miércoles, enero 09, 2008

Escombré mi librero.

Y me encontré una nota del pasado:

9 de Abril 2006

Domingo de Ramos.

Domingo de árdua cruda.

Believe in Love... Free Love...

Día largo, sin fin ni sentido. Vivir en automático.

Querida. Sí dime.

Mira los árboles

Barren el crepúsculo.

Se ve desde el sillón.

(Ver y no ver) (Frase tachada) Escuchar el movimiento de cómo va y vuelve y se aleja del azul para después ser nube.

Entiendo porque lo señalo con un dedo.

Alzar bajar los brazos como un dulce baile.

Incluso en la oscuridad siguen hojas borrando (tachado) los colores.

Claro, taparme la cabeza con la pañoleta de lunares blancos.

*Freedom. Just Freedom.

Parece la selva.

Pero es solo la ciudad querida.

Muerdo los labios. Trato de acaparar el miedo entre los dientes.

Plumas blancas en el hombro derecho.

Quisiera gritarme con las manos en el aire.

Home Es una manera de darle sentido.

No imagino la fealdad de un hombre inmortal.

Pero, luego, entonces por qué pienso todo esto.

Bien.

Tal vez no sepa y no tenga importancia saber…

Hay un árbol que se rasca en mi ventana todos los días.

Estirar los brazos ya no me despierta.

Es algo así como una mancha que va torciendo todo.

¿Cómo puede existir la posibilidad de ser lo que no se es?

Estos recovecos del pensamiento

Una lista de invitados

Fin del mensaje. Después sigue la hoja en blanco. Las últimas dos frases no tienen puntos. No entiendo qué pasaba conmigo. No entiendo qué tenía en la cabeza cuando agarré esa hoja y me puse a escribir eso. El árbol se sigue rascando en la ventana. Por la fecha de la hoja puedo decir que estaba en un estado de aburrición plena. No sabía que mi vida estaba a punto de cambiar. No lo imaginaba, ni tan sólo un poco, ni la menor sospecha. Vivía, así nomas, vivía. En menos de un mes mi vida daría un cambio tan radical, y yo, yo… Yo ingenua escribía sobre las nubes, y además, sobre “ser lo que no se es”. Creo que esa frase es la premonición.

También la lista de invitados. Pensaba hacer una fiesta que después me arrepentí de hacer y que mi mamá terminó haciendo “fiesta sorpresa”. Pero nunca escribí la lista de invitados. Sólo lo invoqué. Y creo que no estuvo mal. No estuvo mal comprar Ser y tiempo para mi cumpleaños número veintidós.

1 comentario:

Octopus Queque dijo...

Ah, las premoniciones. Siempre son algo raro. También esos momentos en que uno está a punto de cambiar su vida, son algo raro. No sé cuantos grados cambié la mia en todos los aspectos posibles, pero a veces me siento en un insaciable retroceso. Habrá que esperar, dicen por ahí. "Pasarla bien" dicen por ahí también. Prt.
Por otra parte, Revisar textos pasados. Si es aburrimiento lo que sentias, a mi me pareció un aburrimiento bastante entretenido :) jajaja.

Saludines Idalia, te mando un beso tronadísimo. Encargué dos pingüinos que nos pueden prevenir de caer en el error. Pero conociendo el correo mexicano, tal vez lleguen, otra vez, demasiado tarde.

Smuacks.