jueves, enero 04, 2007

maco, maco, maco

Este niño que ya no es un niño. Si miras con atención podrás darte cuenta que eres tú. Estás buscando una frase en un libro y te salta entre dos páginas la fotografía vieja. No la encuentras. No encuentras la frase para poder seguir tu camino en paz y bien. No está en el libro o se te olvidó subrayarlo. No. Sí está porque apenas lo leíste ayer, y ahora ya no encuentras esa frase admirable que cuando la halles no será tan hermosa como el día anterior, pero tienes la imagen, tan clavada en la memoria, que es como si quisieras rebobinar la película para ver de nuevo las motitas volando y se pierden y las ves desaparecer en una página. Una linterna alumbra el pasillo. Vuelan motitas. La fotografía vieja, tan diminuta. Te das cuenta que es el mismo hueco de la ausencia, maldita, te sigue en todas las dimensiones, no te le escapas, te detiene unos instantes cuando te despiertas y sabes que la calle espera, que el camión espera, que el seguro de pasajero es una carta del tarot, y también te espera, en minutos y segundos, en números de la suerte que vas a sumar para saber si es diez o es veintidós. Sí, sí, lo sabes de memoria, la parada es en el semáforo que es sema, lexema, paralexema, se-má-fo-ra, metáfora color verde, amarillo, rojo, lo que sea entre la parada y el cruce, el charco y la banqueta, tu pie deslizándose en esto que llamas realidad-de-calle o de bolsillo qué importa. Quisieras un antifaz para pisarla con delicadeza. La sola idea está en la punta de cada vellito de tus brazos. Y hay que luchar, asustando la realidad con lo brazos en posición de ataque. Llevándote de paseo a este niño que no es un niño, que es un señor enterrado, y lo quieres, quieres a ese niño bonito, te quiero señor enterrado, te quiero tanto. Es una imagen que podrías guardar en el corazón, pero no es necesario porque ya es parte de ti, eres tú en esa misma postura de defensa. Y la realidad espera en cada camino que decidas tomar, y ese niño seguirá ahí, marchitándose con el tiempo, hundiéndose más en tu corazón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Marie, yo conoci a un niño como el de la foto, y para el la lucha era lo mas importante, despues ya siendo un adulto joven tenia tantos ideales y tantas cosas por hacer! no se en que momento se murieron sus sueños, tal vez se cansó de perseguirlos, y sabes? me llena de tristeza pensar en que ya no existe más, que probablemente es un señor con pelo cano, y buscando solamente un poco de tranquilidad.