miércoles, diciembre 30, 2009
martes, diciembre 29, 2009
2009
El 2009 se termina con todo tipo de imágenes.
Ayer fui a León. Me gustaría poder dibujar la historia de mamá Jacinta y sus hijas. Estuve escuchando una historia que comienza en 1864 y todas sus protagonistas son mujeres… mujeres que se enfrentaron a la vida con sus estructuras y sus formas de actuar de ese momento. De regreso no dejé de pensar en esa historia. Y es curioso cómo el recuerdo de mi mamá Yuyis se me atraviesa. Y sé que está en mi recuerdo porque la extraño pero sobre todo porque la quiero y la tengo muy presente en mi vida. Me casé el 11 de diciembre porque ese día era cumpleaños de mi mamá Yuyis, hubiera cumplido 76. Me pinté las uñas de negro con chispas porque era su color favorito para las uñas. Y me puse su vestido de novia… el mismo que usó en 1955 cuando se casó con Alfonso Zúñiga, el jazzista. Fue importante ese día y creo que nunca me había sentido tan contenta.
Pienso en el 2009 como un gran año. Quisiera que el 2010 esté lleno de proyectos y de nuevas aventuras. Comenzar el año casada es ya un gran acontecimiento. “Algo de mágico y extraño tiene ese anillo en el dedo”, es una frase que dice la hija de Tony Soprano. Y tiene razón: hay una parte del otro que se une a través de la palabra de un juez, y pienso que ahí radica todo lo demás: la pronunciación en voz alta de esa unión frente a la familia y los amigos y las personas que uno quiere es lo que se consume en ese anillo alrededor del dedo. Y claro que viene el compromiso y el amor, pero eso ya se tenía desde que vivimos juntos. La juez dijo: “hoy se juntan dos acciones. El destino azaroso que hizo que alguna vez se conocieran y la voluntad de ambos de querer estar juntos y compartir una vida en común”. Cuando la juez dijo “el destino azaroso” pensé en ese día que me quedé de ver con Frederik en el aula magna a las cinco de la tarde. Entramos y nos sentamos y el aula se llenó, era un congreso de Nietzsche, y en la mesa estaba Alberto. Y fue la primera vez que lo vi y lo escuché en mi vida, ese momento es el destino, el azar. Y esa parte del destino es la que me amarra a la vida, pienso en el 2010 como un año lleno de proyectos y de historias por escribir.
2009. Mejor descubrimiento musical, sin duda, Elliott Smith. Mejor libro leído. Es la primera vez que sucede esto pero no es un libro de ficción. El mejor libro que leí en el año es “La conquista de México” de Hugh Thomas. La película que más me gustó fue “Coraline”. Mejor viaje: Buenos Aires. Y bueno, cumplí con un propósito de año nuevo: la tesis, la licenciatura.
2010, allá voy maestría.
sábado, diciembre 26, 2009
Pasé navidad. Feliz Navidad Erato. Pasé todas mis festividades en una felicidad completamente obscena, escuchando Metallica, escuchando Grace, en casa de mis abuelos, escribiendo una historia que tiene que ver con lugares habitables. Me arrebatan el vodka... no estoy, pero lo suficiente para escribir. Le decía a Alberto que: gracias a la escritura me doy cuenta que he sido muy feliz, incluso cuando era 1999 y fui al concierto de Metallica, con mi tío Erick y Zaida, y Zaida tenía puesta una playera azul de Diesel y todo era felicidad, tal como fue en mi boda: eterna felicidad de la buena, tomándome fotos a granel...
jueves, diciembre 10, 2009
domingo, diciembre 06, 2009
fiL
sábado, diciembre 05, 2009
FIL
De pensar que me dirían: “Láááááástima Margarito”, pasé a obtener la Mención Honorífica (ya son dos que me gano en el año, una en el examen de licenciatura y otra con el Premio de Nostra Ediciones) y la publicación del cuento “Checo”.
Es así: Escribí un cuento. Lo metí a un concurso. Y taaaarán…
Se estará imprimiendo en China por el mes de abril y vendrá en un contenedor vía barco para ser presentado en la próxima FIL, en la que soy invitada para la presentación. Me emociona mucho, pero me ganan las ansias de ya ver el cuento publicado. Ya sé que será el cuento de “Checo”, pero supongo que es un poco como cuando se tiene un hijo, se sabe que se parece a uno pero siempre hay esa duda de cómo quedará al final de todo el proceso. La verdad es que la editora de Nostra tiene unos libros muy bellos, así que confío plenamente en que será un cuento muy pero muy lindo. Cuando tenga adelantos los pondré por aquí.
Pasando a otras cosas conocí a un grupo genial de ilustradores y artistas plásticos que hacen muchas cosas, desde niños-frijoles hasta bolsas y mosaicos, les paso la página: “El ilustradero”.
Oh fui tan feliz en la FIL. De verdad que lo fui.
Varios descubrimientos de mundos desconocidos, como el ilustradero, y sobre todo, Javier Sáez Castán, que se portó como un ángel conmigo. Javier es amor. La verdad es que le agradecí mucho la hospitalidad que me dio y el presentarme a muchas personas, entre ellas los ilustradores. Conocí también a una editora guatemalteca que me pasó una novela magnífica: “No te apresures en llegar a la Torre de Londres porque la Torre de Londres no es el Big Ben” de Eugenia Gallardo. Gran novela. Les paso una parte subrayada:
“Como nos pasó cuando nuestra madre, que ni siquiera era madrastra ni nada, le aconsejó a nuestro padre, que ni siquiera era padrastro ni nada, que nos llevara al bosque y que no nos regresara del bosque. En esos tiempos todavía habían bosques cerca de las casas pero afortunadamente los han ido destruyendo para que los padres no tengan dónde perder a los niños y para construir centros comerciales bonitos e iluminados, que no son como los bosques traicioneros…”
Compré varias novelas de guatemaltecos, y compré una de un israelí que cuando empiece a leerla pondré algunas cosas por acá, pero el comienzo es genial.
La FIL se divide en internacional y nacional y yo andaba siempre de un lado para otro, me divertí mucho, conocí hartas personas, me reencontré con compañeros de la sogem, con maestros, con gente famosa que nunca creí conocer, y todo era bello y frío en la FIL.
Era frío porque tenían el aire acondicionado a todo lo que da.
Ahí estuve cinco días, los días privilegiados llamados “profesionales”.
Amé la FIL.
Amé estar ahí y sobre todo estar premiada junto con Javier Sáez.
Amé conocer al editor de Ekaré, que se llama Pablo y que nos llevó a comer a una marisquería llamada "El carnal".
No me hubiera imaginado más contenta a mi regreso, ahora que dejé reposar tantito el recuerdo me doy cuenta que fue increíble estar por allá y conocer y platicar con tantas personas. La imagen que pongo al principio del post es de una chica que conocí allá: Abril Castillo, pueden visitar su blog acá.
En realidad me come la alegría al escribir este post y casi todo lo que me pasa por la cabeza es un poco cursi, supongo que también se debe a que dentro de una semana me caso, y ayer recogí mi vestido… me emociona verme vestida de novia (!!!). Muchas emociones juntas: el premio, la boda, la navidad... ni siquiera me he dado el tiempo de comprar el arbolito o hacer mi santa diccionario… pero necesito que pase la boda y la luna de miel para después pensar en navidad. Tal vez no sea tan necesario poner arbolito. Ayer me dieron un regalo de bodas y es nada más y nada menos que una Absinth color verde 70% alcohol. Una vez me platicó un amigo que en Londres cuando pides una copa de Absinth te ponen un sello en la mano porque sólo tienes derecho a uno. Además que estuvo prohibido durante treinta años por muchos países europeos. Ahora se vende en Palacio de Hierro, je... Así que mmmm… me muero de ganas de abrir la botella.
Pues así estos días dicembrinos... oh emoción, emoción, emoción
(!!!)
(Suspiro largo)
2010 ¡allá voy!
miércoles, octubre 28, 2009
domingo, octubre 11, 2009
domingo, octubre 04, 2009
lunes, septiembre 14, 2009
jueves, septiembre 03, 2009
martes, septiembre 01, 2009
lunes, agosto 17, 2009
miércoles, agosto 05, 2009
Estando en Buenos Aires conocimos al famosísimo Horacio Potel, famoso por sus páginas de Nietzsche, Derrida, Heidegger y compañía en castellano y que vendrá al Congreso Internacional de (Con)fines del Arte en septiembre. Su mujer, Andrea (adorable mujer) me regaló un libro de un autor argentino que no conocía (no sé si sus libros se consigan aquí en México pero podría ser que sí) que se llama César Aira. Qué extraordinario. Tiene una soltura impresionante y me gusta mucho su narrativa.
