martes, diciembre 16, 2014

Baños Marbella

Belisario Domínguez 40. Centro.
Ayer no tuve gas en mi casa. No podía cocinar ni bañarme. Y diciembre tiene los tinacos fríos. Así que no era opción bañarme con agua helada.
Le escribí a mi vecino Oscar.
Oscar además de ser mi vecino se dedica a lo mismo que yo: da clases de literatura y escribe para público infantil y juvenil.
Oscar me cae bien, tenemos un chat a través de Facebook. No tengo su whatsapp, así que a veces no es muy fluida la comunicación.
Le pregunté si tenía gas. 
Y me dijo que no. Que había tenido que bañarse como princesa maya: a jicarazos.
Yo no me bañé como princesa, sino como vaquero porque acababa de llegar de correr y realmente necesitaba el baño.
Medio sobreviví porque mi cafetera es eléctrica y pude calentar agua ahí.
Hoy me desperté y estuve más de diez minutos tratando de prender el boiler: nada.
No había gas.
Recordé que a la vuelta de mi casa vi unos baños públicos frente a la papelería en la que me sacan copias para mis alumnos. Y me acuerdo que pensé qué raro que existan todavía estos baños públicos: ¿quién frecuenta esos lugares?, ¿qué se hace ahí?, ¿es un lugar para ir a meterte con alguien?, ¿van los indigentes y las prostitutas?, ¿qué sucede en esos baños públicos?
Después de un rato de comprobar cerillo tras cerillo que no había gas, pensé en los baños públicos.
Hice una pequeña maletita: jabón, shampoo, toalla para el cuerpo, toalla para el cabello, crema corporal, cepillo de dientes, pasta y sandalias.
Y me fui a los Baños Marbella. 
Es a la vuelta de mi casa, sobre la calle del Metrobus.
Cuando iba recordé a Vila-Matas, que bajaba de su buhardilla para ir a bañarse a un baño público, porque no tenía en dónde bañarse, así que lo hacía una vez a la semana. 
¿Cuántas veces me bañaría si no tuviera baño? Quizá sí, una vez a la semana suena correcto y los demás días baños de princesa maya.

Entré y vi un pizarrón en donde se muestran los precios:

Regadera individual: 55
Baño Turco: 70.
Vapor: 80.
Masaje: 150.

