domingo, enero 14, 2007


Vengo acá,

estoy más calientita de este lado

y mi soledad está más que aliviada, porque ahora tengo a la Negra sentada en las piernas y ronronea como si el mundo se fuera a terminar, echa mucho pelo cuando está así.

(—Tu gato se parece al gato de Lenin.

—Es gata.)

No sé por qué de pronto me entra una felicidad que no puedo con ella de tanto, a veces son cosas muy sutiles, como encontrar una sudadera enorme, hoy mismo (ya la tengo puesta)

azul, el color que amo

ahí tirada en el closet

parece que tiene el olor de antes.

Al ponérmela sentí un poco de pena porque la tenía completamente olvidada. Y no me di cuenta cuándo la dejé de usar para dormir, hubo espacio para la de rayas y entonces se fue escondiendo hasta que hoy se cayó, en fin. Mañana será un día muy bueno y quiero irme a dormir temprano.

Una frase encontrada en un libro, de Julio:

“le recordó el gesto de quitarse una mosca de la manga sin parecer demasiado descortés con el insecto”.

Lenin con gato

4 comentarios:

andenken dijo...

Ven, mi hermoso gato, cabe mi corazón amoroso;
retén las garras de tu pata,
y déjame sumergir en tus bellos ojos,
mezclados de metal y de ágata.
Cuando mis dedos acarician complacidos
tu cabeza y tu lomo elástico,
y mi mano se embriaga con el placer
de palpar tu cuerpo eléctrico,
veo a mi mujer en espíritu. Su mirada,
como la tuya, amable bestia,
profunda y fría, corta y hiende como un dardo,
y, de los pies hasta la cabeza,
un aire sutil, un peligroso perfume,
flotan alrededor de su cuerpo moreno.
Baudelaire

Anónimo dijo...

Marie: Siempre han existido seres maravillosos que adoran a los gatos, ellos son extraños por esa doble suerte de naturaleza, indómita y tiránica, quizá por eso los amamos: Por ejemplo, la reina Victoria de Inglaterra sentía pasión por los gatos. Su favorita, una gata persa, llamada White Heather, sobrevivió a la muerte de la soberana, y vivió en el palacio de Buckingham hasta bien entrado el reinado de Eduardo VII. Una de las preocupaciones principales de Churchill era poner a salvo a su gato de nombre Jock, durante los ataques aéreos. Su afecto por el animal era tal, que éste se hallaba presente en las reuniones del consejo de guerra. El cardenal Richelieu vivía con catorce gatos, uno de los cuales, negro como el carbón, se llamaba Lucifer. Otro de ellos, Gaceta, tenía la costumbre de orinar sobre los invitados que le desagradaban. Píramo y Tisbe se convirtieron en una pareja inseparable que siempre dormía con las patitas entrelazadas. Otros felinos que tuvo este personaje fueron Serpolet, Sumiso, Ludovico el Cruel (que debía su nombre a que cazaba a sus presas, sobre todo ratones, de forma particularmente violenta) y Peluquín, llamado así porque se dice que nació sobre la peluca de uno de los amigos del cardenal. Dickens no salía de su asombro cuando su "gato" William parió una numerosa camada, viéndose obligado a rebautizar a su felino con el nombre de Wilhelmina. Florence Nightingale estuvo en la Guerra de Crimea acompañada por sus gatos, entre ellos Bismarck, Gladstone, Disraeli y Houri, una angora turca que le fue regalada por un soldado de ese país. Alexander Borodin, autor de la ópera "El Príncipe Igor", tuvo al menos dos gatos, cuyos nombres eran Dlinyenki y Pescador. El gato del compositor napolitano Domenico Scarlatti fue la fuente de inspiración de su obra "La fuga del gato". Y se dice que Cleopatra sentía auténtica adoración por su gata, Charmaine. Mahoma se ha dicho que tuvo a lo largo de su vida muchos gatos, pero su favorito sin duda era Muezza. Cuenta la leyenda que en una ocasión en que dormía sobre la manga de la túnica del profeta, éste prefirió arrancar la pieza de tela y levantarse sin ella, antes que molestar a su adorado gato.

Idalia dijo...

Faltó mencionar a mi querido Julio, con su gato Adorno y su después muy amado Heidegger...

Anónimo dijo...

Bueno, pues no terminariamos la lista con más personajes, pero uno que me encanta es Philip K. Dick, que también tiene fotos muy bellas con gatos.
Los gatos no siempre son bienvenidos en las casas, hay personas que prefieren a los perros, porque siempre les hacen fiestas, los gatos no, sólo cuando ellos quieren, son animales muy diferentes y aunque hay personas que los quieren por igual, hay otras que sólo quieren a los gatos y las terceras que sólo quieren a los perros. Y bueno debe haber quien prefiere pollos, gallinas, etc, y finalmente los que no quieren ningun trato con otra especie que no sea la humana.