Hace unas semanas recibí un par de comentarios “ofensivos” que borré porque no eran lo suficientemente inteligentes como para tenerlos, en realidad lo único que me decía era “puta barata”, así a secas, me hubiera gustado más algo al estilo de Girondo. En fin, la necedad de esta persona y su clara obsesión conmigo (o más bien con mis letras) le dictaban en su mentecilla “métete al blog y revisa cada tres segundos si hay un nuevo comentario” y como supongo que no tiene nada que hacer pues aquí anda, digamos que se da sus rondas. El obsesivo se muere de horror de leerme y se revuelca de odio contra el mundo porque soy esposa de Alberto, pero no sólo es clavado y obsesivo sino que además es masoquista. No puedo imaginar la vida de una persona que pierde su tiempo leyendo cosas que no le gustan, eso sí que es una maldición, es como si en mis ratos libres estuviera condenada a leer las obras completas de Corín Tellado. Me parece triste pero allá cada quien con su goce. Todo esto lo escribo porque leyendo a César Aira me acordé del obsesivo masoquista y dije esto sí que me gusta.
El comentario de puta me hubiera encantado de esta forma:
“Perra, arrastrada, zorra, serpiente… Yarará, culebra… No encontraba las palabras, o encontraba demasiadas, le venían a la mente demasiado pronto, antes de que pudiera buscarlas, se acumulaban y transformaban sin dejarle espacio para pensarlas.
Inmunda, teñida, negra, soberbia, cizaña, ponzoña… No tenían sentido. No significaban nada. Estaban vacías. No le venían naturalmente las palabras obscenas que habrían sido más apropiadas, aunque en el fondo de su corazón sabía que la estaba llamando “puta”, mil veces, todo el tiempo, con gritos mudos que le hacían doler la lengua. Había una economía de las palabras, pero se confundía con la economía de la realidad; no podían funcionar en el vacío. El pobre Lorenzo sentía como si hubiera nacido para gritarle insultos a una mujer, y sus palabras no eran nada, nunca serían nada, no podían ser nada, sin la escena que les diera sentido. Gritárselas en la cara, a ella…”
Así comienza el libro “La abeja” de César Aira, y agradezco enormemente a Andrea por recomendarme este autor.
Y así terminan las vacaciones. La siguiente semana de vuelta al mundo cotidiano de la ciudad de México.
(Mother Monkey espero que me pases unos stikers para disfrutar más esta ciudad.)
martes, julio 28, 2009
De vuelta a casa.
Llegamos con mucho equipaje de hecho en la aduana nos preguntaron si haríamos una especie de presentación de libros o qué, no pensaron que lo más lógico es traerlos para leerlos. Llegando contamos los libros y fueron más de noventa los que trajimos, en ese mismo momento nos pusimos a ordenarlos en los libreros y la biblioteca los absorbió como una esponja, y si uno voltea a ver los libreros pareciera que no trajimos nada. En realidad nuestra biblioteca se está convirtiendo en una especie de espectro Chihiresco que devora todo a su paso.
Entre otras cosas ya leí las piezas de teatro de Cortázar: “Adiós Robinson y otras piezas breves”. Lo leí todo en el avión. Y me encantó. Es un libro que se publica después de “Los Reyes” entre 1948 y 1950 y es un Cortázar que apenas está creando su propio estilo y se siente a veces un humor forzado, pero no deja de ser extraordinario y me llama mucho la atención que introduce una grabación como lo hará después en “Rayuela”, este detalle es muy Cortázar:
(Remo hace un gesto de rebeldía, pero pone el disco en el plato. Surge la voz de Nélida. Mientras se oiga, la imagen de Nélida paseará las manos por lo vidrios y dará la impresión de que está recitando pero fuera de tiempo, como en las primeras películas sonoras).
Voz de Nélinda: --Fonopostal grabado por Nélinda. Capilla del Monte, 2 de marzo de 1947. Mi querido Remo: Espero que al recibo de la presente te encontrarás bien de salud en compañía de todos tus familiares. Todos tus familiares a saber la tortuga Berta, la estrellita de mar seca con una pata de menos, y las obras completas de Manuel Machado encuadernadas en medio tafilete verde. De mí puedo decirte que estoy pasando un veraneo sumamente en compañía de mis querido papá y mamá, esos dos monstruos que me secuestran con paredes de ternura y me torturan con látigos en cuyas puntas hay un beso. La provincia de Córdoba, feraz y dilatada, me ofrece sus productos típicos que le han valido justa fama. Anoche te escribí un versito que se llama “el espectro” y que dice:
Te vuelves a la noche con el gesto
del gato que se aguanta en su secreto ovillo.
