viernes, enero 04, 2008

botones


No me importa que casi en su mayoría terminen por caerse, como sucede con mis ideas, sobre todo las ideas que son más bien imágenes de un futuro que no existe.

O el futuro es como los botones.

O todo cae invariablemente y deja un hilacho en su lugar.

O se va hacia alguna esquina del sueño.

De cualquier modo va sujetando la existencia, imperceptiblemente, casi de manera transparente o de ave-que-vuela-alto.

Botones que se usan para pagar deudas. Botones que se atoran en la ropa. Botoncitos en forma de guitarra. Botón oculto para reemplazar botón perdido. Botones para sujetar los zapatos de la piyama. Botones con dos y cuatro ojos. Botones de madera para la chamarra de cuadros. Botones en bolsitas de plástico. Botones perdidos en una cajita del librero. Botones para que un gorro se vuelva bolsa. Botoncito del monedero. Botones del suéter; del chaleco; de la bufanda. Botones del cubre edredón y algunos que salen volando.

El tiempo que tengo en la palma de la mano se pierde de la misma manera. El “destino” es como alguno de estos botones; se caen, se intercambian, se pierden, se reemplazan y nadie puede hacer nada al respecto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marie nunca habia pensado en los botones de esta manera, solo que se caen y hay que tener cuidado en no perderlos, tanto que tengo botones guardados de ropa que ya no esta en mis posesiones.
Arcana