de ingredientes a la pizza no es una torta”.

“Si ponemos mucha salsa de jitomate corremos el riesgo de que la masa se rompa”.

Final feliz en el curso de Sukabumi:

Abrimos una botella de vino, brindamos y comimos pizza. Me doy cuenta que hablamos de nuestras compostas como si se tratara de niños chiquitos, los cuidados que deben tener, su alimentación, lo que tal vez les pueda hacer daño. Y claro Margoth es la que sabe todo y da consejos sobre el mantenimiento de nuestras compostas.

Final sorpresa: Margoth resultó conocer a Frederik, antiguo lector de este blog. Su recuerdo estuvo en esa pequeña felicidad que compartimos el martes pasado.

¡Gracias Sukabumi!

No me puedo quejar acabo de cumplir uno de mis propósitos de año nuevo: tomar cursos de cocina. Y terminé hasta con una composta llamada Sukabumi.

Los extrañaré.

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