(…)
Aquí termina el versito. Con deseos de que sigas bien, te abraza cariñosamente tu siempre amante Nélinda.
(Remo saca el disco con violencia, pero cuida de guardarlo cuidadosamente entre los otros).
domingo, julio 19, 2009
miércoles, julio 15, 2009
lunes, julio 13, 2009
miércoles, julio 08, 2009
lunes, julio 06, 2009
domingo, junio 28, 2009
lunes, junio 15, 2009
domingo, junio 14, 2009
Lo único que me viene a la mente estos últimos días de ajetreo es: viajar a Buenos Aires.
El martes pasado fui a sacar mi pasaporte a Villa Olímpica. Pero qué cosa, las fotos tamaño que te toman ahí cuestan 135 pesos (cuatro tamaño pasaporte) y las copias cuestan 2 pesos cada una. Y como había pedido que lavaran mi carro, me quedé sin dinero y tuve que caminar a Plaza Cuicuilco para sacar de un cajero. Lo bueno fue que llegué una hora antes de mi cita y me dio tiempo perfecto. De las oficinas a Cuicuilco a trote ligero se hacen 15 minutos de ida y otros 15 de regreso. Pero lo mejor de todo fue que Cuicuilco a las 8:30 de la mañana tiene todo cerrado excepto el sanborns, así que anduve viendo las tiendas y me encontré con una que se llama La cuisine.
Oh maravilla. Ahí vi montones de cosas que me gustaron desde guantes para agarrar las cosas calientes hasta cajitas de mimbre forradas con tela para acomodar los cubiertos en un cajón. Todo me gustó: pimenteros que tienen incluido un sistema para hacer polvo los granos de pimienta, exprimidores de limones en forma de pajarito, surtidor de crema en forma de vaca con el diseño del cowfest, botaneros con terminación en bola de billar, etcétera. Pero lo que llamó mi atención fue un señor exprimidor de limones. Claro que la tienda estaba cerrada a esa hora. Así que me fui a sacar el pasaporte porque mi cita era a las 9:30 y los trámites son tardados, así que en lo que llené mi forma op5, puse mis huellas, firmé, me tomaron otra foto… dieron las 10:20 y me dijeron que mi pasaporte estaría listo en 50 minutos. Así que de nuevo emprendí la caminata de 15 minutos a Plaza Cuicuilco y cuando llegué ya estaba abierta la tienda. Así que pude seguir viendo todo tipo de mandiles, moldes para pasteles, pimenteros, saleros, contenedores de pasta, muchas vacas para servir la crema, azucareras, platitos, cucharas, pero soy de ideas fijas: quería el exprimidor del mostrador. Me lo mostraron y pesaba mucho, la señora que me atendió me dijo que ese exprimidor era francés, de acero inoxidable con una aleación a otro tipo de material, en fin: “este exprimidor es para toda la vida”. Y las cosas que son para toda la vida tienen un costo alto que vale la pena pagar. Salí de la tienda cuando ya eran las 11:15 o sea que a lo mejor ya había salido mi pasaporte y todavía tenía que caminar 15 minutos para llegar a la oficina. El exprimidor pesaba, la verdad es que me sentía segura trayéndolo en la mano, un golpe en la cabeza con este exprimidor descalabraría a cualquiera. Cuando llegué por mi pasaporte, llamaron a una persona e inmediatamente me llamaron a mí. Sentí esa extraña felicidad de tener un pasaporte en la mano con el que saldré de este país en menos de un mes y además mi exprimidor de limones de acero inoxidable para-toda-la-vida, y no me da miedo que se rompa porque si se me cae el exprimidor lo más seguro es que se rompa el piso de la cocina.
Esponjita haré caso a tu consejo: compraré otra taza.
viernes, junio 05, 2009
martes, junio 02, 2009
lunes, mayo 25, 2009
domingo, mayo 24, 2009
miércoles, mayo 20, 2009
domingo, mayo 10, 2009
viernes, mayo 08, 2009
Acabo de regresar a mi trabajo, me escapé un rato quesque para comer. Caminé por Altavista hasta llegar a Insurgentes, tomé esa callecita a la que llaman Miguel Ángel y llegué, cha cha cha chan, nada más y nada menos que a la zona de librerías. Según yo estaba muy decidido a salir únicamente con un libro y exclusivamente por la circunstancia (necesitaba cambiar un billete "Grande"). "No más de 80 pesos, no más de 80 pesos" Me lo repetí como cuarenta veces, y, al final, estaba tan seguro de mi mismo que en verdad creía haberme comprado todo el choro. Total: 319.50, tres libros. Soy un fiasco. El caso es que me compré un librito que seguro que te gusta (no es novela, pero estoy seguro que te interesa), creo que ya te había hablado de él: "Mimesis. La representación de la realidad en la literatura occidental" Luego te lo enseño. Compré además un libro de Foucault (nunca hay suficientes motivos para no comprar un libro de Foucault) y otro de Roger Bartra (mmmm, a unos minutos de distancia me parece que mejor hubiera comprado otro).