¿Cuál es la diferencia entre el baño turco y el vapor?
No pregunté, me dio pena preguntar, de esas penas estúpidas que después digo pues qué.
Pedí la regadera individual. La señora que atiende se me quedó viendo esperando el dinero.
Le di un billete y me pidió cambio.
No traía cambio.
Se me quedó viendo de nuevo, con cara de tú no eres de aquí.
Soy una impostora, quería decirle eso: soy una impostora, pero de verdad necesito ese baño porque no tengo gas en mi casa y no quiero otro baño vaquero.
Le dije: Es la primera vez que vengo, ¿cómo es el asunto?
Sólo se te da el servicio de toalla, sube al tercer piso y da tu ticket.
"El servicio de toalla" whatever that means.
En la estantería en donde me atendió vendían: shampoo vanart en bolsa individual, jabón, cepillo, etc.
Ok.
Subí al tercer piso.
Todo el lugar es de azulejos azules y en cada piso estaba la cara de Santa Claus hecho de fomi, con brillitos en la barba y con los ojos viendo a un lado.
Llegué al tercer piso. 
Sí que es viejo el lugar: techos altos, muebles con orillas de aluminio color plata, pizarrones con letritas que entran a presión y hombres viejos, uniformados como si fueran enfermeros.
Di mi ticket y uno de ellos me llevó a mi regadera individual.
No hay separación de géneros en las regaderas. Es un pasillo larguísimo.
La regadera individual es un camarote o pequeña celda de prisión o de sanatorio de película.
Antes de entrar a la regadera hay un pequeño lobby, muy pequeño, es en verdad una especie de celda.
El enfermero llevó las toallas y unas telas tipo sábana pero del tamaño de una toalla que tienen escrito en cursiva: Baños Marbella. Las toallas raídas de punta a punta y viejas, viejas, viejas, muy viejas.
En el camarote hay una especie de diván café, igual de viejo que las toallas y el lugar y los hombres que atienden. El enfermero envolvió el diván con la sábana y luego encima puso la toalla y en el piso acomodó la otra pequeña sábana. Todo en rápidos movimientos, exactos y perfectos, como quien lleva toda la vida haciendo esa operación. Después salió rápidamente sin verme a los ojos. Me metí y cerré mi camarote. Me quedé sentada un momento. Alguien más se bañaba en el camarote de junto.
Frente a mí un lavabo y un espejo.
Saqué mi celular para hacer check in en Foursquare.
Aparece como “Spa Marbella”.
Realmente es un spa, supongo que cualquier lugar con baño turco y vapor es un spa con todas las de la ley.
Ningún comentario.
Inspeccioné la regadera. Una regadera vieja, con llaves rojas como válvulas de paso. A un lado una banca hecha del mismo azulejo, como para sentarte y dejar que al agua caiga encima.
El piso estaba mojado. Alguien ya se había bañado antes que yo.
Es un lugar viejo pero no sucio.
Me metí a bañar. Puse mi shampoo sobre la banca.
Ningún contratiempo.
Qué raro es ir a hacer lo más privado a un lugar que es público.
No es como ir a clases de natación en donde hay regaderas y un vestidor común.
No. Es ir a usar un baño. A bañarse. No hay escusado, sólo regadera.
¿Quién viene a estos lugares?
¿Quién paga 55 pesos y viene a bañarse, rasurarse o sentarse en la banca a que le caiga agua caliente?
No es tan barato si pienso que pago 70 pesos de gas y me baño todo el mes en mi casa.
La pregunta en realidad es ¿quién venía?
¿Una clase media que tenía ganas de meterse al vapor?
Estos gustos ya no están vigentes o desaparecieron o se convirtieron en otra cosa.
¿Qué podría reemplazar al baño público? ¿Fue reemplazado? O quizá simplemente fue un gusto que caducó, pero por qué. ¿Por qué si seguimos yendo a las cafeterías porque ya no al baño público?
Hoy es martes, tampoco es el mejor día para saber cuál es la vida cotidiana del baño.
Estar ahí es literalmente realizar una actividad del pasado, humear un gusto ajeno, ser impostora de una época que no me tocó vivir.
Soy una impostora de este lugar. Eso pensaba mientras me bañaba.
Fuiste a tomar fotos, me dijo María Fernanda cuando le envié una foto de las llaves.
Sí, algo hay de eso. Fui como turista, aprovechando que no tenía gas. Hubiera ido de cualquier forma, pero no se me habría ocurrido o me hubiera dado flojera. Al final es más cómodo bañarse en casa. ¿Por qué tendría que ir al baño público? Quizá por el vapor o el masaje, ¿cuál es el plus que ofrece el baño público? Ninguno. Uno se baña y ya.
La gente, o más bien las personas que conozco, mi familia, mi grupo de amistades, no va a los baños públicos. No es que hayan dejado de ir, no, simplemente no van, no hay un tema de conversación sobre los baños públicos. No es algo común.
De hecho no recuerdo baños en el sur de la ciudad.
No van indigentes ni prostitutas ni es un lugar de la perdición. A veces es muy naif pensar que porque es un baño tiene que estar ligado a algo que atenta contra la intimidad.
Me bañé ahí con cuatro hombres vestidos de enfermeros cuidando mi camarote. Nada me pasó. Salí y me quedé con la duda si se les deja una propina. ¿Se da propina en estos lugares?
Acabo de googlear “Baños Marbella” y sale un foro gay en donde preguntan qué tal están los masajes en el los Baños Marbella. Supongo que esa es otra experiencia.
¿Estuve en unos baños gay y no me di cuenta?  ¿Cuál es el target de los Baños Marbella?
¿Regresaría a los Baños Marbella?
Claro que sí. Ahora quiero el baño turco.

No hay comentarios.: