lunes, marzo 17, 2008

En algunos momentos resucito en espacios que son como una cartografía de los recuerdos.

Despierto a todas las horas o las horas despiertan moradas en lunes.

Despierto con los cabellos más oscuros que ayer.

Pero mis ojos siguen un señor que deja estatuitas por todos los cuartos; que deja pinturas en sus dedos.

Acaricia el arte con su mirada por tener los labios tan delgados y no poder besar el tiempo.

La luz de mis uñas cambia con los días.

Los libros más soñados por mí tienen pasta dura y se editan en la calle de Bolívar.

El almohadillado de los edificios tiene pegado el vocabulario de recuerdos y otras miradas que ya no están.

Los espejos son tan pequeños que sólo puedo ver mis pestañas.

Yo hubiera querido tener dos centímetros más de altura.

Cuando sueño siempre estoy descalza.

A veces me falta un calcetín y es por un libro de Matías.

El suelo de tabique rojo es muy frío.

El señor tenía en sus manos un rizoma que era una rata, que era un tubérculo azul.

Bosteza siempre que le arden los ojos.

Estoy mirando el frío que sienten mis pies.

Y a mi qué me importa dormir más de diez horas.

Abajo cada minuto es gratis, es etcétera, es una Coca Light.

Las almas que sueñan doblan en la esquina de la panadería, doblan ahí en donde nadie ha hecho un gran esfuerzo por seguirlas.

No se pueden fingir las sonrisas que trazo en mi libreta de cuadricula chica.

Aquí no hay voces, todos mis trazos son mudos aunque hablen en voz baja.

Nadie disimula una sonrisa cuando hago un trazo en la cuadricula de mis hojas.

La voz despierta en la sombra de algunas palabras.

Los sueños ajenos cambian el color de mis ojos.

Los recuerdos se guardan en bolsitas de plástico.

Los pensamientos saldrán como el sol.

La memoria, negativo, sin color pero con figuras a la luz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está bien soñarse con los pies descalzos y fríos y verse las pestañas en espejos pequeños...está bien no dejar de soñar porque a veces no somos mucho más que eso Marie. Un placer seguir leyéndote. Un beso. Erato

Fernando dijo...

Saludos Marie. Me encanta estar en el sofa en presencia de tus asociaciones libres. Hay un punto en el que no se si son tuyas o mias.