jueves, mayo 07, 2009
miércoles, mayo 06, 2009
No puedo dormir. De hecho desde ayer tengo el sueño un poco ligero. Pero hoy de plano estuve dando vueltas más de dos horas. Y pues lo único que se me ocurrió fue levantarme y ponerme a escribir. Creo, no creo, más bien, sé que es la primera noche que me da insomnio desde que vivo aquí. No sé por qué no tengo sueño. Digo debería estar bien dormida porque por ejemplo hoy no dormí siesta. Pero es curioso que hoy no me dio sueño en ningún momento de la tarde, he andado más bien girita. Tal vez estoy un poco inquieta porque el jueves el mundo vuelve a la "normalidad", o sea que el mundo vuelve a su entorno cotidiano, los horarios siguen, yo viajaré a Santa Fe, iré, vendré y no me quejo, son cosas que disfruto mucho, todo está muy bien, pero. Tal vez es que el jueves tengo una clase de arte que tomo de oyente y no he leído nada porque las bibliotecas han estado cerradas y aunque voy de oyente y nadie me calificará tengo cierto deber moral con la maestra. Se juntan muchas cosas, yo sé que el jueves más bien debería de leer el texto que mi asesor de tesis dijo que estaría en la biblioteca de estéticas sobre el problema de "historia" y "memoria" que es muy flojo, muy vago, muy mal elaborado en mi tesis y que tengo que tener claro al menos en mi cabeza... tenerlo claro para cuando sea mi examen. Creo que siendo una tesis para obtener el título de "historiador", creo que hay mucha de razón en el hecho de que yo confunda "memoria" e "historia" supongo que es como confundir la gimnasia con la magnesia. Ahora: por qué demonios a estas alturas del partido confundo esas dos cosas. Lo pienso, lo pensaba hace rato cuando estaba tratando de dormir y no se me ocurría nada. En mi cabeza todavía pasaban algunas escenas de mala película de chinos y en una pista paralela el problema de memoria e historia y en otra tercera pista ponía atención a los ruidos que hacían afuera sacando un carro. Pero después pensé: cuántos textos he leído sobre ese problema y no recuerdo nada. Absolutamente nada. De hecho casi podría jurar que son la misma cosa. Tal vez eso no me deja dormir. Me sentí un poco inepta. Nada que una relectura de ciertos textos me pueda aclarar. Ese tema es una de las pequeñísimas cosas que no me dejan dormir. Otra por supuesto es la mala película china que no terminé de ver, qué cosa, había escenas en donde de plano no entendía quiénes eran los malos y quiénes los buenos y a quién estaban hiriendo.
Y por qué tenía que opacar el recuerdo de La Strada viendo semejante película tan fea y mala. La Strada, gran película, me emocionó por escenas como la del Loco mostrándole a Gelsomina el propósito de una piedra, "porque si esta piedra no tiene un propósito el mundo no tiene sentido", y los ojitos llenos de ternura de Gelsomina, y su manita haciendo adiós...
Yo creo que por esa película pude dormir bien la otra noche.
Me pregunto si me voy a la cama ahora podré dormir. Y no tengo respuesta. Sólo sé que debo seguir escribiendo hasta que los ojos me duelan y me pidan irse a dormir, así como pasa cuando duermo la siesta.
Cuando prendí mi máquina hace unos minutos, conecté mi i-pod a los audífonos y la verdad es que estuve buscando qué escuchar y después de un ratito de buscar por álbum y artista dije, bueno pondré el aleatorio, y la primera canción fue Summertime de Janis Joplin y pensé que no había podido elegir mejor canción, no sólo porque es una gran gran gran canción para una persona que perdió el sueño, si no porque además hacía mucho tiempo que no la escuchaba porque el i-pod la escondió en una carpeta, total que nunca la encuentro.
Mañana iremos a ver un departamento que están rentando cerca de aquí. Y ese pensamiento viene pegado a otro: amo mi actual hogar, lo amo con locura, pensar en empacar e irme a otro lugar hace que me salga un sentimiento de aferrarme aquí lo más que pueda y la verdad es que nunca había sido tan hogareño y dulce y bello cada detalle, cada cosa está en el lugar adecuado, cada librero, cada recuerdo que se ha ido pegando al espacio, este lugar que es tan mío. Pero el chino de arriba hace mucho ruido y además horror, tendrá un bebé...
Mañana quiero pasar a la Gandhi a comprar otra película de Fellini y después a rellenar mi botella de Jengibre a la casita del pan. Después, ay después pensaré qué demonios hacer con la obra que estoy trabajando porque hay un pequeñísimo detalle: en el catálogo de la exposición aparece con otro nombre. ¿Quién le cambió el nombre? ¿Cuándo? ¿Fue Orozco? o más bien le cambiaron el nombre deliberadamente cuando llegó al MUNAL. ¿Cuándo llegó al MUNAL? ¿Es una obra que vendió al museo o que donó? Todas esas preguntas que apuntan hacia la historia del objeto en cuestión, tema harto relevante para la tesis y que no aparecen nunca en ella... y que mi asesor no se dio cuenta, pero yo sí, hoy mismo que vi el pdf del catálogo me subieron a la cabeza señalando que hay un hueco ahí. Y pensé, ay pero qué fácil sería inventarme una historia sobre ese hueco, eso mero se hace en la novela histórica. Decir por ejemplo que "El desmembrado", óleo sobre masonite, aparece en el catálogo de la exposición de "Los teules" con el nombre de "El cadáver" porque dicho catálogo se le encargó a Justino Fernández que desconocía el verdadero nombre de la obra. Otra historia: "El desmembrado", óleo sobre masonite, aparece en el catálogo de exposición con el nombre de "El cadáver" y cuando fue trasladado al Museo Nacional de Arte la ficha técnica escrita por Orozco decía "El desmembrado". Y qué tal que si en el MUNAL voltean el cuadro y en la ficha tiene el nombre de "El cadáver", no lo creo, pero qué tal.
Sería tan fácil decir cualquier cosa, total...
Pero... Ay no, no, no: tengo que ir al archivo del Colegio Nacional.
Ni modo... Intentaré dormir.
jueves, abril 30, 2009
La verdad es que no creo mucho en la influenza. Borro absolutamente todos los mails que mandan a granel, pero ¿por qué lo hacen? Ya sé que la pandemia es mundial, una amenaza para el ser humano y que hay que usar guantes o lavarse las manos cada dos segundos, que hay que usar tapabocas, que el temblor del otro día. Qué aburrido, de verdad, no me manden esos mails, son horrendos, ni los abro. No me interesan. Descreo de todo. Ya no estoy usando tapabocas y hoy tampoco fue necesario porque la plaza de Coyoacán estaba semidesértica, “semi”, esa plaza nunca se vaciará, ni con la peste porcina ni con nada; el jarocho está abierto y sí, hoy había una cola -más pequeña de la normal pero HABÍA COLA-, todas las bancas estaban ocupadas. Había gente en el mercado. El señor de las flores se sigue poniendo. La señora que pide limosna sentada en un banquito estaba ahí: pidiendo limosna con tapabocas. No se ponen todos los puestos de la calle Allende pero sí los que seguro necesitan seguir vendiendo para vivir. En el mercado no hay la misma gente de siempre, pero no había un pasillo que me indicara que estaba todo cerrado ni nada por el estilo. La señora Celia, que me vende las verduras y las frutas, ayer todavía usaba tapabocas pero hoy ya desistió de hacerlo, uno se acalora horrible con esas cosas. Ay la señora Celia es una persona buena, por ella creo que no nos pasará nada. Siempre me pregunta qué voy a cocinar, y hoy me preguntó que por qué ya no llevaba fresas, y la verdad es porque exploté al máximo la ensalada de fresa con mango y ya tengo que cambiar el menú so pena de que se aburran en casa (“so pena” qué frase, creo es la primera vez que la escribo pero así vino a mi mente). Con todo y que no tengo que ir a ningún lado y que la oms dice que permanezca en casa: Sigue haciendo mi día ir de compras al mercado. Hoy hice algo que nunca había hecho: esconderme del que antes me vendía el pescado. Hoy decidí que ya no le compraría a él, no porque sea malo, si no porque falta mucho y cuando sí va llega muy tarde, eso me ha hecho ir a comprar a otro puesto en donde también me tratan muy bien, así que hoy decidí deliberadamente decirle que no llevaría pescado y me fui al otro puesto. ¿Por qué le voy a guardar fidelidad cuando he tenido que comprar mi pescado en otra parte porque no va o llega tarde? Como el otro puesto está sobre el mismo pasillo hice como que me daba la vuelta en los pollos y llegué por atrás del puesto. ¿Por qué no le digo que no le compraré a él? Pues porque me da pena, también me daría pena que me viera comprando en el otro puesto. En fin: Mientras el mercado siga abierto por mí se puede caer el mundo.
lunes, abril 27, 2009
Hoy fui a mi antigua casa.
La casa en donde viví toda mi infancia desde un año hasta los trece.
Despué esa casa la habitó mi abuela y cuando ella murió mi tía conservó todas las cosas como si un día mi abuela fuera a llegar; su cama usa la misma colcha, su taza para el café está en la alacena, su pastillero y su peine están en la cómoda, en fin, todo sigue como si ahí viviera mi abuela, cuando en realidad nadie vive ahí. Sólo mi tía ocupa esa casa cuando viene de Puebla y hoy me invitó a comer.
Mi antigua casa tiene cosas que nunca cambiaron cuando mi abuela se cambió a ella. Como los pisos, los techos altos, el tapiz de los cuartos, las cortinas, la cocina y el baño.
Hoy que entré al baño al cerrar la puerta ésta se atoró al cerrar, y recordé que esa puerta siempre estuvo caída y nunca cierra, se atora antes de cerrarse y hace un ruido porque choca con el piso. Hoy escribo por ese ruido. Porque estuvo conmigo todos esos años y hoy vino a mí primero como una sorpresa pero después como un viejísimo recuerdo. De golpe recordé que era imposible encerrarse en el baño, después recordé mi cuarto, las cosas que pegaba en la pared, el cuarto de mi hermana, las veces que jugaba en la sala, mi gata Oasis, la Copilli, de pronto era una aglomeración de imágenes que se dieron en ese espacio y que ahora ya no es, que un día dejó de ser. Y pienso que al menos ese ruido de la puerta sigue, ese piso de colores, que tal vez si no estuvieran no podría recordar las cosas como sucedió hoy.
Sentí algo parecido a la tristeza pero al mismo tiempo una alegría muy por adentro de los recuerdos, el pensamiento de... bueno, esa casa tiene recuerdos que me hacen ser, es así. Por instantes tuve a los playmobil encima del piso verde, delimitando sus casas en cuatro por cuatro mosaicos. Y ese recuerdo es mío ya por siempre.
domingo, abril 26, 2009
De las cosas que me emocionaron en mi cumpleaños y los días después, influenza, etc...
Bueno, ya no es mi cumpleaños pero la emoción me duró todos estos días que me la he pasado haciendo cosas de lo más variado.
Hace unos días decía que a mí sí me gusta que me festejen y que me canten las mañanitas y morder el pastel y ay tantas cositas así. Ese día me levanté a las seis de la mañana porque fui a Santa Fe y después regresé a mi casa de manera supersónica a bañarme y ponerme guapa y preparar aderezos y comprar la comida árabe y abrir los vinos y sentarme a esperar a mis invitados. Guau me la pasé bien emocionada todo el tiempo, estuvo muy contenta y al final del día me acuerdo que ya no podía tener los ojos abiertos y me dormí muy rápido siendo que casi siempre me tardo un poco en dormir.
De los regalos que más he disfrutado es estar escribiendo en una nueva compu que no se salta a escribir a otro renglón o que me deja escribiendo en el aire quién sabe por qué o que de pronto ya me abrió otra página, en fin, además de que no tengo que batallar con la letra “o” que estaba muy durita esa tecla. También he pasado harto tiempo observando un caleidoscopio de aceite buenísimo… regaló de mi Comadre. Todo estaba relativamente bien hasta que el viernes suspendieron las clases y no pude ir a mi clase de tap y lo que es peor no pude ir a la cita que tenía con mi asesor para saber sus opiniones finales sobre la tesis completa. Pero la verdad es que prefiero hablar de los múltiples regalos para comenzar estos 25 años:
Que Isolda me dibujara un comic; en donde viajamos al mundo de las Graces en donde somos liliputs y asistimos a la representación de un cuento mío.
Que Konstante cantara “Mírame” (aunque me debe una pizza).
Y de las cosas que quedaron pendientes fue la etimología de la palabra Pájara y su evolución a la Pakarda.
Por cierto ayer fuimos al Hard Rock Café, Elsa, Grace, Alberto y yo. Fue la última presentación y estuvo poca madre, aunque pudo estar mejor si la delegación no hubiera llegado a cerrar el lugar y corrernos a las diez y media. El caso es que nos tomamos una botella de vodka, órales, una botella Elsa, entre los tres porque Grace no tomó nada. Había un evento de motocicletas y entregaron la moto edición especial para el Hard Rock, y Konstante cantó unas cinco rolitas (estrené mi nueva cámara canon) y después nos llevaron la cuenta y nos tuvimos que ir. Hoy amanecí con una sed de siglos, con la noticia de que no habrá escuela hasta el 6 de mayo, que las cosas se ponen cada vez más graves. La única medida que he tomado es usar tapabocas y tomar un chochito homeópata disque para la influenza. Qué mal, ahora no tendremos clases hasta el 6 de mayo. Qué pasa con esta ciudad. No podemos quejarnos, primero se cae una avioneta en el periférico, ahora hay una epidemia después sálvese quién pueda. No es por nada pero es de las cosas que hubiera querido que sucedieran cuando estaba en la secundaria, no ahora que más bien me ponen nerviosa. Me alarma la situación cuando se dice que la UNAM (salvo cuando fue la huelga) no había suspendido clases desde 1985 y eso porque ocurrió el terremoto, que la Iglesia no había suspendido misas desde la Guerra Cristera, en fin, que algo se ha salido de control y cuando veo a las personas en la calle pareciera que a nadie le preocupa.
¿Qué nos depara?
lunes, abril 20, 2009
Mañana es mi cumpleaños número veinticinco.
No me siento vieja, ni me da crisis de la edad, ni nada por el estilo, la verdad es que un amigo de mi misma edad hizo un tangote porque cumplió veinticinco y me pareció una tontería, estoy muy contenta, ¿por qué no? Hasta el número 25 se escribe en una sola palabra, todavía no es treinta y uno por ejemplo que son necesarias más de una. Y además mi pareja también está cumpliendo en una sola palabra su edad y eso me encanta. Ya recibí felicitaciones, de las personas importantes que están pendientes de la fecha, como mi tía Queta. Y alguna que otra estupidez, una persona que pensé digna de más inteligencia que me preguntó, “y qué tal tus veinticinco, ¿muy feliz y muy publicada?”… Después sentí un silencio incómodo entre mi computadora, el mensaje que leí en mi mente y yo… en fin.
“Muy publicada”, pues no como quisiera, pero por lo menos tengo un libro que está dictaminando Alfaguara y otro en concurso.
“Felicidad”. Me cae gordísimo eso de decir pues sí soy feliz. Porque la verdad es que no soy nada feliz cuando manejo más de una hora bajo el rayo del sol cayendo en la lámina de mi carro... no soy nada feliz cuando se me entierra una uña en el dedo; no soy feliz cuando me enfermo de gripa, no soy feliz cuando me molesta la impertinencia de la gente, no soy feliz cuando no salen las cosas como quisiera, no soy feliz cuando me encuentro personas desagradables en la facultad. No soy feliz sobre todo cuando me acuerdo de la gente que se murió el año pasado como Frederik, no, no lo soy, no soy nada feliz acordándome de que Frederik debería de estar leyendo mi blog y titulándose y trabajando y yéndose a la playa de vacaciones, no me hace nada feliz ni siquiera escribirlo, no me hace feliz ver su perfil en el Facebook y saber que está muerto: no me hace feliz la gente pendeja de la facultad que se ceba en su muerte. No lo soy.
…
Pero cuando llego a mi casa soy muy feliz cuando
Es así. Es como ese verso, tan sutil pero al mismo tiempo arrollador, así llegan mis veinticinco años, dejando atrás unas cosas, la gente que no quiero alrededor, la que se ha muerto, y recibiendo la que está conmigo, la que estará este año, la que me hace ser
Eso es.
Feliz cumpleaños a mí misma.
Nací un 21 de abril de 1984 en el puerto de Acapulco a las 12:34 de la madrugada.
Así que después de esa hora pueden empezar a felicitarme.
Soy Tauro y mi año chino es
Soy Agua en el signo Azteca: Agua 11.
Soy Idalia Sautto.
Soy Marie de Laos.
viernes, abril 10, 2009
viernes, abril 03, 2009
En su origen las montañas tenían grandes alas. Volaban por el cielo y se posaban en la tierra, a su capricho. Entonces la tierra temblaba y vaciñaba. Indra cortó las alas a las montañas. Fijó las montañas a la tierra para estabilizarla. Las alas se conviertieron en nubes. A partir de entonces las nubes se recogen en torno a las cimas.